Estás en casa viendo una película de suspense. Durante dos horas que dura el film, estás haciendo apuestas con tu pareja sobre quién ha sido el asesino que ha acabado con la vida del protagonista.
Apuestas todo a un personaje y, al final, pierdes. Seguro que alguna vez has vivido una situación similar. Pues bien, existe un truco para desenmascarar al villano. Un secreto que ha revelado Rian Johnson, director de Puñales por la Espalda, en una entrevista a Vanity Fair.
La condición de Apple
Apple permite usar sus productos en las grabaciones de películas, aunque con una condición. La marca de la manzana solo la pueden usar los personajes buenos, nunca los malvados.
"Todos los directores que quieran mantener en secreto la identidad del villano de su película tienen que estar odiándome ahora mismo", afirma Johnson en la entrevista. Sin duda una regla que sorprende y que mantendrá al espectador atento.
"Product placement"
La relación entre el cine y las marcas ha sido siempre bastante cercana. Estas colaboraciones, conocidas como product placement o emplazamiento de producto, son una forma de publicidad encubierta. Es decir, las firmas pagan por aparecer en determinadas escenas de películas o series. Esta práctica, aunque pueda parecer moderna, tiene una larga historia que data de los inicios del cine.
La decisión de Apple de no permitir que sus productos aparezcan en manos de los antagonistas tiene que ver con la construcción de su imagen de marca. A lo largo de los años, la empresa ha cultivado una reputación de innovación, diseño y, sobre todo, un estilo de vida aspiracional. Asociarse con personajes positivos y heroicos en el cine fortalece esa imagen y evita asociaciones negativas.
Mantener el misterio
La revelación de Johnson puede llevar a repensar las estrategias de muchas películas. En el cine de suspense y misterio, la sorpresa y el giro inesperado son herramientas narrativas clave. Saber de antemano que un personaje no es el villano porque tiene un iPhone en la mano puede restarle emoción a la trama. Es posible que en el futuro, los directores opten por mantener a los personajes clave alejados de marcas reconocibles para preservar el misterio.
Apple no es, ni mucho menos, la única marca con directrices específicas sobre cómo se deben usar sus productos en pantalla. Otras empresas tienen pautas similares para proteger y fortalecer su imagen. En el caso de la firma norteamericana, el impacto es especialmente notorio debido a la omnipresencia de sus dispositivos en la vida cotidiana y la cultura popular.