La obsesión por frenar el envejecimiento es una entelequia que mueve millones de industrias, desde la de la alimentación, pasando por la de la cosmética y acabando por la tecnológica. La obsesión y culto al cuerpo y persecución de la eterna juventud es una cuestión sobre la que se lleva muchos años estudiando la ciencia.
Fue en 2022 cuando unos investigadores científicos de la Universidad de Cambridge trabajaron en el intento de rejuvenecer las células de la piel de una mujer de 53 años para que fueran equivalentes a las de una mujer de 23 en Reino Unido.
¿Qué pretende la biotecnología?
Unos estudios que pretendían arrojar algo de evidencia médica a las investigaciones de la biotecnología que pretenden hacer lo mismo con otros tejidos del cuerpo lo que verdaderamente de conseguirse, podría llegar a ser una herramienta para traer la juventud de vuelta a quien pueda pagar dichos tratamientos e investigaciones.
La meta principal es diseñar terapias para abordar enfermedades asociadas con el envejecimiento, como la diabetes, afecciones cardíacas y desórdenes neurológicos. La tecnología emplea métodos similares a los utilizados para clonar a Dolly, la oveja que marcó un hito científico hace más de 25 años.
El líder del proyecto, el profesor Wolf Reik, del Instituto Babraham en Cambridge, comentó a la BBC que confiaba en que esta técnica pudiera prolongar la salud de las personas a medida que envejecen, ayudándolas a mantenerse en mejores condiciones por más tiempo.
El millonario que desafía al tiempo, a la carrera por la juventud eterna
Con 80 años cumplidos, pero aparentando poco más de 50, Larry Ellison está espectacular físicamente. Asegura no haberse realizado ningún estiramiento ni tratamiento de crujía estética y afirma haber logrado lo que muchos considerarían un sueño imposible: ralentizar el envejecimiento gracias a sus tratamientos de biotecnología.
¿Su fórmula secreta? Más de 430 millones de dólares invertidos en terapias y tecnologías de vanguardia diseñadas para desafiar los efectos del paso del tiempo con todas las herramientas de la ciencia y tecnología de su parte.
Una mente obsesionada con detener el reloj
Nacido en el Bronx en 1944, Larry Ellison, fundador de Oracle y la cuarta mayor fortuna del mundo, según Forbes, no ve la muerte como algo natural. Desde hace décadas, ha dedicado recursos y esfuerzos a encontrar maneras de prolongar la vida, puesto que afirma creer tener el dinero para pagarlo. Si bien es cierto que sus inversiones en investigación tecnológica, médica y científica estuvieron motivadas en gran parte por la pérdida de su madre adoptiva a causa del cáncer, luego derivaron por otros derroteros tales como el de mantenerse joven y bello.
“La muerte nunca ha tenido sentido para mí. ¿Cómo puede alguien estar presente y luego, simplemente, desaparecer?”, confesó al biógrafo Mike Wilson, según recogió la popular revista Time.
El Círculo exclusivo de los "Inmortales" de Silicon Valley
Esta filosofía ha llevado a este apuesto millonario octogenario a convertirse en uno de los principales benefactores de investigaciones biomédicas y tratamientos antienvejecimiento, con iniciativas que van desde su propia Fundación Médica Ellison hasta millonarias donaciones a empresas biotecnológicas que destinan su dinero a averiguar como frenar su deterioro celular.
Ellison no está solo en esta búsqueda por alargar la vida. Figuras emblemáticas como Peter Thiel (cofundador de PayPal), Larry Page y Sergéi Brin (Google), Jeff Bezos y Bryan Johnson también forman parte de esta élite tecnológica que busca trascender las limitaciones biológicas y formar parte del club de los “millonarios inmortales”.
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Peter Thiel, conocido por sus inversiones visionarias, ha apostado por terapias experimentales como transfusiones de sangre joven.
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Sergéi Brin, tras descubrir una predisposición genética al Párkinson, ha donado más de 150 millones de dólares a la investigación de enfermedades neurodegenerativas.
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Larry Page, a través de Calico Labs, ha invertido más de 750 millones en proyectos dedicados al estudio del envejecimiento celular.
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Jeff Bezos, en colaboración con Yuri Milner, fundó Altos Labs, una empresa que investiga cómo revertir el deterioro celular.
Bryan Johnson, quizá el más radical, incluso convirtió su obsesión por la juventud en un estilo de vida que comparte públicamente. En un reciente mensaje en X, elogió a Ellison por su “excepcional gestión del envejecimiento biológico”.
La ciencia que impulsa la búsqueda de la juventud
Las tecnologías utilizadas para retrasar el envejecimiento van desde transfusiones de plasma y terapias hormonales hasta innovaciones en ingeniería genética y estudios sobre el rejuvenecimiento celular. Aunque estos métodos tienen un precio elevado, muchos de estos magnates consideran la inversión como una oportunidad no solo para prolongar su vida, sino también para maximizar su influencia y legado.
Como explicó Christopher Wareham, bioeticista de la Universidad de Utrecht, en una entrevista con el Financial Times:
“Cuanto más tiempo vivas, más se acumula tu riqueza. Y cuanto más rico eres, mayor es tu capacidad para influir políticamente”.
¿La fórmula de la longevidad en venta?
La carrera por frenar el envejecimiento no es solo un testimonio de los avances científicos, sino también un reflejo de cómo la riqueza puede abrir puertas a posibilidades que aún parecen inalcanzables para la mayoría. Mientras que la inmortalidad sigue siendo un sueño lejano, estos millonarios están marcando un camino hacia un futuro donde vivir más y mejor podría convertirse en la nueva norma para quienes puedan pagarlo.
¿Será el dinero la llave para trascender las barreras de la biología? Solo el tiempo —y quizás los avances de estas investigaciones— lo dirán.