Hace solo una semana desde que la empresaria más conocida del globo terráqueo anunciase en su cuenta de Instagram una colaboración con Nike llamada NikeSkims Body Obsessed. Pero, como buena reina de la publicidad, Kim Kardashian ha vuelto a ser tema de conversación en la antesala de la venta de una de las colecciones deportivas más deseadas y esperadas gracias a sus declaraciones.
En una entrevista con Vogue, la empresaria de 44 años ha compartido detalles de su rutina de bienestar, revelando que cuidar de sí misma es su forma favorita de mantenerse en equilibrio, aun con una agenda repleta y una vida familiar exigente. ¡Unos efectos que hemos podido observar en su envidiable figura!
El estilo también motiva: entre la disciplina y la autoescucha
Fiel a su reputación, Kim reconoce que su alianza con NikeSkims la inspira a entrenar con más entusiasmo: “Si me siento bien con lo que llevo puesto, todo fluye mejor”. Y no es difícil imaginarlo, pues sus conjuntos deportivos, siempre impecables, se han convertido en un símbolo de motivación estética. Al fin y al cabo, ¿quién no disfruta sintiéndose poderosa al entrar al gimnasio?
Lo que distingue la filosofía de bienestar de Kardashian es su equilibrio entre la constancia y la atención plena al cuerpo. Cada ejercicio, pausa y estiramiento están pensados para cuidar su energía, no para agotarla. Su enfoque no se trata de perseguir ideales imposibles ni dietas de moda, sino de cultivar hábitos realistas y sostenibles.
Su entrenamiento combina fuerza, pilates, cardio suave y estiramientos. Esta mezcla mantiene la motivación viva y evita el aburrimiento, además de recordarle que moverse también puede ser un placer. Para Kim Kardashian, cuidarse no es un castigo, es una forma de celebrar su vitalidad todos los días, una idea que queda muy lejos de la autoexigencia, algo con lo que no siempre ha estado reconciliada.
La controversia de las dietas exprés: ¿cómo perdía peso Kim Kardashian en el pasado?
No todo en su recorrido ha estado libre de polémica. En 2022, Kim Kardashian admitió haber perdido siete kilos en pocas semanas para lucir un icónico vestido en la MET Gala, eliminando por completo los carbohidratos y azúcares de su dieta. Si bien logró su objetivo, los expertos advierten que este tipo de dietas pueden alterar el equilibrio del cuerpo y provocar efectos secundarios como mareos, fatiga o desequilibrios metabólicos.
El organismo, al quedarse sin hidratos, entra en un estado llamado cetosis, en el que utiliza la grasa como fuente principal de energía. Aunque puede parecer efectivo a corto plazo, esta práctica conlleva riesgos si no se supervisa adecuadamente. Incluso publicaciones médicas como The Lancet y la OCU han señalado que la pérdida rápida de peso suele deberse más a la deshidratación que a una verdadera quema de grasa.
La fuerza como nueva aliada
Hoy, Kim ha dejado atrás las dietas extremas para apostar por el entrenamiento de fuerza como pilar de su bienestar. Mancuernas, máquinas y ejercicios funcionales forman parte de su rutina diaria en lo que a pérdida de grasa se refiere. La empresaria confiesa que antes prefería evitar el gimnasio por molestias de espalda, debido al abuso de corsés y tacones de los que siempre hace gala, pero ahora ha aprendido a adaptar los movimientos a sus necesidades, priorizando la constancia sobre la intensidad.
Su método se basa en entrenar una zona del cuerpo por día durante unos 90 minutos, alternando entre tren superior e inferior. Así mantiene el equilibrio físico sin exigirse de más. Su filosofía es clara: pequeños esfuerzos diarios tienen más impacto que grandes sacrificios ocasionales.
Pilates, estiramientos y consciencia corporal
Para mantener la flexibilidad y cuidar su postura, Kim Kardashian incluye tres sesiones de pilates semanales. Este hábito no solo estiliza su figura, sino que le ayuda a liberar la tensión acumulada en la espalda, especialmente tras jornadas largas o el uso constante de tacones.
A diferencia de otras celebridades, no incorpora yoga ni danza en su rutina; prefiere ejercicios que se adapten a sus sensaciones corporales y a lo que su cuerpo le pide en cada momento. Su mayor aprendizaje, asegura, ha sido escuchar y respetar esos mensajes.
Una rutina que empieza con actitud
Las mañanas son su momento sagrado. Kim arranca el día con música energética, su playlist “de poder”, como la llama, que la impulsa a darlo todo desde bien temprano. Aunque confiesa que a veces revisa el móvil entre repeticiones, para disgusto de su entrenador, demuestra que el bienestar no tiene que ser rígido. De hecho, puede ser tan flexible como cada una decida.
En resumen, la nueva etapa de Kim Kardashian deja un mensaje poderoso: el autocuidado no es cuestión de moda, sino de conexión con una misma. Entre fuerza, constancia y amor propio, la estrella nos recuerda que sentirse bien no depende de la edad ni de un número en la báscula, sino de cómo elegimos tratarnos cada día.