Dolores de cabeza recurrentes, fatiga persistente, problemas digestivos o afecciones en la piel pueden ser señales de inflamación crónica, una condición silenciosa que afecta a muchas personas sin que lo sepan. Afortunadamente, la alimentación juega un papel clave en su prevención y control.
El nutricionista Luis Zamora destaca tres alimentos esenciales que ayudan a combatir este problema de forma natural, y de los cuales ha hablado en su última colaboración en el programa de televisión llamado 'Y ahora Sonsóles'.
Un mecanismo biológico de defensa
Cuando escuchamos la palabra “inflamación”, solemos asociarla con algo negativo. Sin embargo, según explica Zamora, se trata de un mecanismo biológico de defensa frente a bacterias, toxinas y otros factores externos.
El problema surge cuando esta inflamación se vuelve persistente y silenciosa, desarrollándose a lo largo de meses sin manifestaciones evidentes, lo que aumenta el riesgo de enfermedades como diabetes, obesidad y trastornos neurodegenerativos.
Tres superalimentos con potente efecto antiinflamatorio
Algunos productos ultraprocesados, como salsas industriales, pan refinado y carnes procesadas, fomentan la inflamación crónica y deben limitarse en la dieta. En su lugar, Zamora sugiere incluir estos tres alimentos con potentes propiedades antiinflamatorias:
1. Aceite de Oliva Virgen Extra: oro líquido para la salud
El primero de todos es el AOVE, que incorporado en ensaladas, tostadas o platos fríos es una excelente estrategia. La dosis recomendada es de dos a tres cucharadas soperas diarias. Investigaciones recientes indican que “50 gramos de aceite de oliva virgen extra poseen un efecto antiinflamatorio comparable a 9 mg de ibuprofeno”, tal y como afirma el nutricionista.
En su obra El método Z para comer bien (Roca Editorial), Zamora destaca que el aceite de oliva virgen extra es la mejor opción para cocinar y consumir en crudo. Aunque es calórico (9 kcal por gramo), su riqueza en vitaminas A, D, E y K, junto con su contenido en polifenoles, lo convierte en un antioxidante natural de gran valor.
2. Omega-3: el antiinflamatorio natural por excelencia
Los ácidos grasos omega-3, abundantes en pescados azules, mariscos y frutos secos como las nueces, desempeñan un papel esencial en la prevención de enfermedades cardiovasculares y procesos inflamatorios. Además, mejoran la salud cerebral y pulmonar.
Consumir dos o tres nueces diarias proporciona una combinación perfecta de fibra, hidratos de carbono y proteínas, ayudando a equilibrar los niveles de inflamación en el organismo.
3. Frutos Rojos, un escudo antioxidante
Las fresas, los arándanos, las moras y las frambuesas son ricos en polifenoles, compuestos antioxidantes que protegen las células del estrés oxidativo y combaten la inflamación. Entre ellos, los arándanos destacan por su potente acción antiinflamatoria, favoreciendo una mejor salud celular y reduciendo el riesgo de enfermedades crónicas.
Evidencia científica: detrás del poder antiinflamatorio del AOVE
Un estudio reciente de la Universidad de Córdoba confirmó que el aceite de oliva virgen extra combate la inflamación, el estrés oxidativo y reduce el riesgo cardiovascular, especialmente en personas mayores.
Los investigadores del Departamento de Biología Celular, Fisiología e Inmunología analizaron los efectos del aceite de oliva virgen frente al aceite de girasol en ratas jóvenes (6 meses) y envejecidas (24 meses). Los resultados revelaron que los animales que consumieron aceite de oliva mostraron niveles más bajos de proteínas inflamatorias y una mejor circulación sanguínea, reduciendo el riesgo de patologías cardiovasculares.
Otros beneficios del aceite de oliva para la salud
El aceite de oliva virgen extra, gracias a su composición en ácidos grasos monoinsaturados (oleico) y poliinsaturados (linoleico), ofrece grandes ventajas para la salud:
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Favorece el aumento del colesterol HDL (bueno).
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Disminuye los niveles de colesterol LDL (perjudicial).
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Regula la presión arterial de forma natural.
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Reduce el riesgo de trombosis y enfermedades vasculares.
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Contribuye a la prevención de la diabetes tipo II.
El impacto del aceite de oliva en diferentes etapas de la vida
Incorporar estos alimentos en la dieta diaria es una estrategia efectiva para reducir la inflamación crónica y potenciar el bienestar general.
Infancia: crecimiento saludable desde los primeros años
Durante la niñez, el desarrollo físico y cognitivo es crucial. Dentro de una alimentación equilibrada, el aceite de oliva virgen extra aporta vitaminas esenciales (A, D, K y E) que favorecen el crecimiento y fortalecen el sistema inmunológico, brindando protección frente a infecciones comunes.
Su contenido en ácido oleico también promueve la absorción de calcio, ayudando a la formación de huesos fuertes y previniendo problemas óseos en la adolescencia.
Juventud y edad adulta: energía y prevención
A medida que envejecemos, el organismo sufre cambios que pueden afectar la salud celular. En este proceso, los antioxidantes y vitaminas del aceite de oliva desempeñan un papel significativo en la regeneración celular, manteniendo una piel hidratada y un cabello fuerte y saludable.
Además, ayuda a prevenir enfermedades metabólicas como la diabetes tipo II y reduce el riesgo de afecciones cardiovasculares al equilibrar los niveles de glucosa y colesterol en sangre.