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Esto es lo que la ciencia opina de los mantras mañaneros de ducha fía y madrugón

Seguro que tú también te has preguntado cuánto de bueno puedo ser el poner el despertador a las seis de la mañana y pegarte esa ducha de agua fría que tanto promueven los gurús de la vida saludable. ¿Tendrá más contraindicaciones que beneficios?

Rocío Antón

Esto es lo que la ciencia opina de los mantras mañaneros de ducha fía y madrugón / Montaje CG

Las inmersiones en agua fría han sido una práctica habitual en Escandinavia durante siglos, donde las gentes de esta zona tan acostumbrada a las temperaturas bajo cero aseguraban haber descubierto en el agua fría una cura a muchos males, pues este cambio brusco, al parecer, les hacía sentir algunos beneficios terapéuticos.

Una mujer se dispone a bañarse en una piscina de agua helada en Noruega/ PEXELS

La actividad en cuestión empezó a ganar popularidad mundial durante los confinamientos de 2020, cuando muchas personas encontraron en darse baños de agua helada una forma segura de socializar al aire libre en un entorno frío donde la aparición de virus era menos probable.

"Era una actividad que se podía realizar con seguridad, al aire libre y en grupo, sin contacto estrecho", explica James Mercer, fisiólogo de la Universidad de Tromsø en Noruega. "Para muchas personas, también tiene un componente social importante".

Los baños en agua fría no tienen beneficios: la evidencia científica

Las redes sociales contribuyeron a la difusión de esta tendencia, con numerosos testimonios de aficionados que afirmaban experimentar mejoras en su estado de ánimo y bienestar general al sumergirse en una bañera con hielo o irse a bañar al mar a primera hora en pleno invierno. Otros menos pudientes han adaptado esta moda al hecho de abrir el agua de la ducha al máximo de fría, buscando así los mismos resultados.

Una mujer haciendo una inmersión en agua fría/ PEXELS

Desde entonces, las inmersiones en agua fría han sido promovidas como un remedio contra el estrés, la inflamación muscular y un refuerzo para el sistema inmunológico. No obstante, la ciencia aún no ha corroborado la mayoría de estos beneficios que tanto se han repetido como mantras mañaneros y, por el contrario, ya ha señalado algunos riesgos, especialmente para quienes no son deportistas de alto nivel.

Riesgos de las inmersiones en agua fría

Figuras influyentes de las redes sociales y del deporte se han confesado aficionados al frío y han promovido no solo empezar el día con una ducha de agua fría, sino también la natación en aguas heladas como una solución para problemas que van desde la depresión hasta la diabetes. Sin embargo, los expertos en fisiología sostienen que la evidencia científica que respalda estos supuestos beneficios es bastante limitada y peligrosa.

Una persona dándose una ducha de agua fría/ PEXELS

François Haman, fisiólogo de la Universidad de Ottawa, advierte que los cambios extremos de temperatura y el impacto en el sistema cardiovascular con desenlaces trágicos como son algunos ataques cardíacos y, en casos extremos, la muerte.

"Es una práctica peligrosa, especialmente porque la mayoría de las personas solo se informan a través de redes sociales y carecen de conocimientos adecuados", señala el experto a modo de advertencia.  "El choque térmico que experimenta el cuerpo es comparable a recibir una descarga eléctrica: puede desencadenar un paro cardíaco".

La moda del agua helada y la falta de pruebas científicas

En los últimos años, algunas tendencias del mundo del bienestar que más se han promovido se daban la mano con hábitos extremos. Primero fue la idea de despertarse entre las seis y las cinco de la mañana para después comenzar el día con un baño de agua helada con la promesa de reducir el estrés, la inflamación y fortalecer el sistema inmunológico desde primera hora.

Investigadores de la Universidad del Sur de Australia han analizado estas afirmaciones en un metaanálisis de 11 estudios globales, cuyos resultados fueron publicados en la revista PLOS One.

El estudio incluyó inmersiones y duchas frías con temperaturas entre 7 y 15 ºC, durante periodos que oscilaron entre 30 segundos y dos horas. Aunque algunos efectos positivos fueron identificados, los datos se centraban mayormente en atletas, lo que deja abierta la cuestión de su impacto en la población general.

Agua fría y estrés

Los investigadores concluyeron que las inmersiones en agua fría pueden reducir el estrés, pero solo durante un periodo de hasta 12 horas. En otras palabras, no existen pruebas de un impacto duradero sobre el estrés ni de beneficios inmediatos significativos.

Una mujer estresada por el día a día/ FREEPIK

Asimismo, aunque algunos participantes que tomaron duchas frías de 20, 60 o 90 segundos reportaron una leve mejora en su calidad de vida, estos efectos desaparecieron tras tres meses, lo que sugiere que los beneficios no son sostenibles a largo plazo.

El agua fría puede ser inflamatoria

El estudio tampoco encontró evidencia concluyente sobre mejoras en el sistema inmunológico. Si bien se registró una reducción del 29% en ausencias laborales por enfermedad entre quienes practicaban duchas frías, no se observaron cambios significativos en la respuesta inmune inmediata.

No hay evidencia científica de que el agua fría mejore la inflamación corporal/ PEXELS

Uno de los hallazgos más sorprendentes fue el efecto de las inmersiones en agua fría sobre la inflamación. A diferencia de lo que se suele afirmar, los baños en agua helada no reducen la inflamación, sino que generan “aumentos relevantes” en ella, tanto inmediatamente después como una hora más tarde, como respuesta adaptativa similar a la que ocurre tras el ejercicio intenso.

¿Vale la pena el despertador a las seis y las duchas de agua fría?

Por lo tanto, si bien sumergirse en agua helada puede ser una experiencia estimulante, no se debería considerar una panacea para la salud. Y si el objetivo es simplemente mejorar la productividad, una ducha rápida —sin importar la temperatura— probablemente logre el mismo resultado en menos tiempo.

Una mujer en la cama con el despertador / PEXELS

Y qué decir tiene del tema de levantarse a las seis, pues esto puede ser beneficioso si eres una persona que consigue acostarse pronto y dormir al menos entre 7-8 horas diarias. Lo que no puede ser es que no respetes los ritmos circadianos ni el descanso con tal de entrar en el molde del que madruga mucho, afronta mejor el día. La energía viene de un buen descanso y una mejor alimentación, nunca de ser capaz de batallar contra tu sueño y ganarle la guerra al despertador.