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Menos productos, mejores resultados: la tendencia hacia rutinas de belleza cada vez más simples

Descubre por qué el ecosistema de las rutinas de 'skincare' es cada vez más minimalista

Rocío Antón

Una persona que sigue una rutina de belleza / Montaje CONSUMIDOR GLOBAL

Hace escasos días, en una de mis infinitas noches de insomnio y hacer scroll por TikTok, llegué a mi temática favorita: la cosmética y el cuidado de la piel. Pensé en todas las veces que aquellas bellísimas creadoras de contenido paseaban sus productos por el objetivo de la cámara, acrecentando mi ansia consumista, que se dispara cada vez que veo una rutina de skincare, porque siempre hay espacio para una pipeta más.

¿Acaso necesito yo ese sérum? Me suelo preguntar mientras googleo con acierto la marca que publicita la influencer de turno en el buscador de mi móvil. En ocasiones, he creído que aquellos pasos de sus rutinas faciales estaban haciendo que sus pieles fueran una suerte de conjuro antiedad que mis arruguillas de expresión parecían necesitar. Sin embargo, tras investigar un poco, he descubierto una rutina minimalista que se ha puesto de moda en los últimos meses.

'Skinimalismo': la nueva tendencia de maquillaje

Las rutinas de cuidado facial han dado un giro hacia la sencillez. Lo que antes se asociaba con rituales cosméticos de más de 20 pasos inspirados en la popular k-beauty, ahora se transforma en prácticas más cortas, eficaces y sostenibles. A este movimiento se le conoce como skinimalismo, y está ganando cada vez más adeptos, sobre todo si tenemos en cuenta el momento de dificultad económica que se vive en muchas carteras.

Una mujer se aplica crema en la cara / PEXELS

“El contexto económico afecta porque en un momento de inflación y menor renta disponible, el consumidor prioriza su gasto, reduce pasos y se queda con lo imprescindible”, explica Sara Jiménez, responsable de comunicación de Beauty Cluster, en una entrevista para El País.

Factores detrás del cambio

Un informe de tendencias elaborado por NIQ a finales de 2024 ya adelantaba que 2025 sería el año de la simplificación en cosmética. La idea consiste en emplear menos productos, pero mejor elegidos. En palabras de las expertas de la @farmacia_campanar en TikTok: "¿No tienes tiempo para el skincare?", preguntaba a fin de explicar que más vale pocos productos y de calidad.

@farmacia_campanar Skinimalismo. ¿Sabes en qué consiste? Se basa en unas sencillas pautas y en usar muy pocos productos para limpiar, tratar o incluso maquillar el rostro. Si el skincare te da pereza, esta tendencia es para ti 🙃 Además os muestro una rutina con algunos de mis productos preferidos de @greencornerss ♬ sonido original - Teresa Teruel

La creadora de contenido @amandasanchezgar lo explicaba así: “La piel no puede absorber capas infinitas de cremas. Al final, muchos activos se quedan en la superficie sin cumplir su función. Solo hacen falta unos básicos: limpiador, sérum, hidratante y protector solar”.

@amandasanchezgar Mi humilde opinión sobre el skinimalism⭐️🧴🫧 ig: amandasanchezgar #skinimalism #skincare ♬ Jazz Bossa Nova - TOKYO Lonesome Blue

La popularidad de las rutinas minimalistas no se debe solo a una moda pasajera. Hay varias razones de fondo y tienen que ver con cómo observamos nuestra piel con una sobreexposición de productos. Muchas pieles responden generando un exceso de sebo y por consiguiente acné adulto, algo que nadie quiere padecer.

  • Contexto económico: los consumidores priorizan el gasto en productos clave y reducen las compras impulsivas.

  • Saturación de mensajes: tras años de sobreexposición en redes sociales, con consejos contradictorios e imágenes idealizadas, se observa un cansancio general hacia la “cosmética de exceso”.

  • Conciencia sostenible: ya no basta con envases reciclables, se busca consumir menos, pero con mayor sentido. Comprar decenas de productos que acaban en la basura no es coherente con un estilo de vida responsable.

En este marco, la cosmética minimalista consiste, básicamente, en rutinas inteligentes con fórmulas multifunción que respetan tanto la piel como el medioambiente.

Menos productos, más equilibrio

El abuso de cosméticos durante la pandemia dejó consecuencias: pieles sobreexpuestas, con sensibilidad o brotes por combinaciones incorrectas de activos. Frente a ello, la reducción de pasos ha demostrado que la piel se oxigena, recupera su barrera natural y responde mejor a los tratamientos.

La crema facial hidratante Biotherm Aquasource Hydra Barrier Cream / DRUNI

Eso no significa aplicar solo dos cremas sin criterio. Los dermatólogos insisten en que una rutina básica debe incluir siempre tres pasos innegociables: limpieza, hidratación y protección solar.

Biotherm Limpiador Facial Aquapower Cleanse/ PRIMOR

A partir de ahí, se pueden añadir complementos como antioxidantes, retinoides o ácidos exfoliantes, según las necesidades de cada piel.

Protector solar con color de ISDIN/ DRUNI

El lado crítico del minimalismo

Los especialistas advierten, sin embargo, que simplificar no significa eliminar lo esencial. Reducir productos mal combinados es positivo, pero si en el proceso se prescinde de activos fundamentales, la piel puede resentirse. Una mala práctica puede debilitar la barrera cutánea, ralentizar la renovación celular o aumentar la sensibilidad frente al entorno.

En este sentido, lo importante no es la cantidad, sino la calidad. Como recomienda Raquel González, de Byoode, conviene mirar más allá del marketing y fijarse en la ciencia: “Lo barato suele esconder fórmulas poco eficaces, pero lo caro no siempre garantiza calidad. Hay que aprender a leer los ingredientes y elegir productos con evidencia científica”.

¿Qué significa tener una rutina básica?

Los expertos coinciden en que una rutina mínima eficaz debería integrar:

  • Limpieza diaria para eliminar impurezas y contaminación.

  • Hidratación adecuada que refuerce la barrera cutánea.

  • Protección solar como paso imprescindible frente al envejecimiento prematuro.

Una tendencia con futuro

A partir de ahí, pueden incorporarse tratamientos específicos como mascarillas puntuales, exfoliantes suaves o contornos de ojos. También se recomienda no olvidar el cuello y el escote, zonas con menos glándulas sebáceas que requieren fórmulas nutritivas y reafirmantes.

El skinimalismo no solo responde a una moda de consumo, también refleja un cambio cultural hacia la sensatez y la sostenibilidad. La piel, con memoria y límites, agradece rutinas más cortas y bien pensadas. En definitiva, se trata de volver a lo esencial: menos pasos, pero más inteligentes.