La Dehesa de Don Pedro, un hotel 'boutique' donde sentir la serenidad del campo extremeño

Cuenta con 16 habitaciones, spa, jacuzzi y gimnasio; y sus responsables destacan la sensación de calma que transmite el entorno

Una persona en la piscina de la Dehesa de Don Pedro / CEDIDA
Una persona en la piscina de la Dehesa de Don Pedro / CEDIDA

Extremadura es una de las comunidades autónomas que menos turistas extranjeros recibe. Este pilar de la economía patria, bendición para unos y condena para otros, no es macizo en las provincias de Cáceres y Badajoz, a pesar de los numerosos atractivos que poseen. No obstante, bien manejada, esta afluencia baja o moderada puede permitir a ofrecer experiencias más auténticas, más reales, más poderosas.

Así lo han logrado en la Dehesa de Don Pedro, un hotel boutique 5 estrellas con solo 16 habitaciones. En este lugar, ubicado en el municipio de Monesterio, el entorno natural, el confort de las instalaciones y la dedicación del equipo se combinan para crear estancias inolvidables.

“Creo que es más que un hotel

“Creo que la Dehesa de Don Pedro es más que un hotel. Es un proyecto muy personal y, por tanto, el reflejo de una ilusión y del esfuerzo de nuestra familia”, explica a este medio Cristina Valenzuela, una de las responsables del negocio. Cuenta con 3 salones, restaurante, gimnasio, sauna y jacuzzi, pero no hay ostentación ni colores estridentes, sino una sobriedad honesta, trabajada.

El spa de Dehesa de Don Pedro / CEDIDA
El spa de Dehesa de Don Pedro / CEDIDA

Fue su padre, Pedro Valenzuela Godoy, quien siempre tuvo en mente la idea de transformar la finca en un lugar especial donde la gente pudiera desconectar y disfrutar “del campo que tanto le gusta”. De hecho, su hija cuenta que en un primer momento no buscaban exactamente crear un hotel. “Queríamos un espacio que reflejara lo que nosotros mismos sentimos cuando estamos aquí: la paz que solo encontramos en este lugar”, reconoce.

Un proyecto soñado

Era, naturalmente, un proyecto de envergadura, de modo que “hasta que se pudo hacer pasaron muchísimos años”. A Don Pedro le ha pillado “ya bastante mayor”, pero ha podido verlo. “Soñó este proyecto y nos lo transmitió a nosotros, sus hijos. Y era una responsabilidad”, relata Valenzuela, sin esconder su orgullo.

Edificio principal / CEDIDA
Edificio principal / CEDIDA

A imprimir esa sensación de serenidad e ilusión ha contribuido de forma decisiva Albalá & Cordero Arquitectos, responsables del diseño y la restauración del proyecto, que han prestado “una atención meticulosa a cada detalle” para aunar “la autenticidad de su arquitectura original con las comodidades que caracterizan a un hotel boutique de lujo”. Así, lo que hoy son luminosas habitaciones y salones fueron antaño el granero y el establo de un cortijo del XIX que hace unas décadas estaba en estado de ruina avanzada.

Pensar cada detalle

Abrió sus puertas en junio de 2022, y “desde el primer momento pensamos en cada detalle para que nuestros huéspedes se sintieran como en casa, pero en una casa de campo. Para nosotros era muy importante que pudieran ver todos los encantos que nosotros sabemos ver”, agrega Valenzuela, como si se tratase de una búsqueda del tesoro o de la ardua traducción de un idioma que hasta entonces solo ellos sabían hablar.

Una mesa en el exterior / CEDIDA
Una mesa en el exterior / CEDIDA

Valenzuela describe lo que puede ser una estancia estándar de sus huéspedes: después de tomar un desayuno “muy rico”, lo más habitual en verano es relajarse en a la piscina (tipo infinity) con vistas a la dehesa, donde tomar un baño escuchando los pájaros. En invierno triunfan los paseos por la finca y una de las estrellas es la chimenea. Además, se ofrecen una serie de actividades complementarias: rutas en Buggy o en bici, paseo a caballo, senderismo…

Búsqueda de experiencias

En cuanto al perfil del cliente, hay tanto españoles como extranjeros, aunque durante la temporada estival los segundos aparecen más. En general, son personas que buscan “realmente una experiencia”, desde parejas que desean alojarse en un refugio romántico a familias que anhelan unos días de convivencia.

Una persona junto a la piscina / CEDIDA
Una persona junto a la piscina / CEDIDA

“No hay televisores. Todo invita todo a la conexión con la persona que te acompañe y a la desconexión de la rutina”, afirma Valenzuela. Aunque desde luego no es un hotel barato, los precios no son demenciales: un sábado de octubre, una noche para dos adultos con desayuno puede reservarse desde unos 200 euros.

Aprendizaje por el camino

“Cada vez se hacen más eventos, aunque eso implica cerrar en exclusividad. Cada vez nos aprecian más y cada vez somos más profesionales, porque aprendemos por el camino”, responde la hija de Don Pedro a la pregunta de cómo ve los próximos años.

Por otra parte, frente a la masificación de muchos destinos de costa y grandes ciudades españolas, Valenzuela cree que experiencias como las que ofrece su hotel boutique serán cada vez más demandadas. “Lo pienso así y lo vivo: veo como la gente llega con unas expectativas y se va mucho más contenta, relajada. Es diferente”, asegura.

Una vista del complejo / CEDIDA
Una vista del complejo / CEDIDA

Excelencia hotelera

En 2023, la Junta de Extremadura otorgó a este hotel un reconocimiento a la excelencia hotelera. “Es un verdadero orgullo. Nosotros hemos estudiado Dirección de Hotel, pero este era nuestro primer hotel, y es un espacio familiar en el que hemos inventado todo. No veníamos tutelados”, apunta.

Otro de los mayores retos fue dar forma al restaurante. “Estamos en una zona rural donde encontrar personal es difícil, pero ahora estamos en un gran momento. Ofrecemos una gastronomía que destaca por sus ingredientes de proximidad, procedentes todos de la región, con recetas tradicionales modernizadas y toques internacionales”, narra Valenzuela.