Con la llegada del otoño no solo cambian los paisajes y la ropa de nuestro armario. También lo hace nuestro cabello. Según el último Informe Pharmalive del distribuidor Alliance Healthcare, las ventas de productos anticaída en farmacias españolas aumentaron casi un 39% en 2025, en comparación con el mismo periodo del año anterior. Un dato que denota que los productos capilares son de gran interés en otoño, pues la nutricosmética capilar promete aportar vitalidad y mejorar la densidad del cabello en esta época de caída estacional.
Una cifra que confirma lo que muchas ya notamos frente al espejo y en el cepillo. Porque la caída capilar estacional es una realidad y, lejos de ser un motivo de alarma, puede entenderse como parte del ciclo natural de renovación del pelo. Pero, ¿qué hay detrás de este fenómeno y cómo podemos minimizarlo?
Por qué se nos cae más el pelo en otoño
Durante los meses de verano, el cabello está más expuesto que nunca: sol, salitre, cloro, calor excesivo… Todas estas agresiones externas aceleran el paso del pelo de la fase de crecimiento (anágena) a la de caída (telógena). Según la dermatóloga Virginia Velasco, de la Clínica Dr. Morales Raya: “La pérdida habitual del pelo es de entre 100 y 150 cabellos al día, puede incluso duplicarse en esta época”.
Aunque se trata de un proceso normal que suele durar unas semanas, también existen otros factores que influyen en la salud capilar: cambios hormonales, una dieta poco equilibrada, el uso de productos inadecuados o incluso el estrés. De ahí que sea clave adoptar una estrategia de autocuidado que vaya más allá de champús fortificantes o lociones específicas.
Nutrir el cabello desde dentro
El cabello, como la piel o las uñas, refleja lo que ocurre en el interior. Por eso, los especialistas insisten en que la alimentación es fundamental para frenar la caída y potenciar el crecimiento. Tal y como señala el doctor Carlos Portinha, coordinador clínico del Grupo Insparya: “Un déficit de vitaminas puede afectar directamente al estado del pelo, provocando sequedad, pérdida de brillo y debilitamiento”.
Nuestro organismo no produce la mayoría de las vitaminas, por lo que debemos incorporarlas a través de la dieta o, en algunos casos, con suplementos. Estas son las más importantes para lucir una melena fuerte y con vitalidad:
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Vitamina C: imprescindible para absorber el hierro y producir colágeno. La encuentras en cítricos, fresas, kiwis o pimientos.
 
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Vitamina D: no solo depende del sol. También está en pescados como la sardina o la trucha. Mejora la circulación y fortalece los folículos.
 
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Vitamina E: ideal para estimular la producción de sebo (el acondicionador natural del cuero cabelludo). Se obtiene de frutos secos, semillas y aceites vegetales. Un desayuno con avena y un puñado de nueces puede ser un gran aliado para el cabello.
 
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Vitamina A: previene la sequedad y favorece el crecimiento celular. Presente en zanahorias, brócoli, huevos o pescados grasos como el salmón.
 
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Vitaminas del grupo B: especialmente la biotina (B7), clave para la queratina y el crecimiento. También la niacina (B3), que favorece la circulación, y la B5, que ayuda a retrasar canas y controlar grasa y caspa. Las espinacas tienen gran cantidad de biotina.
 
¿Es caída estacional o un problema más serio?
Aunque puede resultar inquietante ver más cabellos de lo normal en la ducha o el cepillo, los dermatólogos insisten en que en la mayoría de los casos se trata de una renovación natural. Como explica el doctor Antonio Clemente, miembro de la AEDV: “Prefiero hablar de recambio más que de caída, porque el pelo viejo se desprende para dejar paso al nuevo”.
Eso sí, conviene prestar atención a las señales. Si al sujetar un pequeño mechón notas que se desprenden varios cabellos con facilidad, o si la caída persiste más de tres meses, podría tratarse de un efluvio telógeno. Esta condición, más allá de lo estacional, puede deberse a:
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Estrés físico o emocional.
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Carencias nutricionales (especialmente de hierro).
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Etapas como el posparto.
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Haber pasado por una enfermedad reciente.
 
En esos casos, lo recomendable es consultar a un dermatólogo, que podrá identificar la causa y pautar un tratamiento específico.
Estrategia de autocuidado en otoño
Además de la alimentación, hay otras rutinas sencillas que pueden ayudarte a atravesar este periodo con una melena más sana:
Mima tu cuero cabelludo
Utiliza productos suaves y evita lavar el pelo con agua demasiado caliente.
Reduce el uso de calor
Planchas y secadores intensifican la fragilidad. Si los usas, protege el cabello con productos termo protectores.
Apuesta por masajes capilares
Estimulan la microcirculación y favorecen la llegada de nutrientes a los folículos. Usar aceite de romero para ello es una gran apuesta para que nuestro cabello recupere volumen.
Mantén una buena hidratación
Tanto bebiendo suficiente agua como utilizando mascarillas nutritivas.
La cara positiva de la caída estacional
Aunque pueda parecer preocupante, la caída de cabello en otoño tiene una parte positiva: es la oportunidad de renovar la melena y fortalecerla desde sus raíces. Con los cuidados adecuados y una dieta equilibrada, lo que empieza como un signo de debilidad puede convertirse en el inicio de un cabello más sano, brillante y resistente.
En definitiva, si notas que tu melena pierde densidad en estos meses, recuerda que no estás sola. Es un proceso natural que afecta a muchas mujeres. Lo importante no es solo combatirlo desde fuera con productos anticaída, sino también apostar por un enfoque integral que combine alimentación, autocuidado y bienestar emocional.