El ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy, ha anunciado una nueva regulación que afectará directamente a las empresas que utilizan precios dinámicos, como Uber, Bolt, Cabify, Amazon o Booking.
A partir de su entrada en vigor, las compañías estarán obligadas a hacer transparentes los algoritmos que emplean para fijar sus tarifas, prohibiéndose prácticas discriminatorias y el aprovechamiento de situaciones de emergencia.
Regular los algoritmos
Las denominadas tarifas dinámicas –precios que bajan cuando hay poca demanda y suben notablemente con alta afluencia, mal tiempo o atascos– son comunes en muchas plataformas digitales de movilidad y comercio. Consumo pone ahora el foco sobre esta práctica, anunciando que regulará los algoritmos que la hacen posible para garantizar que sean “transparentes y accesibles”, y que no puedan discriminar a los usuarios ni beneficiarse de contextos de urgencia, como ocurrió durante la DANA en Valencia.
La medida busca que, por ejemplo, cualquier usuario de un servicio de coche con conductor tenga acceso a información clara sobre cómo se ha calculado el precio que se le muestra. Esto incluirá parámetros como la distancia al destino, la hora del viaje, la frecuencia con la que realiza ese trayecto o la concurrencia de eventos masivos en la ciudad.
Factores discriminatorios
Asimismo, se prohíbe que el precio se determine por factores discriminatorios, como la condición física, el perfil racial del usuario o situaciones personales como tener poca batería en el móvil, una práctica que Consumo considera abusiva.
Bustinduy, durante un acto celebrado en el Ministerio con motivo de los derechos digitales de los consumidores, ha señalado que el objetivo es evitar que los clientes se vean presionados a tomar decisiones apresuradas por cambios automáticos e imprevisibles de precio durante el proceso de compra. Además, busca aumentar la concienciación sobre el uso de datos personales y reforzar el control de la ciudadanía sobre su privacidad.
Plataformas conocidas
Aunque no se ha citado a ninguna empresa concreta, muchas plataformas conocidas (como Glovo, Airbnb o las grandes aerolíneas) utilizan tarifas que varían según la demanda, personalización o condiciones del momento. En el caso de Airbnb, por ejemplo, se utilizan “precios inteligentes” que se ajustan dentro de un rango fijado por el anfitrión, pero que tienden a subir cuando la demanda lo permite.
Esta regulación sigue la línea del decreto aprobado en noviembre pasado, tras la DANA de Valencia, que prohibió que los precios dinámicos se dispararan en contextos de emergencia. “Ningún modelo de negocio puede sustentarse sobre la vulneración de derechos”, ha subrayado el ministro, que apuesta por una “democratización de las relaciones económicas” para garantizar intercambios justos y en igualdad de condiciones.