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Althaia, la cerveza artesana, mediterránea y sostenible (de verdad) con la que brindar este verano

Mayte Pardo destaca la importancia de la experiencia a la hora de probar una 'craft' y apela a lo local

Juan Manuel Del Olmo

Dos personas beben una cerveza artesana / FREEPIK - pch.vector

El de las cervezas artesanas es un mar agitado con reflejos dorados, lleno de matices, en el que algunos prefieren no navegar nunca porque creen que las olas se baten con complejidad y amargor, y en el que otros se sumergen para encontrar sabores apasionantes. Con todo, el segmento craft se encuentra en una situación complicada, tal y como reflejaba el Informe Socioeconómico del sector de la cerveza en España publicado en junio de 2024 por Cerveceros de España.

“El número de cerveceras descendió con respecto al 2022 un 5% y acumula un descenso del 38% si lo comparamos con el 2019”, alertaba la entidad. Una de las que ha sobrevivido al naufragio es Althaia, una cervecera orgullosamente mediterránea que produce íntegramente en Altea (Alicante).

Del vino a la cerveza

Su gerente y cofundadora es Mayte Pardo, una agrónoma de formación que antes de crear la empresa en 2014 se dedicaba al sector del vino. “Conocí a quien es mi marido, Jorge, y me hizo saltar del vino a la cerveza. La segunda tenía muchísimas cosas que me gustaban: un mundo más fresco, menos clasista y más moderno en el que se podía jugar más”, cuenta a Consumidor Global.

Cervezas de la compañía / ALTHAIA

Una prueba de que las que lo han ido haciendo bien logran llegar a puerto es que, desde que Althaia emprendió su travesía hace más de una década, organiza visitas a la fábrica “como una actividad cultural”, y a las mismas acuden anualmente unas 3.000-4.000 personas. “Teniendo en cuenta que somos un proyecto pequeño, nos enorgullece mucho”, explica Pardo.

Creciente interés

Esta experta opina que, hace unos años, la cerveza era para la gran mayoría “simplemente un producto industrializado que se compraba en supermercados o que se pedía por cañas”, y sus fabricantes carecían de la intención (o de la ambición) de trascender ese rol. Sin embargo, con la irrupción de la cerveza artesanal a lo largo de los últimos 15 años, se ha demostrado que había gente “dispuesta a escuchar ”.

“Hay una parte de la sociedad que ya no bebe una cerveza sin saborear nada, que no busca simplemente que esté helada. Nos gusta hablar de estilos, de lúpulo, de malta, y notar matices”, defiende Pardo.

La última cervecera artesana de la provincia

Los inicios de Althaia en 2014 no fueron fáciles, aunque Pardo no se siente una pionera absoluta. “Ya había algunas cerveceras artesanales en el país, y de hecho en los últimos años han caído unas cuantas, por desgracia. Ahora mismo somos los únicos de la provincia de Alicante”.  

Fábrica de la empresa / ALTHAIA

En total, contando a las dos personas que están en las visitas y en el bar los fines de semana, Althaia es un proyecto sostenido por un equipo de siete personas. Puede parecer una cifra pequeña para una empresa que posee capacidad para producir 18.000 litros mensuales, pero, a preguntas de este medio, Pardo apela una y otra vez a la importancia de la dimensión local.

Planteamiento local

“Debemos pensar que cualquier producto que sea verdaderamente artesanal, que cuide los ingredientes, que destaque el valor del proceso de elaboración y que trabaje desde lo natural, debe tener un planteamiento local”, defiende.

“Y ahí radica un poco la dificultad, porque nadie es profeta en su tierra. Así que los esfuerzos tienen que estar en lograr llegar. Nosotros hacemos muchísima formación en fábrica, tenemos contacto con los equipos de sala de restaurantes… La gente, cuando se lo explicas bien, sí muestra interés por probar cosas locales que van más allá de una cerveza helada que no sabe a nada”, reconoce.

Grifos de cerveza / ALTHAIA

Mercado y referencias

A esta dimensión local vinculada con el respeto a los procesos también se une cierta reivindicación, si no de la lentitud, sí de rechazo a las pautas aceleradas que el mercado impone a los grandes players, forzados a sacar algo nuevo y emocionante con regularidad. 

“Respecto al número de referencias, si es cierto que vamos jugando un poco con las cifras. Hubo un momento en el que parecía que el mercado te obligaba a tener muchísimas novedades, un catálogo gigante, etc., pero estamos empezando a distanciarnos de eso. Creo que entrar en esa rueda va en contra de la filosofía craft o artesanal, porque no tiene sentido hablar de los procesos artesanales y luego virar hacia el fast fashion de la cerveza”, argumenta Pardo.

