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Las lecciones del crack del 29 frente a los temores del hundimiento actual de la bolsa

Hace casi un siglo, el llamado “jueves negro” marcó el inicio de una debacle que borró un 85% del valor bursátil en apenas tres años

Ana Carrasco González

Multitud de depositantes se reúnen bajo la lluvia frente al Banco de Estados Unidos tras su quiebra / WIKIMEDIA (Por el fotógrafo del World Telegram)

Por la grieta de Wall Street vuelve a sangrar el mundo financiero. En medio del desplome de los principales índices bursátiles tras los recientes aranceles impuestos por Estados Unidos y las represalias de China, el eco de 1929 resuena con fuerza. 

Entonces, como ahora, un mercado eufórico y desconectado de la economía real se precipitó hacia el abismo. Aquella caída no fue solo una crisis económica; fue un trauma colectivo que redefinió generaciones.

El “jueves negro”

Hace casi un siglo, el 24 de octubre de 1929, el llamado “jueves negro” marcó el inicio de una debacle que borró un 85% del valor bursátil en apenas tres años. El comercio internacional se desplomó un 65%, millones de estadounidenses perdieron sus ahorros y los bancos cerraban en cascada. La euforia inversora que había convertido las acciones en el nuevo pasatiempo nacional resultó ser una burbuja sostenida por créditos frágiles y promesas vacías.

Inicio del Crack del 29, el mayor desplome de la Bolsa en Estados Unidos / EFE

Hoy, el panorama global se ve sacudido por un nuevo tipo de tormenta: guerras comerciales, tensiones geopolíticas y mercados que se tambalean. El índice S&P 500 ha caído un 16% desde el inicio del segundo mandato de Donald Trump, mientras que el Hang Seng de Hong Kong sufrió su peor jornada desde 2008. Las pérdidas se extienden desde Tokio hasta Madrid, con el Nikkei japonés cayendo un 7,8% y el Ibex 35 desplomándose más de un 5%.

La historia de 1929

La historia de 1929 muestra cómo un mercado alimentado por la especulación, desconectado de la productividad real y con una distribución desigual de la riqueza, puede terminar por colapsar el sistema entero. 

En aquel entonces, las industrias vivieron años de bonanza tras la Primera Guerra Mundial, pero esa prosperidad no se distribuyó equitativamente. Mientras la productividad obrera aumentaba un 3,5% anual, los salarios apenas subían un 2,5%. Las grandes fortunas concentraban el poder económico y financiero, sosteniendo burbujas insostenibles.

La historia de hoy

Hoy, el “mercado caliente” de entonces tiene su reflejo en un sistema que depende en exceso de la confianza, los estímulos estatales y una economía mundial aún sacudida por los efectos de la pandemia. La volatilidad vuelve a dominar, con el índice VIX –conocido como el “termómetro del miedo”-- acercándose a niveles de alarma. 

Aunque algunos repuntes recientes traen alivio temporal, la desconfianza se mantiene. Los analistas ya elevan la probabilidad de una recesión en Estados Unidos a entre el 45% y el 60%.

La gran lección del crack del 29

La gran lección de 1929 no fue sólo económica, sino política y social. El miedo abrió la puerta al autoritarismo en todo el mundo. Donde antes había optimismo y libertad, surgió el deseo de orden, de control. La democracia tambaleó bajo el peso del pánico financiero. Y hoy, en un contexto donde los populismos resurgen y la estabilidad internacional se resquebraja, recordar ese desenlace no es solo un ejercicio histórico; es una advertencia urgente.

El pasado no se repite, pero a veces rima. Y en ese eco, en esa vibración entre décadas, el mundo actual haría bien en escuchar con atención.