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La fruta milagrosa sin evidencias científicas con la que una empresa española se quiere hacer de oro

Baïa Food comercializarán en Europa la ‘miracle berry’, una fruta que se cultiva en África y que tiene la capacidad de endulzar los alimentos ácidos

Los dos empresarios en la plantación de miracle berry que tienen en Ghana / Instagram BAÏA FOOD
Los dos empresarios en la plantación de miracle berry que tienen en Ghana / Instagram BAÏA FOOD

Cada mes aparecen alimentos milagrosos en el mercado. El bombardeo de productos es incesante. La preocupación del consumidor por cuidar su dieta va en aumento y, por ello, muchos quieren subirse a la ola healthy. No obstante, los especialistas advierten de que hay que conocer bien lo que se consume, porque, en ocasiones, una dieta equilibrada es suficiente para obtener el mismo aporte nutricional que prometen estos nuevos comestibles que llegan en forma de complementos y suplementos.


Entre las novedades de este verano destaca un “superalimento”. Sí, otro. Se trata de la miracle berry o Synsepalum dulcificum, una baya rojiza y pequeña que convierte el sabor ácido en dulce. Sin necesidad de azúcares añadidos. Un suculento reclamo que nadie había monetizado, hasta que ha llegado Baïa Food. Después de ocho años, la foodtech española ha recibido el aval de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) para comercializar de manera exclusiva durante un lustro la miracle fruit. Sin embargo, ante la cantidad de edulcorantes que hay en el supermercado ¿es necesario este fruto?

Objetivo: comercializar la fruta en Europa

La autorización de la EFSA no es lo único que Baïa Food debe lograr. Queda el certificado de Europa “Esperamos recibir en los próximos meses la ratificación por parte del Diario Oficial de la Unión Europea para empezar a comercializar a finales de este año”, comenta Guillermo Milans, un empresario que, pese a que se quería dedicar a la banca, tuvo una urgencia sanitaria que le replanteó su futuro. “Fue una apendicitis que se convirtió en peritonitis y me tuvieron que quitar un metro de intestino”, explica a Consumidor Global. En ese momento, entendió que “la alimentación influye directamente” en la salud, y lo importante que es cuidar lo que se come y “evitar la ingesta desmesurada de azúcares”. Coincidió con Locan Bensadron, un universitario que había terminado Farmacia en Utrecht (Países Bajos) cuando descubrió esta fruta. Enseguida supo que quería hacer algo con ella y, entre ambos, crearon la empresa. Y hasta ahora.


Una vez obtenga esta aprobación Baïa Food tendrá la exclusividad de comercializar la fruta milagro en los territorios de la Unión Europea. Cinco años durará su privilegio y después de ese periodo tendrá que enfrentarse a la posible competencia. Aunque los emprendedores intentarán cubrirse las espaldas para cuando llegue el momento. “Tenemos un riguroso plan en marcha, queremos conseguir patentes que protejan nuestra situación frente a posibles competidores”, comenta Milans.

“Endulzarlo todo”

Baïa Food venderá la miracle berry como: “polvo liofilizado de la fruta, en comprimidos bucodispersables, escamas o gránulos”, enumera Milans. “Como dicta la EFSA, parece que el nuevo alimento no plantea problemas de seguridad”, agrega Gemma del Caño, farmacéutica especializada en innovación y seguridad alimentaria. Aunque destaca: “Se debe consumir antes de comer lo que se vaya a ingerir. Para la población en general no veo una ventaja”.

Otro aspecto que denuncia la especialista es “la necesidad de enmascarar sabores y endulzarlo todo”, un mal endémico en la alimentación occidental. A pesar de ser crítica con el invento, Del Caño señala que la fruta “podría ser interesante para enfermos a los que todo les sabe mal, y a ver si así, modificando sabores, comen más”, sentencia. En todo caso, hay muy poca literatura científica al respecto.

Un precio un tanto exorbitado 

El precio de la miracle berry no estará al alcance de todos los bolsillos, ya que una dosis de 200 miligramos costará 2,5 euros. “La cantidad máxima recomendada es de 700 miligramos por persona y día, con lo que el consumidor puede tomar este complemento antes de cada comida y sin rebasar el tope”, opina Milans. En ese caso, el gasto diario ascendería a 7,5 euros. 


Sin duda, una cantidad un tanto desorbitada para compensar el millón de euros que han invertido los jóvenes empresarios y que, indudablemente, también rinde homenaje a sus cinco años de exclusividad en el mercado europeo.

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