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Se acabó La Parranda: el templo de la gastronomía murciana cierra sus puertas

En este restaurante de toda la vida sobresalían las alcachofas, los arroces o el tomate, además de clásicos regionales

Juan Manuel Del Olmo

Una imagen de La Parranda / LA PARRANDA

El Restaurante La Parranda, en Murcia, cierra sus puertas. Lo hace después de medio siglo de actividad, y sus clientes más asiduos lloran la pérdida. Medios locales, como La Opinión de Murcia, han lamentado que con la jubilación de Pepe Guillén, el dueño, se clausura “una etapa brillante de la gastronomía murciana”.

En la página web de Turismo de la Región se describía el establecimiento como un “clásico” de la comida tradicional en el que destacaba la “magnífica materia prima de pescados, verduras y carnes”. Asimismo, en 2015 el blog especializado The Murcialist lo definía como "uno de esos sitios con los que sabes que no fallas, con un producto de primera calidad y un buen hacer en los fogones, que consiguen dar un plus de calidad a cualquier tapa".

Un clásico en el centro de Murcia

A lo largo de los años, muchos clientes han valorado muy positivamente los platos del restaurante en las reseñas de Google. “Un sitio muy acogedor en pleno centro de Murcia. Platos tradicionales exquisitos y mucha variedad en la carta. La dueña del local nos ofreció unos huevos con patatas a lo pobre, sobrasada y gambas. Un descubrimiento”, decía una comensal satisfecha hace solo unos meses.

Una imagen del local / RESTAURANTE LA PARRANDA - X

“La comida estuvo increíble, ¡probablemente una de las mejores paellas que hemos comido últimamente! El personal fue muy amable y servicial. Sin duda, recomiendo este lugar”, decía otro. A tenor de las críticas, entre otras propuestas, en La Parranda sobresalían las alcachofas, las croquetas de rabo de toro, el tomate o el paparajote.

Imprescindible de la gastronomía regional

Yayo Delgado, periodista especializado en crítica gastronómica, ha rendido un sentido homenaje al establecimiento en La Opinión de Murcia: “Muchos hablan de la ‘belle époque’ murciana de la restauración como si hubiera surgido sola. Pero no. Si esa época tuvo padres, La Parranda fue uno de los primeros. Uno de los imprescindibles”, ha valorado.

 “Fue el restaurante de la caverna platónica: ese original donde muchos vimos por primera vez el fuego de lo auténtico, y desde el que después se proyectaron las sombras de todos los que vinieron detrás, construyendo una forma de vida en la calle, en las barras, en los brindis largos que han hecho de Murcia una ciudad que se come y se bebe con la misma pasión con la que se vive”, recordaba.