La expansión de la gripe aviar en Europa, que ha obligado al sacrificio de decenas de miles de aves en países como Hungría y Polonia, comienza a generar preocupación en España, donde el precio del pollo ha registrado un importante encarecimiento en los últimos meses.
Según datos del Índice de Precios al Consumo (IPC), entre enero y marzo de este año, la carne de ave ha subido un 1,6% en el mercado español, mientras que en el conjunto de la Unión Europea el aumento ha sido del 3% desde septiembre.
Efecto en Europa
Aunque la enfermedad no ha afectado directamente con la misma intensidad al territorio español, la interdependencia del mercado europeo ha tenido su efecto.
“El sector funciona como un sistema de vasos comunicantes en la UE: si en un país falta producto, se compensa con lo que se produce en otro país miembro”, explica Joan Anton Rafecas, presidente de la Federació Avícola de Catalunya (FAC), en declaraciones recogidas por El Periódico.
Tendencia alcista
La Lonja de Bellpuig, uno de los principales mercados de referencia en el precio del pollo, situó la semana pasada la cotización del pollo blanco en canal en 2,58 euros el kilo, un 6% más que a comienzos del año. Se trata de una tendencia alcista que contrasta con la moderación general de la inflación en España.
Pese a ello, los productores se muestran tranquilos. “Es cierto que quizás ahora estamos viendo alguna subida de precio, pero no es algo que a los productores nos preocupe demasiado… De un tiempo a esta parte hemos conseguido que los precios se estabilizaran”, señala Rafecas.
Un aumento en el consumo
El incremento de precios coincide con un aumento significativo en el consumo. De acuerdo con el Informe anual del consumo alimentario en España de 2023 del Ministerio de Agricultura, la compra de carne fresca de pollo por parte de los hogares se incrementó un 15,2% respecto a 2022, alcanzando un consumo per cápita de 12,15 kilos al año en noviembre.
Además, el crecimiento ha sido especialmente notable en el canal HORECA (hostelería, restauración y cátering), impulsado por el fuerte tirón del turismo.
El sector está tranquilo
Aunque la situación no parece llegar al extremo de la crisis de los huevos –que en marzo pasado vieron un alza del 25% en solo dos semanas, según la OCU–, las asociaciones de consumidores siguen alertas.
No obstante, desde el sector avícola aseguran que la experiencia adquirida durante la pandemia y la guerra de Ucrania les ha preparado mejor para gestionar este tipo de impactos. “El sector está tranquilo como hacía años que no lo estaba”, concluye Rafecas.