Una tragedia que sí se puede prevenir: cada día mueren 6.000 niños por malnutrición

Más de 150 millones de niños sufren esta enfermedad crónica en el mundo, una crisis evitable que exige acción política, enfoque comunitario y cuidado integral desde los primeros días de vida

Niños que sufren malnutrición en Yemen, una tragedia que se puede prevenir / Osamah Yahya - EP
Niños que sufren malnutrición en Yemen, una tragedia que se puede prevenir / Osamah Yahya - EP

Si 19 aviones con niños y niñas a bordo se estrellaran cada día, la reacción mundial sería inmediata, inapelable, unánime. Y sin embargo, la cifra equivalente de muertes infantiles por desnutrición crónica —6.000 al día— sigue pasando casi en silencio. Sin luto oficial, sin titulares diarios, sin urgencia política. Es una tragedia que ocurre a puerta cerrada, sin estruendo, pero con consecuencias devastadoras.

Este fue el mensaje central de una jornada celebrada en Barcelona, organizada por Acción contra el Hambre y la Fundación Nous Cims, donde los expertos lanzaron una llamada clara y rotunda: la desnutrición infantil crónica es prevenible, pero requiere una revolución en la forma en que la entendemos y enfrentamos.

Más de 150 millones de niños afectados

“El problema es que seguimos tratando la malnutrición como un tema de alimentos, cuando es mucho más complejo”, sentencia Oliver Cumming, investigador del London School of Hygiene and Tropical Medicine. La desnutrición crónica afecta hoy a más de 150 millones de niños y niñas en el mundo y no sólo merma su crecimiento físico, sino que limita su desarrollo cognitivo, emocional y social para siempre.

Palestinos se reúnen para recibir comida en un comedor social, en medio de una crisis de hambre / Saher Alghorra - EP
Palestinos se reúnen para recibir comida en un comedor social, en medio de una crisis de hambre / Saher Alghorra - EP

Según los expertos, los primeros mil días de vida –desde la gestación hasta los dos años– son cruciales. Una ventana biológica que no se vuelve a abrir. Tras ese periodo, las secuelas son en su mayoría irreversibles.

Cuidar, no solo alimentar

Más allá de las calorías y los micronutrientes, el cuidado emocional temprano puede triplicar la efectividad de los programas nutricionales. “Un niño bien alimentado pero sin afecto, no florece”, afirma sin rodeos Eduardo García Rolland, especialista en Desarrollo Infantil Temprano en UNICEF. La nutrición infantil no puede entenderse sin una perspectiva integral: salud mental materna, agua potable, higiene, estimulación temprana y vínculos afectivos son ingredientes esenciales del mismo plato.

Eva Iráizoz, referente técnica en prevención y malnutrición crónica de Acción contra el Hambre, subraya que la lactancia materna exclusiva en los primeros seis meses es una herramienta potentísima para prevenir el retraso en el crecimiento infantil. Pero su éxito no depende solo de la madre. “Necesitamos una implicación activa del entorno familiar, incluidos los padres, y políticas públicas que respalden y protejan esta práctica”, explica.

La comunidad como epicentro del cambio

Desde Senegal hasta Angola, proyectos como Boolo Xeex Xuibon y CRESCER demuestran que la lucha contra la desnutrición cobra fuerza cuando las comunidades lideran el proceso. “Nos alejamos del asistencialismo. Ellos tienen las respuestas, nosotros solo facilitamos el camino”, señala Inés Azaiez, gestora de programas de Nutrición de la Fundación Nous Cims.

En Angola, una comunidad reconstruyó su propio centro de salud en solo una semana. “Este proyecto nos pertenece”, dijeron sus líderes. Es un ejemplo de cómo la apropiación local genera soluciones más sostenibles y duraderas.

La urgencia política y la justicia social

“No basta con repartir comida. Hace falta voluntad política, inversión sostenida y un cambio de narrativa”, alerta Marco Kerac, también del London School of Hygiene and Tropical Medicine. La malnutrición no es un fallo técnico, sino una expresión brutal de desigualdad. Es una emergencia humana que habla de inequidad, género, pobreza estructural y abandono institucional.

El enfoque de género también fue señalado como clave. “Empoderar a las mujeres no sirve si no se reparte la carga de cuidados ni se garantiza su voz en la toma de decisiones”, advirtió Iráizoz. La lucha contra la desnutrición es inseparable de la lucha por la equidad y la dignidad.

¿Qué estamos esperando?

Cada día que pasa sin acción política, sin inversión real, sin estrategias coordinadas, son 6.000 historias truncadas, 6.000 infancias que no serán. Lo más doloroso es que estas muertes son evitables. “La ciencia lo sabe, las comunidades lo demuestran y las soluciones existen. Lo que falta es decisión”, concluyen los expertos.

Niños palestinos se reúnen para recibir comida cocinada por una cocina benéfica   Omar Ashtawy   EP
Niños palestinos se reúnen para recibir comida cocinada por una cocina benéfica Omar Ashtawy EP

Que esta tragedia continúe ocurriendo en silencio es, en sí misma, una elección colectiva. Pero también lo es cambiar la historia. Porque la malnutrición infantil no solo se puede prevenir. Se debe prevenir. Y no mañana. Hoy.