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Glovo entrega alcohol a niños de 13 años sin hacer ningún tipo de comprobación

Mediante la aplicación dedicada a la compra, recogida y envío de productos, a los menores con sólo clicar en “certifico que soy mayor de edad” se les permite hacer un pedido de bebidas alcohólicas

Ana Carrasco González

Oscar Pierre, CEO de Glovo / CG

La euforia que da la noche, el ansia por crecer y la capitanía que se simula delante de los amigos induce a cometer un acto de rebeldía durante la temprana adolescencia. Todo el mundo, y da lo mismo de la generación de la que se hable, ha coqueteado con las ganas de saborear unas gotas de alcohol mezcladas con Fanta o Coca-Cola. La barrera de los 18 años parece alejada cuando el anhelo se despierta antes. Pero esta chiquillada tiene que quedar en eso, en los chiquillos, mientras que las empresas deben velar por el cumplimiento de la ley.

A Glovo, sin embargo, parece no importarle si es mayor de edad o no el cliente que demanda alcohol. 

Un pedido de bebidas alcohólicas por internet

En Palencia, un grupo de niños de 13 años disfrutaban de un encuentro cuando uno de ellos, llevado por la emoción, cogió su teléfono móvil y se metió en la aplicación dedicada a la compra, recogida y envío de productos. Recopiló los nombres de las bebidas alcohólicas que más le sonaban y se dispuso a hacer el pedido. Antes de realizar el pago, en la parte inferior de la página saltaba una pestaña para certificar su supuesta mayoría de edad.

Adolescentes bebiendo alcohol / EFE

Tras confirmarlo sin ningún tipo de comprobaciones, esa noche hubo alcohol para aquellos niños gracias a Glovo. 

Denunciado en comisaría

Con Glovo no hubo castigo, pero sí por parte de la madre de uno de ellos, Julia M., quien colocó una reseña negativa en Trustpilot. “Entrega de bebidas alcohólicas en Palencia a niños de 13 años sin ningún tipo de comprobación ni por parte de la aplicación ni del repartidor”, se puede leer en la plataforma que recoge las opiniones y quejas de los consumidores. 

Una captura de un pedido de bebidas alcohólicas a través de Glovo / CG

“En atención al cliente dicen que es suficiente con marcar en la aplicación que eres mayor de edad para poder realizar el pedido. Ya está denunciado en comisaría”, avisa Julia M. Consumidor Global ha comprobado que, efectivamente, tan sólo con hacer clic en “Certifico que soy mayor de edad y me comprometo a acreditar la edad cuando se me solicite” es suficiente para obtener alcohol. 

Desde una sanción de mil euros al cierre de la empresa

El abogado Iván Rodríguez ratifica a este medio que este hecho es ilícito, sin embargo, no se trata de un ilícito penal. “Me sorprende que Glovo no tenga ningún tipo de limitación o control, en mi opinión me parece una terrible irresponsabilidad”, comenta. 

Pese a que no se trata de un ilícito penal, esta empresa, que tiene impuesta la prohibición por ley (Ley 5/2000, de 8 de mayo, por la que se eleva la edad mínima de acceso a las bebidas alcohólicas), puede acarrear sanciones administrativas por este suceso. “Puede haber sanciones económicas importantes: desde sanciones de miles de euros hasta el propio cierre de la empresa”, expone Rodríguez.

¿Cómo reclamar?

“Se puede reclamar de varias maneras, si se tiene constancia de que un establecimiento local está vendiendo alcohol a los menores, lo más recomendable sería que se denunciase ante la propia policía”, recomienda el abogado. “Por otro lado, si se trata de un comercio online, igualmente recomendaría la denuncia ante los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado. También cabe la opción de denunciarlo por las múltiples vías que el propio consumidor pueda encontrar por la red como la institución de consumo de su comunidad autónoma”, añade.

“En última instancia, no hay que olvidar que un menor al fin y al cabo se encuentra bajo la patria potestad y la vigía de los propios padres, que si bien, si por negligencia de una empresa poniendo a disposición el alcohol al menor puede producirse un daño, que en ocasiones pueda llegar a ser irreparable, tenemos que tener en cuenta múltiples factores como la responsabilidad de la empresa y de los propios padres”, concluye Iván Rodríguez.