Coincidiendo con el cincuenta aniversario de la muerte de Francisco Franco, Amazon continúa ofreciendo en su plataforma productos con simbología franquista y fascista, entre ellos la conocida bandera del águila preconstitucional, emblemas vinculados al régimen y otros artículos que remiten directamente a ideologías totalitarias.
La presencia de estos objetos en el mayor marketplace del mundo, accesibles con apenas una búsqueda, vuelve a abrir un debate recurrente sobre la responsabilidad de las grandes plataformas en la distribución de este tipo de mercancía.
Versiones de la bandera franquista
En Amazon España pueden encontrarse varias versiones de la bandera franquista junto a insignias, camisetas o parches que reproducen símbolos utilizados por el régimen. También aparecen productos relacionados con organizaciones fascistas europeas, ofrecidos por vendedores externos que utilizan el marketplace como canal de distribución. Aunque Amazon establece políticas contra la venta de artículos que inciten al odio, gran parte de estos productos quedan en un espacio gris: no incorporan textos explícitos de exaltación, pero reproducen iconografía cargada de significado político y de memoria histórica.
Colectivos memorialistas y asociaciones de derechos humanos denuncian desde hace años que la comercialización de estos artículos banaliza los crímenes y la represión de la dictadura. Recuerdan además que, a diferencia de países como Alemania o Austria —donde la venta de simbología nazi está prohibida—, España mantiene un marco legal más ambiguo. La ley no persigue de forma general la venta de estos símbolos, salvo que exista apología directa de delitos de odio o un llamamiento a la violencia. Este vacío normativo permite que plataformas como Amazon sigan ofreciendo objetos vinculados a regímenes totalitarios, siempre que los listados cumplan formalmente las condiciones de intermediación.
Debate reabierto
El debate se reaviva, especialmente hoy, en un 20 de noviembre con una carga histórica excepcional: cinco décadas desde la muerte de Franco, figura central de una dictadura que se prolongó durante casi cuarenta años.
Amazon sostiene que elimina aquellos productos que infringen sus normas internas o que promueven el odio, pero mantiene que la responsabilidad última recae a menudo en los vendedores que publican los artículos. No obstante, expertos en regulación digital señalan que la empresa podría aplicar criterios más estrictos, especialmente a raíz de la creciente preocupación global por la difusión de propaganda extremista a través de mercados electrónicos.