Cuando ni el abrazo de los vivos te reconforta. Cuando la desazón impera y la pena todo lo nubla. En ese momento, elegir el tipo de madera para el ataúd, o entre la urna de latón y la de cerámica, y hacer las gestiones necesarias para el sepelio del ser querido, debería estar prohibido. Pero se trata de un trámite ineludible, ¿no?
Desde 2021, los españoles tienen a su disposición Funos, el comparador de precios de funerarias que ofrece la posibilidad de olvidarse de toda esta burocracia, delegarla en una empresa especializada y dedicar el tiempo a lo realmente importante. Hablamos con su fundador.
--Para el que todavía no os conozca, ¿cómo definiría lo que es Funos en una frase?
--Es el Rastreator de los servicios funerarios. Es la plataforma que te ayuda a comparar, informarte y encontrar la mejor opción (y la más barata) en cuestión de minutos.
--Al final, Funos es un intermediario entre el cliente y la funeraria. ¿Por qué deberíamos contratar los servicios funerarios a través de vuestro comparador? ¿Qué ventajas ofrecéis?
--Pues ofrecemos varias ventajas. Por un lado, ahorramos tiempo a la familia. Si has de empezar a pedir presupuestos a diferentes empresas… Con nosotros, en menos de un minuto, rellenas el formulario con el tipo de servicio que estás buscando y automáticamente ves en la pantalla las diferentes opciones. Por otro lado, ahorramos dinero. Ahorramos de media alrededor de un 50% del precio de un servicio funerario de mercado.
--¿Cómo conseguís este ahorro?
--Porque negociamos con las funerarias unos precios especiales, unas tarifas de compañía que son mucho más ventajosas que las que podrías encontrar si vas directamente a la funeraria como particular.
--También ofrecéis asesoramiento personalizado gratuito…
--Tenemos un asesor que te lo explica todo y te resuelve las dudas con total transparencia, tanto si contratas a través nuestro como si no. Te acompaña durante todo el proceso. Al final, es como un amigo que es un profesional y mira por ti.
--Os encargáis de todo el proceso, vamos.
--Funos se encarga de todo. Si una familia nos dice: ‘Quiero que os encarguéis vosotros’. Le pedimos la documentación, nos encargamos desde contratar hasta supervisar el servicio, para que todo funcione correctamente y la familia pueda despreocuparse, que ya tiene suficientes preocupaciones, y se olvide de negociar con la funeraria, de comprobar si el precio es el correcto, de si el servicio es el que necesita, de toda la burocracia.
--Es el match perfecto, ¿no?
--Nos lo dice mucha gente. ‘Si os hubiera conocido antes… Hace tres años enterré a otro familiar y pagué tres veces más’. Las ventajas que ofrecemos son muy importantes.
--En agosto de 2023, un servicio funerario costaba alrededor de 3.700 euros. ¿Cuánto cuesta ahora?
--Pues no mucho más. Las funerarias han aplicado inflación o incluso menos. A principios de año nos envían tarifas nuevas y la mitad no las han subido. La otra mitad han subido entre el 1 y el 3% en función de la funeraria. Y el año pasado fue parecido: un 1,5% de subida de media. También afecta el ver los precios a través de internet en un comparador como Funos, donde hay libre competencia. Si la funeraria A sube precios un 5%, perderá clientes y se los llevará la funeraria B. Funos ejerce esa presión para que las empresas no suban precios.
--¿Cuántas funerarias están ya en Funos?
--Tenemos casi 40 funerarias. En cuanto a tanatorios, damos servicio en más de 600. En total, damos servicio en 48 provincias. Tenemos una oferta muy potente y en cualquier ubicación tendrás varias funerarias para escoger.
--¿Qué incluye un servicio funerario por ese precio?
--Es un servicio funerario medio para un entierro o incineración. En según qué ubicaciones, el entierro es más barato que la incineración. ¿Qué incluye? El servicio típico medio: la recogida de la persona fallecida, llevarla a las instalaciones de la funeraria, hacer los trámites en el registro civil (certificado de defunción y solicitar el permiso para enterrar o incinerar), se guarda a la persona en la cámara, incluye el ataúd, el arreglo de la persona (vestida, maquillada, peinada), el velatorio en un tanatorio, una ceremonia, que puede ser religiosa o laica, y, finalmente, el destino final, es decir, entierro o incineración. Si hablamos de incineración incluye la cremación en sí y la urna. El entierro incluye el traslado de la persona fallecida al cementerio y las tasas municipales para enterrar.
