Si el refrán ‘cuando el río suena, agua lleva’ conmina a no infravalorar los rumores, indicios o comentarios persistentes sobre algo, puesto que es probable que impliquen que haya algo de cierto en ellos; la sentencia ‘del dicho al hecho hay un trecho’ recuerda que resulta mucho más fácil hablar, prometer o imaginar algo que hacerlo realidad. Son los hechos, sin duda, los que marcan la realidad, pero también vivimos de ilusiones y miedos.
Por eso, el aviso que Red Eléctrica lanzó hace unos días generó reacciones diversas. La filial del grupo Redeia notificó al Ministerio de Transición Ecológica y a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) que había detectado variaciones bruscas de la tensión en el sistema eléctrico peninsular español, un hallazgo preocupante que, tras el apagón del 28 de abril, generó cierta alarma.
Nuevas medidas y forma de operar
“Mi opinión es que la probabilidad de que a corto plazo se repita un apagón es bajísima, casi nula”, explica a preguntas de este medio Marcos Rupérez, profesor de OBS Business School. “Antes pensábamos que un apagón general era algo que nunca sucedería en España. Ha pasado, y Red Eléctrica ha implementado medidas y está operando de manera muy diferente. Creo que la probabilidad de que ocurra de nuevo es mínima”, señala.
Ahora hay, considera este experto dedicado a la consultoría y ejecución de proyectos de ingeniería relacionados con el hidrógeno como vector energético, “un control mucho más férreo” y unas “garantías de suministro mucho mayores”. Es decir, que la entidad presidida por Beatriz Corredor ha tomado nota.
“Actitud preventiva y responsable”
En Roams, plataforma que ayuda al consumidor a ahorrar en luz y gas, son de la misma opinión, aunque algo menos categóricos. “La probabilidad de que se produzca un nuevo apagón generalizado en la Península a corto plazo es baja. La reciente alerta emitida por Red Eléctrica responde a una actitud preventiva y responsable, motivada por la detección de ciertas oscilaciones de tensión en el sistema que, aunque se mantuvieron dentro de los márgenes de seguridad, requerían reforzar la vigilancia y los mecanismos de control”, consideran.
Bajo el punto de vista de Roams, lo que está claro es que el sistema se debe pulir: se debe seguir mejorando la coordinación y la respuesta operativa.
Variaciones bruscas de tensión
El timing también importa. Al respecto, Rupérez valora que el hecho de que Red Eléctrica decidiera proclamar la existencia de variaciones bruscas de tensión a los cuatro vientos no implica que la situación fuera radicalmente distinta a la vivida en ocasiones anteriores. Desde Roams coinciden: “En esta ocasión, Red Eléctrica ha decidido dar mayor relevancia y visibilidad a sus informes precisamente para anticiparse a posibles riesgos y evitar las consecuencias que acarrearía un nuevo suceso de este tipo”.
“¿Está habiendo variaciones bruscas de tensión? Sí, como las ha habido otras muchísimas veces y nunca las han comunicado. Ahora aprovechan que hay foco mediático para pedir que se mejore la red, los protocolos y los sistemas en aras de que haya más estabilidad. ¿Eso es necesario ahora? Es necesario ahora porque tenemos muchas renovables”, apunta el profesor de OBS.
El papel de las renovables
En este sentido, Rupérez señala que la red eléctrica se diseñó hace “muchos años” para un tipo de generación puramente síncrona, es decir, obtenida “con generadores que giran: central de gas, central hidroeléctrica, central nuclear…”. Ahora, las fuentes renovables, con unas características muy diferentes, obligan a replantear los esquemas. “Cada vez estamos metiendo más renovables, así que tiene sentido que se piense en adaptar esto”, concede.
Se puede afirmar, por tanto, que existen una serie de demandas legítimas, pero ¿quién tiene la responsabilidad en cada área? “Se habla de la CNMV, hace poco en el Congreso no se aprobó una nueva ley anti apagones que incluía ciertas medidas… “, cita Rupérez, un tanto pesimista. Son, considera, “muchas cosas” las que hay que modificar, así que cree que algunas saldrán adelante de forma orgánica y otras se quedarán en papel mojado.
“Es posible que haya otro apagón”
De forma muy diferente opina Jesús Torres, un experto que divulga contenidos sobre energía en su canal de YouTube, TuSastreMatemático. Ha sido profesor de matemáticas durante 30 años y empresario en el sector de Instalaciones de Climatización, Electricidad, Gas y Energías renovables, además de auditor energético por Atecyr.
“Es posible que haya otro apagón, por supuesto que sí”, afirma. Alude, en primer lugar, a que las causas del blackout ocurrido a finales de abril no han sido convenientemente explicadas, y que todas las mejoras necesarias no han sido implementadas. “La red eléctrica tiene que tener muchísima estabilidad, porque la oferta y la demanda van variando continuamente”, razona.
Energías que aportan estabilidad
A partir de aquí, Torres sí coincide con Rupérez en señalar a las renovables, aunque con matices. Las energías eólica y solar son, por naturaleza, variables e intermitentes. Es decir, su producción depende de si hace viento o sol. “Si hay una política continuada de ir dejando atrás las energías que más estabilidad aportan al sistema sin incorporar soportes fuertes para las renovables, tenemos problemas”, alega. Roams, en este punto, habla de “una fase de transformación profunda”.
“La eólica y la solar tienen que ir acompañadas de sistemas que puedan almacenar esa energía que se produce cuando hay sol y viento. Se está avanzando en la parte más sencilla, que es montar instalaciones de energía renovable, pero no en su almacenaje. Y se puede hacer, si esa energía se transforma en térmica”, valora Torres. Determinar qué parte de esa inversión correspondería al Estado y cuál a las empresas es un tema distinto.
Interconexión eléctrica
La Unión Europea, recuerda Torres, estableció un objetivo de interconexión eléctrica del 10% para 2020 y del 15% para 2030. Esto significa que cada Estado miembro debía tener la capacidad de intercambiar (importar o exportar) al menos el 15% de su capacidad de generación eléctrica instalada con los países vecinos a través de las interconexiones transfronterizas, para poder así mandar o recibir excedentes cuando hubiese incidencias.
“Pero España es una isla energética. Estamos en 2025 y estamos en un 6%, aproximadamente”, indica. Su conclusión, por tanto, es que “la incertidumbre es legítima”.
“No existe mayor riesgo que hace unos años”
En cambio, en Roams creen que, desde el punto de vista de la infraestructura, “no existe hoy un mayor riesgo de apagón que hace unos años. El único escenario que podría derivar en un incidente similar sería una gestión desequilibrada de los recursos energéticos, que no tenga en cuenta las necesidades técnicas de la red ni los límites operativos del sistema eléctrico”.
Creen, además, que no puede decirse que el sistema eléctrico español esté “al límite”, aunque sí “se están exprimiendo sus recursos operativos en determinadas circunstancias. En las horas de máxima generación renovable y baja demanda, la red puede acercarse a situaciones de estrés por exceso de energía, mientras que en los picos de consumo invernal se requieren mayores reservas de respaldo. No obstante, el sistema cuenta con mecanismos automáticos de protección”.
Escenarios especulativos
La realidad, cree Rupérez, es que el consumo de energía eléctrica lleva cayendo en España durante los últimos 15 años. “Se prevé que vaya a subir, pero habrá que verlo. Hay mucha gente demandando energía o puntos de conexión que no está muy claro si finalmente van a ejecutar o no”, dice.
“Digamos que hace años que la red eléctrica vive escenarios muy especulativos, tanto de oferta como de demanda, por lo que es muy difícil planificar”, concluye.