El palmarés de Rafa Nadal habla por sí solo: 92 títulos, 22 Grand Slam, dos oros olímpicos y cinco Copas Davis. Sin embargo, detrás de esas cifras se esconde un esfuerzo constante que no solo se tradujo en entrenamientos intensos, sino también en elecciones alimentarias muy meditadas.
El adiós a las pistas llegó con cierta tristeza tras la eliminación de España en la Copa Davis de 2024, pero el propio Nadal aseguró retirarse con la tranquilidad de haber dejado un legado que va más allá de lo deportivo. Su carácter y profesionalidad fueron tan admirados como sus victorias.
Los sacrificios alimenticios de Nadal: 2 alimentos prohibidos y 3 a evitar
Para mantenerse competitivo durante 23 años, Nadal recurrió a una estricta disciplina nutricional que le obligó a renunciar a varios alimentos. En sus primeros años de gloria, cuando ya acumulaba 10 Grand Slam y el número uno mundial, tenía una clara debilidad: la Nutella y la Coca-Cola.
El serbio Janko Tipsarevic llegó a comentar en una entrevista que el español era capaz de tomar grandes cantidades de ambos productos. Sin embargo, esa etapa quedó atrás cuando Nadal tomó plena conciencia del impacto que la dieta tenía sobre su rendimiento.
Con la ayuda de la nutricionista Nuria Granados, el tenista introdujo una dieta basada en pescado, verduras, arroz, patatas, ensaladas, frutos secos y alimentos frescos, evitando ultraprocesados con exceso de azúcares o grasas poco saludables. En paralelo, eliminó tres productos habituales en la mesa de muchos hogares: carne, embutidos y queso.
¿Por qué estaban prohibidos estos alimentos?
Aunque sorprenda, la decisión respondía a un plan pensado para prolongar su carrera. Nadal nunca fue esclavo de las calorías, pero aceptó reducir el consumo de ciertos productos tras comprobar sus beneficios en la recuperación física.
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Carne: la sustituyó por proteínas de pescado, huevos y legumbres. Muy completas y limpias.
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Queso: lo eliminó con un impacto positivo en la digestión y el control de grasas saturadas a largo y medio plazo.
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Embutidos: su eliminación redujo los posibles riesgos cardiovasculares, en línea con las advertencias de la OMS sobre el consumo de carnes procesadas en un adulto medio.
 
La estrategia se centraba en evitar ultraprocesados y priorizar alimentos frescos y equilibrados, un enfoque que no solo cuidó su salud, sino que le permitió resistir partidos maratonianos de más de cinco horas.
Proteína y rendimiento
La proteína es uno de los nutrientes más importantes cuando hablamos de salud muscular, sobre todo en personas activas o que realizan deporte con regularidad. Su papel clave está en la regeneración y reparación de las fibras musculares que se dañan durante el ejercicio.
Cuando entrenamos, especialmente con ejercicios de fuerza o resistencia, los músculos sufren microlesiones. Es en la fase de recuperación cuando el cuerpo utiliza los aminoácidos (los componentes básicos de las proteínas) para reparar ese tejido dañado, hacerlo más fuerte y, con el tiempo, favorecer el crecimiento muscular.
Las necesidades proteicas varían según la persona y la intensidad de la actividad física. En deportistas, se recomienda una ingesta diaria de 1,4 a 2 gramos de proteína por kilo de peso corporal, repartida a lo largo del día.
¿De dónde es mejor extraer las proteínas?
Lo cierto es que a excepción de las personas que se dedican profesionalmente al deporte, en el caso del común de los mortales las fuentes pueden ser tanto animales (pescado, huevos, carnes magras, lácteos) como vegetales (legumbres, frutos secos, quinoa, soja). Lo importante es garantizar una variedad que aporte todos los aminoácidos esenciales.
La decisión de Nadal, aunque propuesta por una nutricionista experta en dietas de alto rendimiento, de prescindir de la carne ha reabierto el debate sobre la necesidad de las proteínas animales en el deporte de alto nivel. ¿Son verdaderamente necesarias? Mientras que las de origen animal se digieren con mayor facilidad, las vegetales aportan fibra y reducen riesgos cardiovasculares.
El legado más allá de las pistas
En su caso, el equilibrio llegó gracias a una combinación de pescado, huevos y legumbres, suficiente para reparar la musculatura y mantener un rendimiento óptimo. Como señalan varios expertos, cada vez existen más estudios que respaldan los beneficios de sustituir parcialmente la proteína animal por la vegetal.
Más allá de sus títulos, la trayectoria de Nadal también deja lecciones sobre hábitos de vida. Su apuesta por una alimentación consciente y adaptada a las exigencias del deporte de élite refuerza la idea de que la nutrición es un pilar fundamental para el rendimiento y la longevidad profesional.