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Víctor Santos (Lavazza España): “La gente no sabe que no está tomando una mezcla de cafés”

Este experto cree que el sector se dirige hacia una sofisticación y pone el foco en la labor del hostelero

Juan Manuel Del Olmo

Un establecimiento de Lavazza en el que se sirve café / UNSPLASH

Cuando Luigi Lavazza transformó una pequeña tienda abierta en 1895 en una compañía familiar en 1927, el ingeniero Alphonso Bialetti ya había puesto en marcha su taller de productos de aluminio del que saldría la icónica cafetera, pero faltaban décadas para que se empezaran a vender cápsulas de café o para que naciesen Bonka y Starbucks; y si al empresario italiano le hubiesen hablado de latte art, quizá habría pensado que se trataba de la última ocurrencia de Giorgio de Chirico o de Giacomo Balla.

Ahora, casi un siglo después, Lavazza ha presentado en España Tales of Italy: cuatro innovadores blends premium (es decir, mezclas de granos de café procedentes de diferentes orígenes, en este caso Robusta Fermentada y Arábica Cereja Apasita) que combinan el característico gran cuerpo del café italiano tradicional “con un bouquet aromático excepcional”, aseguran.

Perfil de café más suave

La idea es que esta nueva colección, que ofrece un perfil de café “más suave y accesible”, reemplace poco a poco parte de la gama actual. Los nuevos productos son los siguientes: Galleria - Milano (un blend 100% Arábica certificado por RainForest Alliance con toques de miel y pasas); Canal Grande - Venezia (un blend con notas de chocolate y almendra); Trastevere - Roma (blend con toques de chocolate negro y canela con gran cuerpo) y Riviera di Chiaia - Napoli (blend con notas de cacao, caramelo y un excelente cuerpo).

La nueva gama de Lavazza / LAVAZZA

En Consumidor Global hemos hablado con Víctor Santos, Iberian Regional Manager de Lavazza.

–Pregunta: ¿En España bebemos mal café?

–Respuesta: El sabor más repetido es el sabor de referencia. Y, en España, durante muchos años, ha existido la tendencia hacia un café torrefacto, tostado con azúcar. Ha sido así, sobre todo, en el centro de España y en la zona sur. Pero en la parte de restauración es algo que está desapareciendo, fruto de todo este ejercicio de culturización acerca del café. Al fin y al cabo, el café que se ha estado tomando en España hasta ahora es un café que no tiene una altísima calidad, porque va tostado con azúcar, es muy oscuro, y no permite extraer todo el potencial del producto.

Granos de café / UNSPLASH

–¿Y el que se vende en los supermercados?

–En el caso del retail, esto se da aún en mayor medida, porque existe la denominación ‘café mezcla’. Es un café que se vende de forma amplísima, pero como no hay una labor por parte de ninguna marca de hacer una comunicación masiva de lo que realmente es un café mezcla, la gente no sabe que no está tomando una mezcla de cafés, que es lo que sería un blend. La mezcla que ofrecen es azúcar con café. Es importante que el consumidor sepa lo que está tomando, está en su derecho. Y además, solo de esta manera conseguiremos que el café se entienda en toda su expresión, con todos sus matices. Pensemos que un café torrefacto en una máquina superautomática, de home, produce la caramelización del azúcar en los propios conductos de la máquina. Es decir, el caramelo hace una capa que aísla completamente el producto de los aromas y sabores.

La nueva gama de cafés / LAVAZZA
 

–Usted ha afirmado que el buen café puede ser un “lujo asequible”. ¿Podría desarrollar la idea?

–Dentro del espectro de productos que podemos comprar, el café sigue teniendo un ticket razonable, aun cuando es de cierta calidad. Un paquete de café premium te puede costar en el lineal 7 u 8 euros. Y 7 u 8 euros, cuando realmente sabes de dónde viene lo que estás comprando y valoras la calidad, sigue siendo un desembolso que se puede afrontar.

–¿Qué porcentaje de consumidores de café en España apuesta por cafés de especialidad o de cierta calidad?

–El consumo de café de especialidad como tal, certificado, es muy minoritario. Es un café menos democrático, tiene unos precios muy altos. Incluso una taza en un speciality coffee puede estar cerca de los cuatro euros. Y la generación Z, que es la que va buscando ese perfil de sabor más dulce, menos amargo, tiene que afrontar un gasto alto si quiere ese café de especialidad como tal. De modo que nosotros en Lavazza estamos ofreciendo un producto que es capaz de aunar ese tratamiento exquisito de la materia prima con un precio mucho más adaptado a la mayoría de los bolsillos.

Una taza junto a un paquete de café / PEXELS

–¿Qué le diría al consumidor que opina que todos los cafés son prácticamente iguales, y que no le merece la pena invertir en uno un poco mejor?

–Pienso que el consumidor, sobre todo en el canal horeca, está muy influenciado por la decisión del hostelero. Al final, no es tanto una decisión del consumidor como del bartender o del dueño del punto de venta. En este sentido, en un bar puedes preguntar qué marcas de cerveza tiene el hostelero para elegir tu favorita, pero en el caso del café es una propuesta única. Si el hostelero es el primero que no está apostando, quizá por desconocimiento, por ese café, está limitando la capacidad del consumidor de probar otras cosas. Por eso es importante que haya una culturización y que la figura del barista comience a tomar peso, o incluso que los chefs incorporen el café, que puede ser también un ingrediente. Eso es lo que hará que el consumidor empiece a darle valor.

–¿Cuál cree que es, a corto plazo, el futuro de Lavazza?

–Nuestro objetivo es convertirnos en la marca premium número uno de España en todos los canales. Creo que el futuro del café pasa por una premiumización: productos más sostenibles, con mayor calidad, tratamientos mucho más refinados… Y luego está la parte de la experiencia: cada vez estamos impulsando más, desde el training centre de Lavazza, pero también desde entidades como el Basque Culinary Center, la propuesta gastronómica: cómo las diferentes tipologías de extracción pueden complementar el menú de un establecimiento. Supone dar una vuelta de tuerca a la forma en la que se consume café.

Un profesional prepara un café / PEXELS

–Por curiosidad, ¿cuántos cafés toma usted al día?

–Demasiados. Normalmente, cuatro o cinco cafés. Es algo que realmente me gusta.