Pocas imágenes resultan tan emblemáticas como las de Sarah Jessica Parker recorriendo las calles de Nueva York enfundada en esos looks que ya son historia de la moda. La actriz, que dio vida a la neoyorquina más fashion de la televisión, redefinió las reglas del vestir y convirtió cada paseo en una lección de moda urbana. Su audacia para mezclar piezas imposibles y dotarlas de personalidad inspiró a toda una generación de mujeres dispuestas a expresarse a través de la ropa, sin miedo a arriesgar ni a brillar.
Y sentó un precedente en el ecosistema femenino de la moda: no tener miedo a sacar el salto de cama o slip dress de satén de la esfera privada, sentirse sexy y empoderada llevándolo puesto por la calle, coronarlo con una blazer o chaqueta de cuero perfecto en un look absolutamente rompedor.
El regreso triunfal del vestido lencero: la tendencia más sensual del 2025
Hay prendas que parecen tener vida propia, capaces de reinventarse una y otra vez sin perder su magnetismo. El vestido lencero es una de ellas. Ese híbrido entre ropa interior y prenda de calle ha vuelto con fuerza, y las influencers no han tardado en rendirse a su encanto.
En esta línea hemos visto a numerosas influencers y entendidas en moda hacer gala de esta nueva tendencia que llega pisando fuerte. Violeta Mangriñán ha sido una de las que ha caído rendida ante esta nueva moda de lo más chic y sexy. Con botas biker y una americana oversize de cuadros marrones y beige, en perfecto conjunto con su mini vestido en el colón marrón mocha mousse de la temporada.
¿De dónde es el vestido lencero viral de Violeta Mangriñán?
La valenciana, de 32 años, atraviesa un momento de auténtico esplendor profesional. Convertida en imagen de numerosas marcas, Violeta se ha consolidado como una de las creadoras de contenido más influyentes del panorama español de la moda. Y, una vez más, ha conseguido lo que parecía inevitable: que todo el mundo hable de su look.
En su última aparición, la influencer apostó por un vestido lencero de seda firmado por Intimissimi (65,90 euros), una pieza que combina sensualidad y sofisticación a partes iguales. El diseño, de tirantes finos regulables y delicados encajes en el escote, es una oda al minimalismo más elegante, con el sello inconfundible de la prenda solo apta para quien sabe dominar las mezclas.
Su publicación en redes no tardó en hacerse viral. La influencer, que hace apenas unas semanas viajó a Nueva York para asistir al desfile de Victoria’s Secret, continúa demostrando que su relación con la estética lencera va más allá del simple gusto: es toda una declaración de estilo.
El eterno encanto del vestido lencero
Del camerino al asfalto, el vestido lencero ha recorrido un largo camino. Su historia se remonta a los años veinte, cuando las prendas íntimas femeninas comenzaron a suavizar las líneas del cuerpo y a exaltar una feminidad más libre y natural. Aun así, durante décadas permaneció reservado al ámbito privado, hasta que, en los años noventa, se consagró como símbolo de elegancia y sensualidad.
Fue entonces cuando las supermodelos de la era dorada —de Kate Moss a Naomi Campbell— y personajes icónicos como Carrie Bradshaw en Sexo en Nueva York lo convirtieron en un imprescindible de las alfombras rojas. Desde entonces, su influencia no ha dejado de expandirse.
Las grandes casas de moda lo reinterpretaron temporada tras temporada. Unas apostando por el minimalismo más depurado; otras, por bordados, transparencias y encajes exuberantes. De camisón discreto pasó a ser un lienzo de creatividad para diseñadores y una pieza fetiche en los armarios de mujeres de todas las edades.
¿Por qué vuelve con tanta fuerza en 2025?
Porque pocas prendas reúnen tantas virtudes. Es versátil, favorecedor y atemporal, y tiene esa capacidad de adaptarse a cualquier estilo o momento del día. Puede ser el protagonista de un look nocturno con tacones y labios rojos, o un aliado perfecto para un paseo de tarde con zapatillas y una chaqueta oversize.
Además, el auge del minimalismo sensual y el gusto por la ropa con aire vintage han impulsado su regreso. En plena era del “menos es más”, el vestido lencero encarna ese equilibrio perfecto entre naturalidad y magnetismo.
Cómo se lleva ahora
Las insiders de moda lo reinterpretan constantemente, demostrando que hay mil formas de lucirlo sin caer en lo predecible:
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Para las más discretas: los modelos cortos funcionan genial como top, combinados con pantalones de pinzas o faldas midi.
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Con superposiciones: el layering sigue arrasando. Llévalo sobre una camiseta blanca básica, una blusa romántica o incluso con vaqueros debajo para un aire informal y contemporáneo.
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En versión arriesgada: quienes se atreven más lo combinan con botas altas, sandalias escultóricas o joyas XL, creando un contraste entre delicadeza y fuerza que resulta hipnótico.
El secreto está en cómo lo interpretas. El vestido lencero puede ser dulce o desafiante, romántico o rebelde, clásico o rompedor. Es una prenda con alma propia, y cada mujer encuentra en él una forma distinta de contar quién es.