Han hecho falta siete largos años para que Abraham Mateo se anime a descorrer el telón de uno de los rodajes más comentados de su carrera: el videoclip de Se acabó el amor. Lo que en su día fue una fantasía hecha realidad —compartir plano con dos gigantes de la música como Jennifer López y Yandel— escondía también un reverso menos idílico, una auténtica “cara B” que hasta ahora había permanecido en silencio.
El artista gaditano de 27 años, con una carrera mucho más consolidada, se sinceró recientemente en su paso por El Hormiguero, donde dejó claro que trabajar con una diva global implica asumir que el lujo no es un extra, sino parte del guion. Con naturalidad y bastante sentido del humor, Abraham confesó que cuando recibió la lista de exigencias para el rodaje pensó que aquello rozaba la ciencia ficción. “Recuerdo abrir el documento y pensar: ¿Esto es real o voy a tener que pedir un crédito?”, comentó entre risas.
Abraham Mateo celebra 20 años de carrera musical llena de anécdotas
Y es que los números hablaban por sí solos. El nivel de detalle y perfección que rodea cada proyecto de la artista del Bronx es tan meticuloso como impactante: uñas valoradas en 1.800 dólares, maquillaje que alcanzaba los 5.000 y un trabajo de peluquería que subía hasta los 10.000 dólares. “Yo era muy joven y estaba completamente alucinado”, admitió Abraham, reconociendo que aquella experiencia le abrió los ojos a otra dimensión de la industria musical.
Pero la cosa no acababa ahí. Entre los requisitos más llamativos figuraba una petición que dejó a todo el plató boquiabierto: una caravana en exclusiva para el mánager de Jennifer Lopez. Baño privado, dormitorio, cocina y salón incluidos. “Eso sí que nos salió caro”, bromeó el cantante, provocando carcajadas generales y la incredulidad del presentador Pablo Motos.
La camiseta más cara de la historia
Uno de los momentos más comentados de la charla llegó al recordar la famosa camiseta blanca que Jennifer Lopez luce en el videoclip, una prenda aparentemente sencilla que generó titulares en su momento. Según contó Abraham, aquella camiseta no solo era parte del estilismo, sino de un contrato muy concreto: casi un millón de dólares —980.000 para ser exactos— por unas horas de rodaje llevando una pieza firmada por Versace. Tras soltar la cifra, el cantante dudó por un segundo: “Quizá no debería estar contando esto…”, reflexionó en voz alta, consciente del calibre de la anécdota.
Más allá de estas confesiones, hay un terreno en el que Abraham Mateo se mueve con absoluta soltura: la moda. Cuando se habla de estilo, su discurso fluye sin filtros. Se define como un auténtico insider y no teme las críticas, una fortaleza que, según ha contado en otras ocasiones, nació tras superar episodios difíciles como el bullying en su etapa escolar. Hoy, esa valentía se traduce en una forma de vestir segura, personal y sin complejos.
Abraham Mateo moderniza el estampado más clásico
Para su aparición televisiva, el artista apostó por una chaqueta de tweed, un tejido que temporada tras temporada se reafirma como sinónimo de sofisticación. Eso sí, lejos de la silueta clásica asociada a las casas de moda más tradicionales, Abraham eligió una versión tipo blazer, moderna y perfectamente alineada con el nuevo manual del buen vestir contemporáneo.
El tweed, además, no se limita a una sola prenda. En invierno funciona como un comodín estilístico capaz de elevar cualquier look, incluso en versión total look con pantalón a juego. Un dos piezas que estiliza, aporta carácter y demuestra que lo clásico también puede ser actual.
Las claves del look de Abraham Mateo
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Contraste bien entendido. Al tratarse de un tejido tradicional en blanco y negro, el cantante lo rejuvenece con cortes amplios y un fit relajado. El pantalón, a medio camino entre el wide leg, el balloon y la sastrería, fue uno de los grandes protagonistas del estilismo.
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Elegancia en estado puro. Otra de sus fórmulas consiste en potenciar el lado más classy del conjunto con accesorios refinados, como una corbata de lunares —tendencia absoluta— en un rojo apagado que suma sofisticación sin excesos.
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Juego de color. Abraham demuestra que los tonos neutros del tweed se convierten en el lienzo perfecto para introducir pinceladas vibrantes como el rojo o el rosa, colores imprescindibles esta temporada y en los que ha confiado en más de una ocasión el polifacético artista.
El resultado es una propuesta elegante, actual y con personalidad, ideal para los compromisos que se multiplican en estas fechas. Una inspiración perfecta, especialmente, para esas temidas comidas de empresa navideñas en las que siempre surge la misma pregunta frente al armario: ¿Qué me pongo? Con Abraham Mateo, la respuesta queda clara: estilo, actitud y un punto de audacia.