El turismo subacuático ha ganado popularidad en los últimos años, ofreciendo a los viajeros una experiencia única para explorar las profundidades del mar sin tener que bucear.
Sin embargo, un trágico accidente ocurrido el pasado 27 de marzo frente a la costa de Hurgada, en el Mar Rojo, ha puesto en cuestión la seguridad de estas experiencias. El submarino turístico Sindbad, de la compañía egipcia Sindbad Submarines, naufragó con 45 personas a bordo, resultando en la muerte de seis turistas por ahogamiento. El incidente fue causado por un fallo en los motores, según las autoridades.
Turismo de riesgo
Este evento pone bajo la lupa a una modalidad de turismo que, aunque considerada segura en la mayoría de los casos, ha estado marcada por incidentes recientes de alto perfil.
Tan solo en junio de 2023, el sumergible Titan, que realizaba expediciones para ver el naufragio del Titanic, implosionó, matando a los cinco turistas a bordo. Estos eventos han generado una creciente preocupación sobre los riesgos asociados con los submarinos turísticos.
El submarino Sindbad
El submarino Sindbad, que fue construido en Finlandia, tiene una capacidad de 44 pasajeros y dos miembros de la tripulación. Con un diseño especializado para el turismo, los submarinos de este tipo no son adaptaciones de embarcaciones convencionales, sino naves diseñadas específicamente para sumergirse a profundidades de hasta 75 metros, navegando a una velocidad de 3 nudos (5,5 km/h).
Estos sumergibles, que pesan 103 toneladas y tienen 18 metros de largo, cuentan con 22 ojos de buey para permitir que los pasajeros disfruten de la vista del fondo marino. Además, están equipados con sistemas de seguridad como chalecos salvavidas, máscaras de oxígeno y aire acondicionado.
Su parecido con los modelos canarios
Curiosamente, existen submarinos similares en las Islas Canarias, operados por las empresas Submarine Adventure y Submarine Safaris.
Estos submarinos canarios, que también fueron construidos por el astillero finlandés Mobimar Ltd., se sumergen a una profundidad máxima de 30 metros y tienen un costo más accesible para los turistas, con precios que oscilan entre los 31,5 euros en Gran Canaria y los 70 euros en Tenerife para inmersiones de unos 40 minutos.
Un mercado en crecimiento
A pesar de este trágico accidente, las compañías que operan estos submarinos turísticos siguen afirmando que sus servicios son seguros. Sindbad Submarines destacó que, en sus 25 años de experiencia, nunca había sufrido un percance de seguridad, mientras que Submarine Safaris, con dos embarcaciones similares, asegura que sus naves han realizado más de 52.000 inmersiones sin incidentes graves, transportando a casi dos millones de turistas.
Sin embargo, la reciente tragedia ha llevado a muchos a preguntarse sobre los riesgos inherentes a este tipo de actividades turísticas, especialmente cuando se trata de una tecnología que permite a los turistas sumergirse a grandes profundidades para observar la vida marina. A pesar de las medidas de seguridad implementadas, estos accidentes ponen en evidencia la vulnerabilidad de las operaciones que dependen de la maquinaria y tecnología avanzada.
Precios y accesibilidad
A pesar de los riesgos, la demanda de este tipo de experiencias sigue siendo alta. Las inmersiones en submarinos turísticos siguen siendo un atractivo principal para quienes buscan aventuras bajo el mar. En el caso del Sindbad, una inmersión de menos de una hora tenía un precio de 69 euros, que incluía transporte al hotel y un viaje en barco hasta la plataforma de embarque. En las Islas Canarias, los precios varían dependiendo de la isla y la empresa, con un rango que va desde los 31,5 euros en Gran Canaria hasta los 70 euros en Tenerife.
Aunque la tragedia del Sindbad ha conmocionado al sector, es probable que la industria continúe creciendo a medida que la tecnología avanza, pero también que se intensifiquen las demandas de mayor seguridad y transparencia para los consumidores, que buscan disfrutar de estos emocionantes viajes sin poner en peligro su vida.