La cadena alemana de supermercados Aldi y la Academia Española de Nutrición y Dietética (AEND) trabajan juntos desde 2020 con el objetivo de promover una alimentación equilibrada, y que además comer bien sea más fácil y accesible para todos.
Así, la empresa presume de ofrecer un surtido con el que no se renuncia a una dieta nutritiva, que incluye desde desayunos y cenas listas para llevar hasta opciones sin gluten como la pasta.
Los productos sanos de Aldi
Así, estos son los productos que merece la pena añadir al carro de la compra:
- Cremas de cacahuetes: Disponibles en versión crunchy y suave, las cremas de cacahuete de Aldi están hechas con 100% cacahuetes tostados, sin gluten ni azúcares añadidos. Ambas son una fuente de fibra y proteínas. Cada unidad cuesta 3,19 euros.
- Espaguetis de soja negra y edamame ecológicos: Aldi también ofrece opciones diferentes como los espaguetis de soja negra y edamame ecológicos de su marca GutBio, ideales para dietas sin gluten, vegetarianas o veganas. Son ricos en proteínas y fibra, fáciles de preparar y ofrecen infinitas combinaciones de sabor para todos los platos. Eso sí, no son baratos: la bolsa de 200 gramos cuesta 2,95 euros.
@microbiotadesdecero Nuevos spaguetis de soja de Aldi #aldiespaña #spaguetisdesoja #pastadesoja ♬ sonido original - Microbiotadesdecero
- Cremas de verduras: elaboradas con ingredientes sin aditivos y sin renunciar al sabor, están disponibles en varios sabores: crema de brócoli y kale, crema de calabacín, crema de calabaza y zanahoria y crema de verduras, todas a 1,69 euros. La vichyssoise se ofrece por 1,65 euros.
- Kéfir de cabra (250 gramos): Se presenta como una excelente opción para quienes desean incorporar alimentos fermentados a su dieta diaria, perfecto para batidos, desayunos o como parte de otras recetas. Cuesta 2,72 euros.
¿Qué es el kéfir y en qué se diferencia del yogur?
Tal y como explica Aldi en su página web, la popularidad del kéfir durante estos últimos años puede hacer pensar que se trata de un producto relativamente nuevo, pero lo cierto es que apareció hace más de 2.000 años. "Viene desde el Cáucaso, y el término que lo designa, 'kéfir', significa 'sentirse bien', haciendo referencia concretamente al estado de felicidad que experimentamos cuando terminamos de comer", aseguran.
La principal diferencia con el yogur está en el proceso de fermentación y en los microorganismos que lo protagonizan. Mientras que el yogur se elabora a partir de la fermentación láctica de la leche con dos bacterias principales, Lactobacillus bulgaricus y Streptococcus termophilus, la fermentación del kéfir es lactoalcohólica y puede contener una gran cantidad de bacterias, como Streptococcus casei, Streptecoccus lactis, Streptococcus cremoris o Streptococcus acidophilus, entre otras, y la levadura Kluyveromyces marxianus. Además de esta distinción, el yogur se desarrolla en temperaturas altas y contiene entre 4 y 6 cepas de microorganismos vivos, mientras que el kéfir puede llegar a desarrollarse a 45 grados y a contener de 10 a 40 cepas.