Cada noviembre, el Black Friday abre la puerta a la temporada de compras navideñas, marcando un antes y un después en los hábitos de consumo. Lo que nació como una jornada de grandes descuentos se ha transformado en un fenómeno cultural que combina anticipación, planificación y una clara expectativa: encontrar la mejor oportunidad sin renunciar a una experiencia de compra satisfactoria. En un momento del año donde, según los datos de la plataforma Aecoc Shopperview, más del 60% de los españoles tiene previsto realizar alguna compra, el precio importa, pero ya no es el único protagonista.
El consumidor actual se mueve entre múltiples pantallas, compara más que nunca y toma decisiones más informadas. Quiere rapidez, pero también quiere sentirse acompañado. Quiere buenas ofertas, pero valora la tranquilidad de saber que detrás de su compra habrá un servicio que responda ante cualquier imprevisto o necesidad asociada.
En cuanto a productos estrella, los últimos datos confirman lo que se percibe en tiendas y búsquedas online: la tecnología sigue siendo la más buscada en estas fechas. Y los españoles de entre 18 y 34 años los más propensos a comprar algún dispositivo, especialmente telefonía, audio, televisión e informática, según datos de MediaMarkt España. Pero este interés ya no se limita al producto en sí. Crecen con fuerza los servicios asociados: instalación profesional, ampliaciones de garantía, reparación, reacondicionado o financiación flexible. En definitiva, soluciones que permiten que la tecnología funcione sin complicaciones desde el primer minuto.
Otra gran tendencia consolidada en los últimos años es la disolución de la frontera entre la tienda física y el mundo online. Hoy, los consumidores esperan que todo esté conectado: poder informarse en la web, comparar precios en la app, recibir asesoramiento en tienda y finalizar la compra desde el móvil. Y quieren hacerlo sin fricciones, sin esperas y sin tener que repetir información.
MediaMarkt lidera un Black Friday más cercano
Esta evolución ha convertido al Black Friday en un termómetro perfecto para medir cómo cambia el comportamiento del comprador y qué espera realmente de las marcas: cercanía, flexibilidad y un servicio que vaya más allá del instante de la compra. Y es precisamente en este escenario donde MediaMarkt —con más de 25 años acompañando a los consumidores españoles— ha ido adaptando su propuesta, integrando web, app, tiendas y redes sociales en un único ecosistema omnicanal que permite al cliente elegir cómo interactuar sin perder continuidad.
El resultado se refleja en su evolución: en el último año, las ventas online de la compañía han crecido un 16%, las compras en tienda un 8% y la aplicación móvil se consolida como uno de los canales de mayor crecimiento, con un 78% más de actividad.
Y más allá del producto, los servicios cobran un peso decisivo: instalación, configuración, reparación, plan de recompra o ampliación de garantías aportan un valor que permite que la tecnología llegue al hogar sin complicaciones y funcione tal y como el cliente la imagina. Porque la tecnología importa, pero importa aún más cómo se integra, cómo se acompaña y cómo responde una marca cuando surge un imprevisto.
En línea con esta visión, MediaMarkt vuelve extender sus ofertas durante todo noviembre. El objetivo ya no es concentrar colas y prisas en un solo día, sino ofrecer un acceso más relajado, más previsible y, en definitiva, más cómodo. Una forma de adaptarse a un consumidor que quiere elegir su propio ritmo y planificar sus compras con tranquilidad.
Y quizá ahí reside la verdadera transformación del Black Friday: ya no basta con ofrecer el mejor precio durante unas horas; el consumidor quiere sentir que detrás de cada oferta existe un compromiso real. En este nuevo escenario, las compañías que destacan no son las que más ruido hacen, sino las que más cuidan el proceso completo, desde la primera búsqueda hasta la experiencia de uso en el hogar. Y es precisamente en ese acompañamiento continuo donde hoy se juega la diferencia, donde se gana confianza y donde se construyen relaciones que perduran más allá de cualquier campaña comercial.