Lo que parecía una tarde tranquila en una cafetería terminó en polémica cuando una clienta recibió su cuenta y se encontró con un suplemento inesperado.
Había pasado varias horas en el local con su ordenador portátil, aprovechando el wifi y un enchufe para trabajar, sin más consumo que un café con leche. Al ver la cuenta, descubrió un recargo de cinco euros que el establecimiento había añadido por el uso de estos servicios.
“¿Cómo lo veis?”
El caso fue compartido en la cuenta de redes sociales Soy Camarero, una plataforma que recoge experiencias y anécdotas del sector de la hostelería. En la publicación, que incluía la imagen del ticket, se lanzaba una pregunta directa a los seguidores: “Una mujer estuvo horas con un café con leche y conectó su ordenador a la luz más el wifi del local. Al sacar la cuenta, el establecimiento le añadió estos costes. ¿Cómo lo veis?”. La pregunta no tardó en desatar el debate.
Mientras algunos defendían el derecho del negocio a cobrar por los servicios que ofrece, otros consideraban que se trataba de un abuso. ¿Es legítimo que los bares y cafeterías impongan un cargo adicional a quienes trabajan en sus mesas sin consumir más? ¿O se trata de una medida que puede ahuyentar a los clientes?
A favor
Quienes están a favor del cobro argumentan que los negocios deben hacer frente a costos operativos, como la electricidad y el mantenimiento del wifi, que no siempre se ven reflejados en la cuenta de los clientes. También defienden que la rotación de mesas es clave para la rentabilidad de un local y que permitir que una persona permanezca durante horas con un solo café perjudica al establecimiento.
En algunos casos, incluso, cafeterías y restaurantes han adoptado un modelo similar al de los espacios de coworking, donde se cobra por servicios adicionales como enchufes o conexión a internet premium.
En contra
Por otro lado, quienes rechazan este tipo de cobros consideran que pueden afectar negativamente la experiencia del cliente y generar una imagen negativa del establecimiento. Además, argumentan que en muchos lugares el wifi y los enchufes se ofrecen como un servicio gratuito y que, en todo caso, un cliente que permanece más tiempo en el local podría terminar consumiendo más.
También cuestionan la falta de transparencia: si no se avisa de antemano, ¿es justo incluir este tipo de recargos en la cuenta sin previo aviso?
La polémica está servida en las redes sociales
Las reacciones en redes sociales reflejaron la división de opiniones. Algunos apoyaron la decisión del establecimiento con comentarios como “Me parece muy bien, la gente cree que puede teletrabajar en un bar por el precio de un café” o “Si vas a estar varias horas, pide algo más. No cuesta tanto”.
Otros, sin embargo, fueron más críticos y cuestionaron la práctica: “Si no se avisa, no pueden cobrarlo. Espero que la clienta solo pagara su café” o “En muchos centros comerciales hay espacios para trabajar con wifi gratis. ¿Qué me ofrece este bar a cambio de ese cobro?”. La polémica está servida y plantea un dilema que cada vez es más común en la hostelería.