Ahumados Domínguez: lomo de bacalao ahumado precortado

El lomo de bacalao ahumado precortado de la marca Ahumados Domínguez es una conserva de pescado peculiar. Por regla general, resulta preferible consumir los pescados frescos y con el mínimo añadido de sal. Por el contrario, este producto está procesado y contiene altas cantidades de sodio y aceites de calidad cuestionable.

Por otra parte, está concebido para un bolsillo de elevado poder adquisitivo, puesto que roza los 100 euros por kilogramo. Este alto coste no va acompañado de unas características nutricionales excepcionales, ya que se asemeja a la de muchas otras conservas.

Diseño

El lomo viene en una tarrina de plástico de 500 gramos. Sin embargo, el peso de la carne ronda los 350 gramos. En la etiqueta frontal encontrarás hay la fotografía de un trozo de pescado rectangular, adornado con rábano, brotes y pimiento en un emplatado perfecto. En este sentido, los fabricantes pretenden conferir una apariencia gourmet a un producto más o menos humilde: el bacalao.

La tarrina es de fácil resellado, pero el fabricante aconseja envolverlo en papel film o aluminio una vez abierto, para asegurar que se conserva bien. Y, además, la presentación precortada permite abrirlo y emplatar al momento, lo que eleva su practicidad. Asimismo, este pescado, conservado de 0 a 5 grados puede aguantar hasta 30 días en el frigorífico. 

Características

Al abrirlo, el olor es bastante fuerte. Del mismo modo, su sabor es igual de potente y muy salado. Por otro lado, se nota el gusto característico del bacalao, pero el aceite de oliva, no. Y la textura no llega a ser melosa, sino que más bien resulta gelatinosa.

Este alimento es ideal para acompañar con tostadas o rebanadas de pan. Y es que tomarlo solo no es la mejor opción. En ese sentido, es adecuado como aperitivo a degustar en poco tiempo por muchas personas, pero no para comer un plato entero. Además, después de sacarlo del frigorífico, si bien se puede comer, pierde frescura con rapidez.

Pros y contras

Como conserva procesada no está mal. Tiene un sabor correcto y una textura mejorable. El hecho de que venga precortado facilita la tarea de servirlo y emplatarlo. Sin embargo, el exceso de sodio que presenta obliga a que su consumo sea esporádico y reducido. Además, el precio es excesivo en comparación con la baja calidad de los ingredientes empleados.

El aceite de girasol sustituye el debido aporte de aceite de oliva virgen extra. La inclusión de este aceite estaría más que justificado dado su precio, 33.25 euros por 350 gramos de pescado escurrido. En definitiva, es ideal para distribuir entre muchas personas, dado que contiene 4,3 gramos de sal por 100, excesivo para pocas personas.

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