LU TUC galletas saladas

Las galletas TUC de la marca LU son rectangulares, finas, crujientes y con un toque ligero a sal. Lo mejor que tienen es que pueden combinarse a la perfección con otros ingredientes tanto salados como dulces. Hasta donde llegue la imaginación de cada usuario. 

Estos crackers están disponibles en tres formatos: 100 gramos, 300 gramos y un pack de ocho paquetes pequeños. El precio del primero --que ha adquirido y probado el equipo de Consumidor Global-- se sitúa en torno al euro. Hay paquetes similares en cualquier supermercado que se pueden conseguir por menos, pero, aún así, este coste es llamativo y atractivo para el consumidor.

Diseño

La compañía francesa LU presenta estas galletas en un simple paquete de plástico reciclable. Pero están tan comprimidas en el interior que, al abrir el envase, es muy fácil que algunas acaben rotas en pedazos. En este caso, hubiera sido un acierto meter las galletas en una caja de cartón u otro tiop de envase más sostenible y seguro. 

Pero, en este caso, se ha optado por un diseño compacto y un tamaño reducido, justo el de las propias galletas apiladas. Además de este sabor más clásico, la marca también ofrece otras variedades: con sabor a queso y a bacon, tomate y finas hierbas o con cereales y con semillas.

Características

Este producto es sencillo. De hecho, puede resultar hasta soso. Las galletas originales TUC son saladas, pero no mucho, y cuentan con una textura muy crujiente. En este sentido, algo que puede resultar, por lo general, positivo, también puede ser contraproducente. Es decir, son tan frágiles que se rompen casi con mirarlas y eso a la hora de huntar una crema encima, por ejemplo, puede ser un problema. Además, después de comer unas cuantas se forma una especie de pasta en la boca que acaba repartida por toda la dentadura, dejando una sensación incómoda. Para diferenciarlas de otras, Lu ha dejado marcado el nombre Tuc con agujeros y ha cubierto las galletas con granos de sal, pero no muchos. 

Según su etiquetado, este producto es el resultado de mezclar harina de trigo, aceite de girasol --un 17%--, sal y huevo. Por otro lado, contiene extracto de cebada, jarabe de glucosa y una serie de aditivos. De estos últimos es necesario destacar el metabisulfito de sodio, un conservante sintético que, con un consumo a largo plazo, puede llegar a provocar dolores de cabeza, vómitos, náuseas y alergias. Por último, ingerir un paquete entero --algo que es mejor no hacer-- equivale a un total de 479 kilocalorías, 19 gramos de grasas y 67 gramos de carbohidratos, de los cuales 7,1 son azúcares añadidos --no llega a dos terrones--. Y el contenido de sal no es muy elevado: 1,7 gramos por cada 100 --el máximo diario recomendado son 5 gramos--. 

Pros y contras

Que unas galletas saladas no excedan de sal es un acierto y eso lo ha conseguido LU con las TUC. Además, su capacidad de combinar con casi cualquier otro producto o ingrediente es un plus importante.

Pero, en contra, su fragilidad no siempre ayuda --sobre todo a la hora de crear ciertos canapés-- y, aunque no se trata de un producto muy grasiento, contiene un alto nivel en hidratos de carbono. Su consumo debe ser moderado. No se trata de comerse todo el paquete de una sentada, sino de que dure algunos días, aunque hay que asegurase de cerrarlo bien para evitar que las galletas se reblandezcan. 

*Consumidor Global participa en un programa de afiliación con varias marcas y obtiene ingresos por las ventas realizadas a través de los enlaces de compra

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