En la última década, el pódcast ha pasado de ser un formato emergente a convertirse en una de las actividades cotidianas más practicadas por los españoles. Lo que antes era un pasatiempo de nicho se ha consolidado como un ritual de bienestar para millones de personas. El IV Informe del Observatorio iVoox sobre el consumo de pódcast en España revela que 8 de cada 10 ciudadanos ya escuchan este tipo de contenido de forma recurrente, dedicando una media de 10,5 horas semanales a la escucha y consumiendo 6,5 episodios por semana.
Más allá de las cifras, el pódcast se ha convertido en un canal íntimo, flexible y confiable que acompaña a la audiencia en momentos clave del día, reforzando su papel no solo como entretenimiento, sino también como una herramienta para mejorar la calidad de vida.
El pódcast, un momento para uno mismo
El informe señala que casi la mitad de los oyentes en España escucha pódcast todos los días, y uno de cada cuatro lo hace incluso varias veces a lo largo de la jornada. Este hábito, que se realiza en solitario en el 97% de los casos, favorece la escucha consciente, donde la persona elige de manera activa el contenido que quiere disfrutar. Se trata de un consumo distinto al de otros medios: aquí el oyente tiene el control, lo que genera una experiencia más personal y significativa.
El teléfono móvil es el dispositivo estrella para acceder a los programas (96%), seguido a distancia por el coche (20%) y el ordenador (14%). Las franjas más habituales de escucha son la mañana (59%) y la noche (55%), lo que confirma que este formato se integra en las rutinas de bienestar diarias, ya sea para empezar el día con energía o para relajarse antes de dormir.
¿Qué escuchamos y por qué?
Las temáticas que más atraen a los españoles en 2025 son el misterio (16,6%), la historia (14,1%) y el humor (10,3%). Este interés revela la necesidad de contenidos que despierten curiosidad, fomenten el aprendizaje y aporten ligereza. Aun así, la demanda de pódcast divulgativos sigue creciendo, especialmente en áreas como historia, ciencia y bienestar personal.
En cuanto a los formatos, los más valorados son el conversacional (53%), seguido de cerca por el narrativo o documental (51%) y las entrevistas (47%). Estas estructuras facilitan la conexión con los temas y con la voz que los transmite, reforzando la sensación de estar acompañado en un entorno cercano y accesible.
La fuerza de la autenticidad
Uno de los aspectos más destacados del informe es la clara preferencia de los oyentes por los pódcast independientes: un 65% los elige frente a los producidos por grandes medios o marcas. Estos proyectos suelen contar con comunidades más pequeñas, pero también más fieles, comprometidas y receptivas. Lo que buscan los usuarios no es tanto la producción masiva, sino la autenticidad y la conexión genuina con la persona que está al otro lado del micrófono, es decir, con el locutor o entrevistado.
Esa sensación de cercanía se traduce en una relación emocional: casi la mitad de los oyentes afirma sentir a sus podcasters de referencia como alguien familiar y un 18% asegura experimentar una conexión tan fuerte que los perciben como parte de su comunidad.
Pódcast y publicidad: cuando la confianza multiplica el efecto
Este entorno de confianza también beneficia a la publicidad. El 64% de los oyentes considera que los pódcast son más creíbles que otros canales como YouTube o las redes sociales. Además, el 59% confía más en una marca si la recomienda un presentador de pódcast de referencia, y uno de cada cuatro asegura que llegaría a comprar un producto tras escucharlo en su programa favorito.
A diferencia de otros medios, los anuncios en pódcast no suelen percibirse como invasivos. Tres de cada cuatro usuarios conviven con ellos sin problema, y más del 86% recuerda haber escuchado un anuncio en este formato. El 69% incluso mejora su percepción de la marca tras hacerlo. Esta combinación de cercanía y credibilidad convierte a los pódcast en un soporte publicitario eficaz, con un impacto emocional difícil de conseguir en otros canales.
Bienestar sonoro: un hábito saludable
Más allá del consumo y la publicidad, los pódcast se han integrado en la vida cotidiana como una fuente de bienestar emocional y mental. Escucharlos permite aprender algo nuevo, acompañarse en momentos de soledad o encontrar calma durante el día. La flexibilidad del formato, que puede escucharse en cualquier momento y lugar, lo convierte en un aliado del equilibrio personal.
La paridad en el perfil de los oyentes también confirma la diversidad del formato: las mujeres ya representan más del 50% de la audiencia, y el rango de edad se extiende desde los 18 hasta los 65 años, con una mayoría de personas en activo y con estudios universitarios. Este panorama refuerza la idea de que el pódcast es un medio transversal, capaz de llegar a distintos estilos de vida y adaptarse a ellos.
Un hábito que llegó para quedarse
El pódcast ya no es una moda pasajera, sino un ritual de bienestar que combina entretenimiento, aprendizaje y conexión emocional. Su éxito radica en la autenticidad de las voces, en la libertad que ofrece al oyente y en la capacidad de integrarse en las rutinas diarias de manera natural.
En un mundo marcado por el exceso de estímulos, el pódcast representa una pausa consciente, un espacio personal donde cada persona elige qué escuchar, cuándo y cómo. Por eso, más allá de cifras y tendencias, el verdadero valor de este formato está en su capacidad de aportar equilibrio, compañía y valor real al día a día de quienes lo escuchan.