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Cuidado con los vinos submarinos: la tendencia enológica con la que te pueden colar gato por liebre

Los enólogos subrayan que la calidad del vino va acorde con la de la uva y la inmersión marina simplemente es un extra a su maduración

Ana Siles

Varias botellas de vinos submarinos en una bodega / UNSPLASH

Los vinos submarinos no son nada nuevo pero en los últimos años es cuando han sonado con más fuerza. Estos no se encuentran en los grandes supermercados sino en vinotecas más especializadas y en la alta restauración

Ahora bien, como con casi todo, muchas veces tratan de vender a precio de oro lo que en realidad es un vino baratero en una botella bonita. Un producto que nada tiene que ver con el que ofrecen otras bodegas. ¿La clave? La calidad de la uva. 

Qué son los vinos submarinos 

Empecemos por el principio: ¿qué es un vino submarino? Es uno como cualquier otro en el que la calidad viene determinada por la uva. Pero sí tiene una diferencia respecto al resto: se somete a las condiciones del mar. 

Dos personas seleccionan una botella de vino / FREEPIK

El mar no es ninguna pócima mágica que convierte un vino malo en bueno. De hecho, la bióloga Ana Riera de la Bodega Crusoe Treasure recalca a este medio que para tener un vino de calidad hay que sumergir uno de calidad. En este sentido, influyen dos factores: cómo ha sido la añada en tierra y las condiciones del mar

Más de 70 euros por una botella 

El precio de los vinos submarinos queda justificado por la calidad de la uva. Así lo explica a este medio Pepe Marín, enólogo y fundador de la Bodega Submarina del Mediterráneo. Cuanto mejor sea la uva, más cara será la botella, al igual que ocurre con los vinos terrestres. 

Los vinos de este enólogo superan los 100 euros y están enfocados a la alta restauración. Otras bodegas trabajan con precios un poco inferiores pero, en cualquier caso, los derivados submarinos cuestan más de 70 euros.  

Vino submarino de la Bodega Submarina del Mediterráneo / Bodega Submarina del Mediterráneo

A 20 metros de profundidad durante un año 

No tiene sentido sumergir un vino de mala calidad. ¿El motivo? La maduración bajo el mar no es nada barata para las bodegas. Unos 45.000 euros por operación, cifra Marín. 

En el caso de Riera, cuentan con un arrecife artificial en la bahía de Plencia (País Vasco) mientras que Marín realiza la inmersión en la costa alicantina. A unos 20 metros de profundidad quedan estos vinos durante un año, más o menos. ¿Cómo se sumerge ? "Con un silo de maduración", subraya Marín. 

El proceso 

El proceso de maduración del vino submarino comienza en la tierra. Primero pasa el tiempo que requiera en la barrica, luego llega el turno de sumergirlo. Este paso por el mar aporta a la bebida un toque más maduro

Vino submarino de la Bodega Crusoe Treasure / Bodega Crusoe Treasure
"El agua penetra en el cajón provocando una microvibración constante en el vino. Esto hace que todos los compuestos, especialmente polifenoles, estén en fricción. Eso genera una reacción química y esta va a dar como resultado un vino muchísimo más complejo", explica Marín.

En busca del "momento óptimo"

Mientras el vino está sumergido en el mar, Riera explica que se debe hacer un seguimiento para corroborar que todo está en orden. "Nosotros lo extraemos cuando alcanza su momento óptimo bajo el mar. Es decir, cuando tú notas más las características pero no se han perdido las propiedades", explica. 

Vino submarino de la Bodega Submarina del Mediterráneo / Bodega Submarina del Mediterráneo

Una vez que se ha alcanzado el punto deseado, toca sacar el vino. Para ello, un equipo de buzos extrae las botellas. "Le hacemos un lavado con agua dulce para matar los bichitos y un tratamiento de ozono para los malos olores", explica Marín.

Cómo afecta el mar al vino

La gran pregunta es qué efecto tiene el mar en el vino. Pues bien, Marín asegura que se puede llegar a conseguir un efecto de maduración equivalente a los 10 años en tierra. Una idea con la que no está de acuerdo Gil Núñez, asesor de enología de las Bodegas Tritium. "El vino envejece y se oxida igual", subraya.

Según este experto, lo que se consigue con la crianza marítima es que la parte de los toninos está más limada. "Los efectos que se buscan son de presión, temperatura y movimiento que le da cierta madurez al vino", expone Núñez. "Se pueden dar pequeñas alteraciones en la forma gustativa y aromática. Siempre el del mar puede ser más afinado pero no más oxidado", añade. 

Gato por liebre

Como con casi todo lo que afecta al consumidor, no es oro todo lo que reluce. Y no siempre un vino submarino de 70 u 80 euros es lo que promete ser. Marín subraya que cuando comenzó en este mercado en el año 2020, había ciertas reticencias por parte de algunos clientes

Una persona bebe una copa / PEXELS

¿El motivo? Les habían colado un vino de cinco euros a 70 euros con la excusa de la inmersión marina. "Hay gente que quiere ganar dinero y se aprovechan del aspecto del vino y el desconocimiento de la gente pero realmente lo que venden son 'souvenirs'", reconoce Marín. 

Un argumento de venta infalible

Poner el adjetivo "submarino" junto a la palabra "vino" es un argumento de venta infalible. Pero ya se sabe que hay que predicar con el ejemplo. "No quiero que vengan y me digan que este vino vale lo que vale porque ha estado debajo del mar. No. Este vino, sin la inmersión marina, seguiría valiendo lo que vale", recalca Marín. 

"Un buen vino mejora, un mal vino empeora. El mar es muy brusco, tiene mucha energía. Detrás del vino submarino hay ciencia, experiencia y conocimiento", sentencia Riera. ¿Cómo se puede identificar un buen vino? En realidad solo los paladares más profesionales tienen esa capacidad, para el resto es como lanzar una moneda al aire: cuestión de suerte.