Así es la piscina natural más impresionante de España: tienes que visitarla una vez en la vida

La piscina natural más impresionante de España se sitúa al borde del mar y enclavada entre acantilados y, sin duda, tienes que vistarla una vez en la vida. De hecho, se ha convertido en un atractivo turístico más para todos aquellos visitantes de la zona. 

Se ubica en la isla de Gran Canaria, concretamente, en Agaete. Bautizadas como Las Salinas de Agaete, esta piscina es un conjunto de pozas enclavadas al borde del mar, en un entorno dominado por acantilados. Estos charcos, conectados por tubos volcánicos, lo tienen todo para disfrutar de baños familiares relajantes y con grandes vistas de la acantilada costa del noroeste de la isla.

Un ‘castillo’ sumergido

Las Salinas de Agaete conforman un pequeño paraíso dentro de la localidad. Se trata de un conjunto de tres piscinas naturales protegidas del mar abierto y conectadas entre sí. Se caracterizan por la forma de los pilones de hormigón, los cuales simulan unas almenas, lo que da una apariencia de ‘castillo’ sumergido. Sus aguas proceden directamente del mar y bañarse en ellas es toda una experiencia, pues se puede disfrutar de una de las mejores vistas de la isla.

Cabe destacar que a pesar de que las salinas están protegidas por muros, no es recomendable bañarse en ellas cuando el mar está bravo o haya un oleaje muy fuerte. Además, es aconsejable llevar zapato tipo escarpín o cangrejeras para evitar hacerse daño y no resbalarse.

Un acceso sencillo

Llegar hasta las pozas es bastante sencillo, ya que se encuentran apenas a cinco minutos en coche del centro de Agaete. Además, cuenta con todo tipo de servicios, desde el solarium y el área recreativa hasta una amplia zona de aparcamiento, duchas e incluso algún chiringuito. Si no se desea ir en coche, se puede acceder caminando desde la calle de El Muelle.

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Igualmente, el paraje cuenta con ciertos puntos de interés perfectos para visitar. De todos destaca la playa de la Caleta, una cala totalmente virgen que cuenta con un paisaje de postal. A ella le acompaña la ermita de Nuestra Señora de las Nieves, una construcción totalmente blanca que contrasta a la perfección con el paisaje; y lo que se conoce como el ‘Dedo de Dios’, una roca de grandes dimensiones ubicada en el Puerto de las Nieves.