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El sorprendente ritual matutino de Cate Blanchett: "Cinco minutos y todo vuelve a la normalidad"

Cate Blanchett revela su secreto antiedad: baños de agua fría, mindfulness y una rutina matutina para el equilibrio físico y mental

Rocío Antón

Cate Blanchett / Instagram

A sus 55 años, Cate Blanchett ha encontrado en las mañanas un espacio sagrado para cuidar de sí misma. Su rutina de bienestar empieza de forma sencilla: un vaso de agua o una taza de té, un momento de conexión interior a través del mindfulness y sus tratamientos cosméticos habituales. Sin embargo, hay un hábito que, según ha revelado recientemente, ha transformado su forma de empezar el día: las inmersiones en agua fría.

Más allá de la estética, este gesto diario se ha convertido en su herramienta de equilibrio físico y emocional. A pesar de dormir apenas cuatro horas por noche, como confesó al diario The Guardian, Blanchett asegura que ese baño gélido le aporta la energía necesaria para enfrentarse a los retos del día. Un hábito que, además, comparte con su marido, el dramaturgo Andrew Upton.

Cate Blanchett y su ritual helado: el baño frío como clave para el equilibrio cuerpo-mente

"Lo único que me mantiene en equilibrio ahora mismo es sumergirme en agua helada cada mañana", explica la actriz. “Cinco minutos bastan para que todo recupere su orden. Cinco minutos de frío y todo vuelve a la normalidad dentro de ti. Te obliga a estar presente”.

Lo describe como una experiencia intensa, pero poderosa. Aunque reconoce que no es fácil, la actriz compara el impacto del frío con otras vivencias exigentes de la vida: “Si lo comparas con dar a luz, no es nada”, dice con humor.

No se trata de una moda pasajera en su vida. Es un ritual que lleva tiempo incorporado y que, con los años, se ha vuelto imprescindible. “Solo tienes que respirar y quedarte ahí. Aprendes a resistir la incomodidad o a rendirte a ella. Y cuando lo practicas el tiempo suficiente, puedes volver a ese estado mental en cualquier momento del día”.

Un comienzo de año… bajo cero

Seguro que no es la primera vez que lo escuchas. No son pocos los que reciben el año dándose un baño en el mar a pleno 1 de enero… ahora, el caso de Cate Blanchett y su marido, es mucho más extremo. Resulta que decidieron dar la bienvenida al nuevo año.... pero no te imaginas el sitio.

Viajaron al Ártico con sus cuatro hijos y se sumergieron en las gélidas aguas tras abrir un agujero en el hielo. Las temperaturas caían por debajo de los -30 °C, pero la experiencia, asegura Blanchett, fue mágica. “Tuve la sensación de que el tiempo se detenía. Fue fabuloso”.

Ese mismo estado de conexión que logra cada mañana lo lleva consigo a lo largo del día. Ya sea en entornos laborales, relaciones personales o momentos de incertidumbre, el baño helado le permite empezar cada jornada desde un lugar de apertura y presencia. “Solo intento comenzar el día como quiero que siga: conectada, con el corazón abierto. Eso es lo que intento hacer”, afirma.

¿Moda pasajera o herramienta de salud?

Las inmersiones en agua fría están ganando popularidad entre figuras públicas como Jennifer Aniston o Joe Rogan, y cada vez más personas las incorporan a sus rutinas de autocuidado. Esta práctica —que forma parte del conocido método Wim Hof— se basa en la idea de que el frío, manejado adecuadamente, puede aportar múltiples beneficios a nivel físico y mental.

Desde la antigüedad, culturas de todo el mundo han utilizado el frío con fines terapéuticos. Y aunque hoy existe un renovado interés por sus beneficios, la ciencia aún estudia su impacto real.

Algunas investigaciones apuntan que los baños fríos pueden tener incontables beneficios:

  • Favorecer la circulación cardiovascular

  • Disminuir la inflamación

  • Estimular el sistema inmune

  • Mejorar el estado de ánimo y la claridad mental

  • Aumentar la tolerancia al estrés

Sin embargo, no todas las evidencias son concluyentes. Un estudio reciente (2025, Universidad de Australia del Sur) observó que los niveles de inflamación en algunos participantes aumentaban una hora después del baño frío, aunque sí se registró una reducción del estrés en las 12 horas siguientes. “Es fundamental entender cómo reacciona nuestro cuerpo antes de adoptar prácticas extremas, incluso si parecen saludables”, explica la investigadora Tara Cain.

El caso de Marcos Llorente: del deporte al biohacking

No solo el mundo del cine está explorando esta práctica. También deportistas como Marcos Llorente han hecho del frío parte esencial de su rutina. El futbolista ha compartido en redes sociales su costumbre de salir a pasear en temperaturas cercanas a los cero grados… en pantalón corto y sin camiseta.

@tiempodejuegocope ❄️ Marcos Llorente contesta en Deportes COPE a las críticas por sus vídeos en el frío #AtléticoDeMadrid ♬ sonido original - tiempodejuegocope

“No me voy a poner malo”, asegura. Para él, esta exposición es parte de su proceso de adaptación física y emocional. Habla de la melatonina, del sistema inmune, de la regeneración celular. Lo ve como parte de una filosofía más amplia: la de incomodarse para fortalecerse.

Y aunque pueda parecer extremo, la ciencia respalda parcialmente sus argumentos. Estudios apuntan a que el frío puede:

  • Promover la liberación de melatonina

  • Apoyar la pérdida de grasa corporal

  • Regular los ritmos circadianos

  • Mejorar la calidad del sueño

  • Aumentar la capacidad respiratoria y la concentración

Un trabajo de la Universidad de Granada incluso sugiere que la combinación de baños fríos y suplementación con melatonina podría tener efectos positivos en el metabolismo, especialmente en personas con obesidad.

Escuchar al cuerpo, siempre

En resumen: los baños de agua fría podrían ser beneficiosos, pero su efecto varía según la persona, su salud, y la forma en la que se implementa el hábito. Más estudios a largo plazo y con grupos diversos son necesarios para entender realmente su alcance. Tanto si lo practicas con la intensidad de Llorente como con la serenidad de Blanchett, la exposición al frío puede convertirse en un poderoso aliado del bienestar… si se hace con conciencia.

No todos los cuerpos reaccionan igual. No todos los momentos vitales son adecuados. Pero si hay algo en común en estas historias es el deseo de empezar el día desde un lugar de presencia, fuerza y equilibrio.

Como dice Blanchett, cada mañana es una oportunidad para reconectar contigo mismo. Y si para ello necesitas un baño helado, tal vez tu cuerpo —y tu mente— te lo agradezcan.