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José M. Esteller: "La película 'Campeones' fue un empujón brutal para el deporte inclusivo"

Hablamos con el entrenador de España de baloncesto en los Special Olympics, una de las figuras más destacadas en el ámbito del deporte de personas con discapacidad intelectual

Teo Camino

José Miguel Esteller, entrenador de Special Olympics, fotografía a sus campeones / SESE SPECIALS

José Miguel Esteller lleva 30 años entrenando a equipos de baloncesto con discapacidad intelectual en la Federación Acell y es el entrenador de la Selección en los Special Olympics. Recientemente, su equipo Santa Eulàlia Special se ha convertido en el primero de España en competir en una liga de personas sin discapacidad.

El entrenador José Miguel Esteller y uno de sus jugadores de los Special Olympics con la medalla de oro / SESE

Le entrevistamos para conocer de primera mano la actualidad del deporte inclusivo en nuestro país y reflexionar sobre el impacto positivo y transformador que tiene en la vida de sus campeones.

--¿Cómo es el deporte en España y cómo debería de ser?

--A nivel de deporte con discapacidad intelectual, poco a poco nos hemos integrado dentro de las secciones ordinarias de los clubes de baloncesto, que ahora tienen equipos de personas con discapacidad. Es un paso adelante. Un reconocimiento importante que ayuda a que nuestros jugadores se integren en la sociedad.

--Pero...

--Pero falta reconocimiento por parte de las administraciones. Los nuestros tienen el mismo afán de competición. Se esfuerzan igual que los demás. Y falta ese reconocimiento.

--Se van a producir avances significativos muy pronto, ¿no?

--Uno de los avances más importantes es que personas con discapacidad intelectual volverán a participar en unos Juegos Paralímpicos, algo que no sucede desde Sidney, cuando fue un equipo con discapacidad intelectual que no era tal. Desde entonces, sólo hay equipos de personas en sillas de ruedas. Ya en París fuimos a hacer un 3x3, una exhibición. Y este diciembre, a través de la Federación Española, se hizo un primer entrenamiento para formar equipos masculinos y femeninos que participarán en los próximos Paralímpicos. Es un avance, pero es muy lento.

 

--¿Qué beneficios aporta el deporte a las personas con algún tipo de discapacidad?

--El deporte es aconsejable para todo el mundo, y sobre todo para personas con discapacidad intelectual. Aporta beneficios sociales, trabajo en equipo, que es muy importante, esfuerzo. Ellos, cuando entrenan y compiten, se sienten muy valorados. Es un paso hacia la normalidad. Ellos entrenan, pero piensan con quién van a competir. A nivel físico y también mental. Mentalmente les aporta una estabilidad enorme.

--¿Hoy en día, en una sociedad tan individualizada como la occidental, es más importante que nunca sentirse parte de un grupo?

--Totalmente. Por poner un ejemplo, tengo un jugador que juega una liga en la Federació Catalana d’Esports per a Persones amb Discapacitat Intel.lectual (Acell), en una división muy importante. Y, a veces, la familia me contaba: 'También quiere jugar con el SESE'. ¿Tiene el nivel de juego? Sí que tiene ese nivel, pero le cuesta más relacionarse. Entre los nuestros, se entienden, se sienten a gusto y reflexionan.

--¿Se refiere al equipo Santa Eulàlia Special, que ahora compite en una liga senior de baloncesto sin discapacidad?

--Así es. Nuestro equipo SESE Special empezó compitiendo en la Federación Acell, pero teníamos jugadores de nivel y ganábamos muchos partidos por 80-100 puntos. Para ellos no era un valor importante. Por eso dimos un paso importante y complicado mentalmente. Nos daba mucho miedo competir contra equipos senior sin discapacidad donde nos podía pasar lo contrario. Ir a unos partidos donde perdiéramos de muchos puntos.

Un entrenamiento / CEDIDA

--¿Y cómo les ha ido?

--Hemos competido en casi todos los partidos. De hecho, la temporada pasada llegamos a la final. Sabemos que los contrarios se esfuerzan a tope, porque también es complicado perder contra equipos con discapacidad intelectual, pero eso a nosotros nos beneficia. Queremos que sea así, que compitan a tope. Nos sentimos muy orgullosos de ser el primer equipo en España que compite en una liga de baloncesto de personas sin discapacidad.

--¿Lo importante es participar?

--Exacto. No vamos a negar que a todos nos gusta ganar, pero el perder, por ahora, no ha significado ninguna decepción mayor que simplemente la de la derrota. 

