Ruffles: patatas fritas onduladas con sabor a jamón y sin gluten

Las marcas quieren facilitar la vida de los celíacos. Y es que cada vez haya más alternativas sin gluten. Esta vez, el equipo de Consumidor Global ha probado las patatas fritas onduladas con sabor a jamón y sin gluten de la marca Ruffles. Aunque hay otros alimentos sin gluten con mucha más calidad nutritiva, de vez en cuando viene bien darse un pequeño capricho. Y, además, la marca tiene dos opciones de tamaño diferente: el pack económico de 295 gramos por 2,69 euros y el básico --de 150 gramos-- por 1,62 euros.

Sin embargo, al leer la etiqueta uno ya descubre que no contienen jamón, sino "aroma a jamón". En este sentido, Ruffles es una marca estadounidense y en cada país adapta sus patatas fritas a los gustos de los consumidores. En España, el jamón es un producto característico, pero es una pena que tenga que emplear saborizantes.

Diseño

Como la gran mayoría de las patatas fritas, estas Ruffles vienen en una bolsa de plástico. Asimismo, la bolsa es de color morado oscuro e incluye el nombre de la marca en el centro, encima del dibujo de una patata de jamón grande, junto con otras más pequeñas que forman una S. En este sentido, por su potente color, es fácil reconocerlas en el supermercado. 

Por otro lado, el pack económico presenta el mismo diseño, aunque la parte izquierda lateral es de un color amarillo llamativo e indica que la bolsa tiene "cierra fácil" (lo que es muy práctico para que las patatas fritas se mantengan crujientes una vez abierto el paquete) y debajo del logo, también en color amarillo, se incluye que se trata de un producto más barato y con más cantidad de patatas.

Características

Aunque sea artificial, el sabor de jamón es muy acertado. El punto de sal es adecuado y "enganchan" bastante. No puedes dejar de comerlas. Esto puede explicarlo el glutamato, capaz de aumentar el apetito por el alimento que lo contiene, en vez de reducirlo. Y además de "adictivo", es un producto calórico (100 gramos tienen 505 kilocalorías), alto en grasas (tiene un 26 % de grasas) y poco nutritivo, que se debería comer en pequeñas cantidades.

Asimismo, contiene aceites vegetales, proteína de soja hidrolizada, preparaciones y sustancias aromatizantes. Y su textura es la misma que las Ruffles básicas con sal; ¡son muy crujientes!, y se conservan incluso una vez abierto el paquete, gracias a su "cierra fácil".

Pros y contras

Como aspecto positivo destaca su sabor. Las patatas no son demasiado saladas y el jamón está muy bien logrado. Su embalaje también es un acierto, ya que permite mantener las patatas fritas crujientes. En este sentido, pues, son perfectas para acompañar un aperitivo, junto con aceitunas y berberechos.

Por otro lado, sin embargo, es un producto demasiados aditivos, como el glutamato monosódico, el inosinato y el guanilato disódico. Además, entre sus ingredientes no figura el jamón, lo que puede sorprender a los consumidores. Así, el único ingrediente natural son las patatas, por lo que no se considera un snack nutritivo, más bien un capricho para comer de vez en cuando.

*Consumidor Global participa en un programa de afiliación con varias marcas y obtiene ingresos por las ventas realizadas a través de los enlaces de compra

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