‘Fast fashion’ de cervezas

Este fast fashion es, para ella, un cúmulo de novedades, etiquetas y anuncios que realmente no es sostenible. “¿Realmente voy a hacer una cerveza mejor si no puedo repetir el proceso y mejorarlo? Esto no son faldas ni jerséis, es algo un poquito más complejo. Así que creo que ahí hay un debate”, expone. La pregunta es, por tanto, ineludible: ¿es entonces la gran industria cervecera insostenible, con marcas como Mahou, que apela constantemente a su carácter madrileño; o Estrella Galicia, que tiene una estrecha vinculación con esa comunidad?

Una persona se dispone a tomar una cerveza / PEXELS

Pardo duda antes de contestar. “Creo que nada que esté a una escala muy grande puede ser sostenible de verdad. Nada macro va a serlo. En realidad, ¿qué es lo sostenible? Regresar a los pequeños productores, tener tiendas de barrio, apoyar a la pequeña y mediana empresa… Pero, en general, eso no se está haciendo. En la inmensa mayoría de sectores, los pequeños caen y, para sobrevivir, estás obligado sí o sí a crecer. De modo que habría que ser sinceros: ¿cómo puede ser sostenible la cantidad de litros de agua que van a necesitar cualquiera de esas grandes marcas, que se extraen de un solo punto? Si, en cambio, tuviéramos como antaño pequeñas fábricas por regiones, la cosa estaría mucho más equilibrada”, relata.

Precios y costes

El pack de 12 botellas de 33 centilitros de Mediterranean Lager (“la rubia de Althaia, la primera cerveza que elaboramos en la fábrica y sin duda, la que más producimos”, indican en la página web) cuesta 32 euros. El precio en formato lata es el mismo. Si el pack que se pide es el de 24, el precio por unidad baja, pero en ningún caso desciende de los 2,20 euros.

Un fabricante revisa el estado de una botella de vidrio / FREEPIK - aleksandarlittlewolf

“En los últimos cinco años el sector ha vivido muchísimos momentos críticos, como el coronavirus, con el consecuente cierre de locales, o la guerra de Ucrania, que trajo una inflación increíble de todas las materias primas. Teníamos un producto que nos permitía jugar con unos márgenes muy pequeños y no sabíamos si el mercado aceptaría una subida de precio”, indica Pardo al ser preguntada por el estado del sector. Añade que ha habido cierta criba: “El que hacía una cerveza mediocre o el que no se dedicaba íntegramente a esto ha ido cayendo”. 

Aumento de la sin alcohol

En lo que Althaia sí parece ir en sintonía con las grandes marcas es en el aumento de la popularidad de la cerveza sin alcohol. De hecho, según datos de Cerveceros de España, el 27% de los españoles se considera consumidor habitual de esta bebida, y en España se consume más cerveza SIN que en toda Latinoamérica. “Además, contamos con el porcentaje más alto del mundo occidental en consumo de cerveza sin alcohol en relación con el total de cerveza”, defiende la organización.

“Nosotros también lo estamos viendo: el consumo de la cerveza ha bajado un poquito, un 2%, y la sin alcohol sube un 4%. Nuestra cerveza sin alcohol, que está súper premiada, cada vez tiene más adeptos. Y creo que la lectura es positiva: quiere decir que tenemos unas sin alcohol de tal calidad que al consumidor no le importa porque no pierde el sabor ni la experiencia”.

Premios de Cervezas Althaia / ALTHAIA - FACEBOOK

Experiencia

Precisamente a esta idea, la de la experiencia, es a la que Pardo regresa ante la cuestión de qué se le podría contestar a una persona acostumbrada a las cervezas industriales que pensase que todas saben prácticamente igual y que, por tanto, no merece la pena apostar por una artesana, que seguramente sabe además ‘un poco a zumo’.

“Le diría que no es cierto. Dado que es una experiencia, es muy importante que todo sea favorable: hay que tener una buena copa o un buen vaso de cristal que esté limpio, la cerveza debe estar en la temperatura óptima (que no sea helada, pero desde luego tampoco caliente), debe haber tenido una buena guarda… Si pones un buen escenario, y en ese contexto pruebas una cerveza más industrial y otra más premium o artesana, la diferencia es increíble. Claro que, en el caso de las cervezas que se producen a gran escala, quizá tampoco interesa centrarse en esos matices. Pero si buscamos una premium, la experiencia va a ser única”

Matices afrutados, tropicales y cítricos

La esencia de Althaia se puede catar con cualquier integrante de su gama Las Imprescindibles. “Me encanta nuestra IPA porque es una IPA clásica, limpia, brillante, sin muchísimos grados, pero ya con matices afrutados, tropicales y cítricos; y también nuestra Marzen sin gluten, muy refrescante y muy fácil de beber”, indica la gerente de la compañía alicantina.

Para concluir, pedimos a Pardo un motivo por el que brindar con una cerveza Althaia este verano. “¡Por muchísimos motivos! Por apoyar a las pequeñas empresas y al comercio local, que me parece importantísimo, pero sobre todo por disfrutar: en Althaia hacemos cervezas mediterráneas, frescas y para todos los paladares”. Salud.