Una noche de lluvia torrencial. Daniel Caballero circula con un amigo por la rotonda del Minotauro, en Jerez de la Frontera. Va por el carril exterior, correctamente, cuando un vehículo conducido por un señor mayor, que circulaba por el interior, decide salir de la glorieta sin percatarse de su presencia. El impacto es brutal.
“Me arrolla, me parte el foco delantero izquierdo, me arranca la defensa, me dobla la llanta. Me dio un zumbido tremendo”, relata el joven gaditano a Consumidor Global. El otro conductor, nervioso, en lugar de frenar, acelera, arrastrando todo el lateral de su coche contra el de Caballero.
Aquella noche de marzo solo fue el comienzo
La culpabilidad es tan evidente que la policía local, al ser contactada, aconseja rellenar un parte amistoso si el otro conductor asume su error. Así lo hacen. El señor reconoce su imprudencia y firman el documento.
Para Caballero, aquel era el final de un susto tremendo y el principio de un trámite pesado, pero rutinario, con su aseguradora, Allianz, con la que llevaba tres años y mantenía varias pólizas de una empresa familiar. Nada más lejos de la realidad. Aquella noche de marzo fue solo el comienzo de un calvario que le llevaría a ser tratado como un delincuente vial por su propia compañía.
El “error informático” que invirtió la culpa
Tras entregar el parte, los días pasaban sin noticias. Cuando Caballero contactó con Allianz, la respuesta fue desconcertante. Debido a un supuesto “error informático”, la culpa del siniestro se le atribuía a él. “Me decían que no me iban a arreglar nada”, explica.
De pronto, Caballero no solo tuvo que lidiar con un coche destrozado, sino también con la absurda tarea de demostrar su inocencia ante su propia aseguradora. En la mano, un parte amistoso firmado por ambas partes que certificaba lo sucedido. En el taller, un coche con daños evidentes que seguía esperando una reparación que no llegaba.
La rebelión en TikTok
Cansado de la inacción y la falta de respuestas, el agraviado decidió contar su historia en TikTok. El vídeo, crudo y directo, no tardó en explotar. “Tuvo muchísima repercusión, cinco millones de visitas”, comenta. El altavoz de las redes sociales obró el milagro que el servicio de atención al cliente le había negado. La maquinaria de Allianz, hasta entonces inmóvil, se puso en marcha.
@danicaballero90 Lo que estoy viviendo con @Allianz_españa es INCREIBLE os resumo el video: Hace 5 meses me dieron un golpe en una rotonda de jerez, aun siendo la culpa del contrario, hasta ahora no se han reconocido la culpa y no han procedido a reparar mi coche. pero la sorpresa ha llegado cuando hoy, que me vence mi seguro, Allianz se niega a renovarme el seguro y no solo eso, si no que me eleva el índice de siniestralidad al máximo (como quien tiene un accidente con víctimas mort. y es culpable) para que ninguna empresa me quiera asegurar y las pocas que lo hacen me cobren lo que valen 7 u 8 pólizas juntas. El "señor" de atención al cliente de #allianz @allianz_es que me ha llamado hace escasos minutos me dice "que eñme aguante, que es precio que tengo que pagar por subir videos a las redes sociales " ¿Que opináis? os pido por favor que compartáis el video y os recomiendo una vez más que JAMÁS CONTRATEIS VUESTRO SEGURO CON ALLIANZ. COMPARTAN!! #seguros #mapfre #allianz #líneadirecta #homerty #aseguradoras #coches ♬ sonido original - DANIEL CABALLERO GALINDO
Recibió una nueva llamada. Esta vez, el tono era diferente. Le comunicaron que un perito examinaría el vehículo y que, efectivamente, procederían a su reparación. Parecía una victoria, pero la llamada contenía una amarga contrapartida: le informaban de que, a la finalización del contrato, no le renovarían la póliza. Y lo peor estaba por llegar.
“Como si hubiese matado a alguien”
El cliente, forzado a buscar una nueva aseguradora, descubrió la herencia que Allianz le había dejado. La compañía había actualizado su historial en el fichero Sistema de Información Histórico del Seguro del Automóvil (Sinco) -la base de datos compartida por la mayoría de las aseguradoras en España para tarificar el riesgo-, elevando su índice de siniestralidad del nivel 1 al 13, el más alto.
“Me han puesto un índice como si hubiese tenido un accidente por mi culpa y hubiese matado a alguien”, relata escandalizado. De la noche a la mañana, y sin haber cometido infracción alguna, Daniel Caballero era, a ojos del sector asegurador, un conductor de máximo riesgo.
Ninguna aseguradora lo acepta como cliente
Las consecuencias fueron inmediatas y devastadoras. “Hablé con BBVA, Caja Rural, Mapfre, etcétera. Pero todas me decían que no me aseguraban”, comenta el joven. Las pocas que accedían a ofrecerle una póliza lo hacían a precios desorbitados: “Me pedían 3.000 euros, 2.500 euros, etc. Una barbaridad”. Tras una búsqueda exhaustiva, encontró en Línea Directa a la única compañía que no tuvo en cuenta ese historial manchado para ofrecerle un precio razonable.
Mientras tanto, desde marzo su coche sigue sin arreglar. Cinco meses de espera, de lucha y de impotencia para la víctima de un accidente que solo pedía que su seguro cumpliera con su parte del contrato.
Qué dice la Ley de Contrato de Seguro
Según la legislación española, en concreto la Ley de Contrato de Seguro, las aseguradoras tienen libertad para fijar sus criterios de renovación y tarificación de primas. El sistema de bonificación y penalización (bonus-malus) se nutre de los datos del fichero Sinco.
El problema reside en que este fichero registra los siniestros en los que un vehículo se ve implicado, pero la interpretación de esos datos queda a discreción de cada compañía. Legalmente, una aseguradora puede decidir no renovar un contrato al vencimiento (preavisando con dos meses de antelación, como marca el artículo 22 de la ley) o incrementar la prima basándose en el historial.
Una práctica abusiva
Sin embargo, penalizar a un cliente por un siniestro del que no es responsable es una práctica, como mínimo, abusiva. Organizaciones de consumidores como la OCU han denunciado en reiteradas ocasiones que los conductores no culpables de un accidente no deberían ver agravada su prima ni su historial. Aunque el sistema Sinco no distingue entre culpables e inocentes en su registro de datos brutos, las aseguradoras sí tienen acceso al detalle del siniestro y, por tanto, pueden y deben hacer esa distinción.
Aplicar la máxima penalización a un cliente no culpable y comunicarle su expulsión tras la presión mediática, como en el caso de Daniel Caballero, se asemeja más a un castigo ejemplarizante por haber dañado la imagen de la compañía que a una gestión de riesgo legítima.
Consumidor Global se ha puesto en contacto con Allianz para conocer su postura oficial al respecto, sin embargo, al término del reportaje no se ha obtenido respuesta por parte de la aseguradora.