--¿Cada balón que pasa por el aro es una fiesta?

--Sí. Recordamos que en el primer partido había nervios. No sabíamos lo que nos encontraríamos. Pero los nuestros lo han sabido canalizar. Una dura derrota nos podía llevar a perder los nervios, pero lo han hecho fenomenal. El primer partido fue una victoria. Nos quedamos perplejos. Luego se han ido alternando victorias y derrotas, pero es lo de menos. Podemos competir. Tenemos jugadores que compiten y el equipo está muy asentado.

--¿La película ‘Campeones’ (2018), de Javier Fesser, marcó un antes y un después en el ámbito del deporte inclusivo?

--Totalmente. La mayoría de jugadores que aparecen en la película han estado en Special Olympics y yo los conozco. Ha sido un empujón brutal de cuatro o cinco metros. Los chavales, los deportistas, el coordinador, son parte muy fiel de lo que es el deporte con discapacidad intelectual. Recoge muy bien todas las historias y lo que sucede en el ámbito de la discapacidad.

--¿El deporte puede transformar vidas?

--Tenemos muchos casos. Por ejemplo, el de un jugador nuestro que vino muy joven, con 16 años. Tiene una discapacidad del 68%, y durante los seis primeros meses nos costó mucho transmitirle las ideas y los conocimientos del baloncesto. Hasta que un día le pasamos unos videos de YouTube sobre cómo jugar, recursos técnicos, un reverso, diferentes jugadas... Y luego vino al cabo de diez días y lo hizo perfecto. También hay muchos casos de transformación social. Gente que se sentía sola en casa y que, al conocer a los compañeros, porque no sólo entrenan, también hacen planes, ganó muchas habilidades sociales.

--¿Hay algún deporte que no puedan practicar las personas con discapacidad?

--No. Como nosotros. Yo, por ejemplo, soy nulo para el esquí. Pues ellos igual. En la Federación tenemos 18 deportes y tenemos deportistas en cada uno de ellos. Cada uno elige el deporte que más le gusta o mejor práctica.

--El atleta Álex Roca padece una parálisis cerebral, que se traduce en una discapacidad física del 76%, pero el año pasado se convirtió en la primera persona con una discapacidad como la suya en correr y terminar la maratón de Barcelona y este año acumula unas cuantas medias maratones…

--Es un caso de superación impresionante. En todos los casos de superación siempre abogo porque sean un reflejo de que el resto de deportistas también lo pueden hacer. El caso del chico que te comentaba antes, por ejemplo, fue al entreno de los Paralímpicos y fue elegido. Con superación, se puede. En la liga de la Federación Acell tenemos cuarenta equipos de baloncesto. Tenemos tres niveles. Seis equipos de nivel 1. No tenemos mucha gente de nivel 1, pero es un nivel muy bueno de juego y son referentes para los demás y una motivación para poder superarse. Aunque los de los niveles 2 y 3 se esfuerzan igual. Todos los jugadores tienen su espacio dentro de su nivel, es la filosofía de Special Olympics.

José Miguel Esteller con la sudadera de Acell / CEDIDA

--¿No hay límites, sólo barreras mentales? ¿Qué pesa más, el físico o la mente?

--Las barreras mentales. El propio deportista tiene que superarlas. Aunque a veces están creadas por la sociedad. Una persona con discapacidad ahora tiene otro rango, pero antes se consideraba que no podía hacer un trabajo. Ahora hay mil proyectos de inserción laboral en empresas importantes. Ellos trabajan con su contrato laboral. Es muy importante el tema mental y el deporte no es la panacea, pero ayuda mucho a relacionarse con los compañeros y con la sociedad.

--Se suele hacer hincapié en la necesidad de fomentar la inclusión en el deporte, ¿todavía falta mucho camino por recorrer?

--Sí, sí, sí. Falta mucho camino. Recuerdo que nos invitaron a hacer un partido amistoso hace unos años. Entramos por un vestuario y ellos entraban por otro. Salió el entrenador y me dijo: ‘Bueno, a ver, ¿cómo tienen que jugar los míos?’. ‘Tienen que jugar a baloncesto’. ‘Espero que boten la pelota’, dijo. ‘Evidentemente que botan la pelota, de no ser así no jugarían’, le contesté. Cuando salieron y vieron que el calentamiento lo hacían igual que ellos, cambiaron la mentalidad. Hay que cambiar la mentalidad.