--Todavía hay grandes diferencias de precio entre provincias. ¿A qué se debe?
--Depende básicamente del nivel de competencia que haya en la zona. Si hay competencia, baja el precio.
--¿Qué provincias son más caras y cuáles las más baratas?
--Alicante, Pontevedra, el País Vasco en general y Cataluña, especialmente Girona, son provincias caras. En cambio, Málaga, Valencia, Zaragoza y Sevilla son provincias baratas. Al final, si entras en Funos y hay pocas ofertas, los precios tenderán a ser caros. Si ves un montón de propuestas, los precios tenderán a ser baratos. El precio es un reflejo de la oferta que hay en el mercado.
--¿Qué diferencias de precio se dan?
--Un servicio típico, quizá el más demandado es una incineración con ceremonia, en Alicante estaríamos hablando de más de 6.000 euros, mientras que el mismo servicio en Valencia cuesta entre 2.500 y 3.500 euros.
--El doble…
--Sí. Eso no quita que a través de Funos podamos encontrar este servicio por menos de 2.000 euros en Valencia y en Alicante por 2.500. El ahorro que tendrías es brutal.
--¿En cada ciudad de España hay una funeraria que monopoliza el negocio?
--Bueno, en estas provincias que hay poca competencia, hay pocas funerarias y su cuota de mercado es más alta que en otras provincias.
--¿No podemos hablar de monopolio a día de hoy?
--Yo no soy quien para juzgar eso. Si repartimos el mercado entre dos o tres funerarias, las cuotas son muy altas. Si dividimos entre 30, nadie tendrá más de un 5% de cuota.
--Es un sector que no ha estado exento de escándalos: monopolios, sobreprecios, etcétera. ¿Cuál es la actualidad del sector?
--La tendencia es positiva y el impacto de la digitalización va a favor del usuario, de la familia. Todo el mundo puede ver cuánto puede costar un servicio en esa zona y eso evita que le puedan pedir más dinero de la cuenta. La digitalización aporta transparencia, va a favor del consumidor y reduce estas ineficiencias que pueda haber. Por tanto, cuanto más vaya el consumidor a internet a informarse y a comparar, más tenderán los precios a bajar.
--¿Cómo puede un cliente saber que no le van a endosar un sobreprecio por los servicios funerarios?
--Es difícil de saber. Nos encontramos con un consumidor desinformado. Si me voy a comprar un coche, me informaré previamente. En un servicio funerario, a nadie le apetece ponerse a leer e informarse. Por eso nos encontramos con un consumidor desinformado que tiene que negociar algo que no sabe con un vendedor experto. Hay una asimetría informativa y el consumidor es el perjudicado. Internet facilita balancear este poder entre una y otra parte. Nuestro rol es ayudar a estas familias que no tienen información. Nosotros se lo explicamos todo de manera fácil y evitamos estas situaciones.
--“Se encargaron de todo y desde el principio hubo claridad en los servicios que prestaban y el precio”, dice sobre vosotros una clienta. Al final, en ese momento tan difícil, poder delegar estos trámites en una empresa de confianza es importante, ¿no?
--Lo que nos dicen los clientes es eso: ‘Ojalá os hubiera conocido antes. Os voy a recomendar a todos mis amigos y familiares porque la ventaja de hacerlo con vosotros es brutal. Tanto por el ahorro como por el despreocuparme de todo’.
--¿Cómo se pueden evitar situaciones ineficientes o de abusos?
--Yo daría algunos consejos. Si puedes anticiparte, si puedes pedir los presupuestos antes de que fallezca tu familiar, mucho mejor. Porque luego estarás hundido y eso juega en tu contra. Otro consejo sería pedir varios presupuestos por escrito. Nunca ir a la primera. Porque no sabemos si nos está dando un precio fuera de mercado. Saber el precio correcto es tener tres precios encima de la mesa. Otro consejo que daría es que, en la medida de lo posible, sea un familiar un poco más lejano el que se encargue de gestionarlo, o un amigo, alguien que no esté tan afectado y sea más objetivo. Y, por último, ir a internet.
--Si tanto importa el estado anímico del consumidor, es que las trampas están a la orden del día…
--Bueno, claro. Si tienes a una persona muy afectada, es más fácil hacer cosas que no se deben hacer. Pero, a pesar de eso, la tendencia es que cada vez se hagan menos. Las grandes empresas tienen códigos éticos que evitan estas situaciones. Las pequeñas son negocios familiares arraigados a la zona que quieren mantener su reputación y no van a engañar a los vecinos del pueblo.