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La carne de laboratorio ya se puede comer: “No esperes una calidad premium”

La agencia que regula la alimentación en EEUU da luz verde a Upside Foods para comercializar su pollo elaborado a partir de células animales reales cultivadas en biorreactores

Carne cultivada en laboratorio / EFE
Carne cultivada en laboratorio / EFE

Desde el 15 de noviembre, el planeta ya cuenta con más de 8.000 millones de habitantes, según el cálculo del Fondo de Población de la ONU. Esta cifra invita a la reflexión, no sólo por su magnitud y por la dinámica de continuo crecimiento, sino por los desafíos que ello supone. Para el año 2050 se espera que la población mundial aumente hasta alcanzar los 9.770 millones de personas. Con el cambio de siglo serán 11.180 millones. Más población significa más necesidad de alimentos.

De esta forma, para mantener este ritmo frenético, la producción de alimentos tendría que aumentar entre un 50 % y un 60 % y afrontar la progresiva degradación del medio ambiente en términos de gases efecto invernadero, deforestación para pastos, agotamiento de los recursos hídricos y contaminación fruto de este modo de producción. Para solventar esta extenuación de los recursos, que es especialmente acuciante en la producción de proteína de origen animal, la carne cultivada ha surgido como una solución de futuro.

¿Qué es la carne cultivada en laboratorio?

Este alimento se produce a partir de células madre que se desarrollan sin necesidad de sacrificar a ningún ser vivo. “Estas células crecen in vitro en un medio sintético controlado que imitaría el cuerpo del animal. El problema es que la carne está constituida de diferentes tejidos. Tejido muscular, también hay sangre, hay nervios, hay grasa”, explica a Consumidor Global Beatriz Robles, dietista-nutricionista y tecnóloga de alimentos.

Carne de vacuno / UNSPLASH
Carne de vacuno / UNSPLASH
“Este tipo de carne es apta para todos aquellos que puedan comer carne tradicional. Es más, se podría incluso adaptar a distintos tipos de consumidores porque se puede adaptar el contenido en grasa, por ejemplo, o evitar la presencia de diferentes compuestos”, añade Robles. “El reto que hay actualmente recae en la calidad. Ahora mismo lo que se consigue no es exactamente en forma de filete, sino que más bien es una mezcla de tejidos. Por lo tanto, sólo sirve para hacer el equivalente a carne picada. Todavía está en desarrollo, pero está avanzando a una velocidad muy rápida. Finalmente, sí que será indistinguible de la carne”, augura.

La FDA lo aprueba

Aunque, de momento, su consumo sólo está autorizado en Estados Unidos, la nutricionista asume que es cuestión de tiempo que se extienda a otros países. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) ha dado luz verde a la startup Upside Foods para comercializar su pollo elaborado a partir de células animales reales cultivadas en biorreactores. Esta empresa cuenta con el apoyo de inversores de todo el planeta, como SoftBank Group y Bill Gates, entre otros.

“El mundo está experimentando una revolución alimentaria y la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos se ha comprometido a apoyar la innovación en el suministro de alimentos. Como ejemplo de ese compromiso, anunciamos que hemos completado nuestra primera consulta previa a la comercialización de un alimento humano elaborado a partir de células animales cultivadas”, ha comunicado la FDA en un comunicado. 

La novedad

Antes de que este alimento pueda ingresar al mercado, la instalación en la que se fabrica también debe cumplir con los requisitos aplicables del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) y la FDA. Además de los requisitos de esta última, incluido el registro de la instalación para la porción de cultivo celular, el establecimiento de fabricación necesita una subvención de inspección del Servicio de Inspección y Seguridad Alimentaria (FSIS) del USDA para las porciones de cosecha y poscosecha, y el producto en sí requiere una certificación del USDA, marca de inspección. 

Mark Post sujetando una carne cultivada en laboratorio / Maastricht University
Mark Post sujetando una carne cultivada en laboratorio / Maastricht University
“La carne cultivada en laboratorio existe desde hace tiempo, pero la gran novedad es que ya está autorizada para el consumo en un país”, destaca José Miguel Mulet, catedrático de biotecnología de la Universidad Politécnica de Valencia y autor de los libros Ecologismo real, Comer sin miedo y ¿Qué es comer sano?: Las dudas, mitos y engaños más extendidos sobre la alimentación. De hecho, se presentó la primera hamburguesa de carne de laboratorio en el año 2013, salida del laboratorio de Mark Post, investigador de la Universidad de Maastricht (Países Bajos) y pionero de la comida in vitro, el proyecto costó cinco años de trabajo y 290.000 euros de inversión. 

¿Cuáles son sus ventajas?

“Ya se hablaba de que llegaría al mercado de forma natural en el año 2020. No ha sido así, pero, llegará en cualquier momento, probablemente estaríamos hablando de cinco o diez años para que esto sea efectivo. De momento, aunque llegue al mercado, va a ser de forma residual”, avanza Robles. “Además de una ventaja nutricional porque se puede hacer prácticamente a medida, otra ventaja sería la seguridad alimentaria. Al estar elaborada en un laboratorio no va haber nunca un problema de intoxicaciones conocidas por microorganismos que sí aparecen en la carne de ganadería. También es una ventaja medioambiental”, expone la nutricionista.

Un análisis de la Universidad de Oxford reconoce que la carne cultivada en laboratorio requiere entre un 7 % y un 45 % menos de uso de energía; emite entre un 78 % y 96 % menos de gases de efecto invernadero; emplea un 99 % menos de uso de la tierra; y requiere entre un 82 % y un 96 % menos de agua (las variaciones en los porcentajes dependen de las distintas demandas de recursos de cada tipo de carne).

¿Cuáles son sus inconvenientes?

Para Robles, el principal inconveniente está en el ámbito económico. “Es extremadamente cara. Tiene que producirse en grandes cantidades para que resulte rentable. También el rechazo del consumidor es un gran inconveniente”, reconoce la tecnóloga de alimentos.

Por su parte, Mulet afirma que nivel nutricional es lo mismo que una carne tradicional. “Tiene la misma composición, pero, al igual que todas las carnes, no tiene el mismo sabor o la misma calidad. No esperes una carne de calidad premium”, subraya. “En el futuro será una opción más, pero no va a sustituir la carne de ganadería. La FDA la ha aprobado y, seguramente más países lo hagan, aunque Europa es más conservadora”, finaliza. 

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