¿Alguna vez te has preguntado a qué huele una casa que transmite sofisticación? Esa misma curiosidad surge cuando se habla de la residencia de Isabel Preysler en Puerta de Hierro, un lugar que muchos describen como impecable no solo por su estética, sino también por la atmósfera que se respira en ella.
Isabel, reconocida desde hace décadas como referente de estilo y anfitriona por excelencia, ha hecho de su hogar un símbolo de buen gusto. No es casualidad que marcas de prestigio como Ferrero Rocher confiaran en ella como embajadora… Detrás de su imagen pública hay un profundo conocimiento de cómo crear ambientes acogedores y memorables. Y entre esos secretos está, sin duda, el inconfundible aroma que envuelve su casa.
Aromas que cuentan historias
Su forma de vivir el día a día no se limita a la moda o a la alta sociedad; también se refleja en cómo habita su casa, cómo organiza sus espacios y cómo cuida los detalles que muchas veces pasan desapercibidos, pero que influyen directamente en nuestro estado de ánimo. Tamara Falcó, heredera natural del estilo de su madre, ha sabido darle continuidad a esta filosofía, combinando lo clásico con un aire contemporáneo. Su visión del hogar no se limita a la decoración visible: también cuida lo intangible, aquello que se percibe en los detalles y que genera armonía.
Durante una entrevista en El Hormiguero, Tamara compartió algunos hábitos cotidianos que aprendió de Isabel Preysler. Entre ellos destaca uno especialmente evocador: guardar bolsitas de lavanda en cajones y armarios. Este gesto sencillo, que podría parecer antiguo, encierra toda una tradición de cuidado y delicadeza.
La lavanda: tradición, frescura y calma
La lavanda, originaria de la cuenca mediterránea, ha acompañado a los hogares durante siglos. Su nombre proviene del latín lavare, ya que era utilizada en baños y rituales de limpieza por su fragancia purificadora. Más allá de su agradable perfume, esta planta posee propiedades relajantes que ayudan a reducir la ansiedad, mejorar el descanso y aportar serenidad.
No es extraño que Tamara valore tanto este recurso: un saquito de lavanda en un cajón no es un simple detalle decorativo, sino un recordatorio de que la calma también se cultiva en lo cotidiano. Además, mantiene la ropa fresca y perfumada de manera natural.
Orden y bienestar: un estilo de vida
Más allá del aroma, Tamara destacó otro legado de su madre: la importancia del orden. Tener los cajones organizados, dijo, no es una cuestión superficial, sino una forma de vivir con paz mental. Saber dónde está cada cosa, evitar la acumulación innecesaria y mantener un entorno equilibrado se traduce en mayor serenidad y tiempo para disfrutar de lo que realmente importa.
En un mundo que impulsa a consumir y a acumular, esta filosofía se acerca más a un minimalismo emocional, donde cada espacio tiene un propósito y transmite armonía. Para Tamara, no se trata de repetir patrones rígidos, sino de reinterpretarlos con naturalidad, adaptándolos a un estilo de vida moderno y personal.
Una lección de hogar con propósito: consejos para perfumar tu hogar
Al escuchar a Tamara hablar de lavanda o de cajones ordenados, no estamos ante simples anécdotas de lifestyle. Es una invitación a reflexionar sobre cómo cuidamos nuestro propio espacio, a valorar los pequeños gestos que nos reconfortan y a redescubrir el poder de lo sencillo.
La verdadera elegancia del hogar no está en lo ostentoso, sino en lo invisible: en el aroma que da la bienvenida, en el orden que aporta calma y en esos detalles íntimos que convierten una casa en un lugar lleno de vida y equilibrio.
1. Ventila todos los días
Abrir las ventanas al menos 10 minutos cada mañana, renueva el aire, elimina la humedad acumulada y evita olores pesados del día anterior.
2. Usa plantas aromáticas
La albahaca, el romero, la menta o la lavanda no solo decoran, también perfuman de manera sutil y constante si las plantas en pequeñas macetas colocadas de forma estratégica por la casa.
3. Saquitos de lavanda o hierbas secas
Colócalos en cajones, armarios o incluso bajo la almohada. Son un clásico que nunca falla y aportan un aroma relajante.
4. Velas y mikados de calidad
Las velas aromáticas, los mikados (varitas difusoras) o los aceites esenciales en difusores eléctricos son aliados perfectos para crear ambientes acogedores.
5. Aromas en la cocina
Hierve en una olla, agua con cáscaras de cítricos (naranja, limón) y unas ramas de canela o clavo. Tu cocina y comedor olerán delicioso.
6. Café como neutralizador
Colocar granos de café en pequeños recipientes ayuda a absorber malos olores, especialmente en la nevera o en espacios pequeños.
7. Ropa de hogar perfumada
Rocía un spray casero de agua con unas gotas de aceite esencial (lavanda, eucalipto o jazmín) sobre las cortinas, cojines o sábanas. Eso hará que tu casa siempre huela fresca. También puedes aprovechar para seguir el truco de Blanco Romero, que siempre que lava sus sábanas las tiende dentro de la casa para que el olor a limpio —a detergente y suavizante— impregne la casa.
8. Limpieza natural
El vinagre blanco y el bicarbonato son perfectos para eliminar olores en el baño, la cocina y hasta en sofás o alfombras. No huelen fuerte una vez secos.
9. Incienso y resinas naturales
Si buscas un toque más intenso, el incienso, el palo santo o la mirra aportan personalidad y aromas envolventes.
10. Frutas y flores frescas
Un jarrón con flores naturales o un cuenco con rodajas de limón, ramas de canela o clavos incrustados en naranjas es un ambientador natural y decorativo.