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Croquetas de torrija, migas o cacao: “Son rarísimas, pero más sanas que las congeladas de Lidl”

Tito Rodrigo, empresa innovadora en la producción de estas frituras rebozadas, cierra su fábrica y liquida su stock

Ana Carrasco González

Un plato de croquetas / PIXABAY

En un pequeño pueblo de Extremadura, Orellana la Vieja (Badajoz), se encuentra una fábrica que pronto parará sus máquinas y cerrará sus puertas. Antes de ello, se vaciará vendiendo sus últimos innovadores productos. Las croquetas. Pero no una croqueta de jamón ibérico o de setas, sino de sabores muchos más variados y poco habituales. Desde una de torrijas al Pedro Ximénez, a otra de cacao a la naranja con almendras, pasando por la de caldereta de jabalí con manzana asada y canela.

“Comenzar un negocio en un medio rural no es fácil, pero con mucho trabajo, esfuerzo e ilusión, conseguimos tener nuestro propio obrador, generando empleo en nuestro pueblo y sintiéndonos muy orgullosos por ello”, destacan desde Tito Rodrigo, la empresa en cuestión. “Nuestras croquetas son excepcionales y nuestras recetas muy innovadoras, únicas en el mercado”, apuntan.

Ingredientes buenos

Para la nutricionista y técnica superior en dietética Elena Sánchez los sabores son rarísimos, pero están hechas como “se hacen las croquetas normales”, con harina, leche, etc. Los ingredientes son de calidad. “Es harina blanca y refinada, y la mantequilla tiene mucha grasa, sin embargo, los ingredientes son los que son; si dice que lleva pimiento, lleva pimiento, si dice que lleva carne, lleva carne… Sal, aceite. Pero no me parecen un mal procesado”, asegura a Consumidor Global.

Croquetas de torrija al Pedro Ximénez / TITO RODRIGO

Desde Tito Rodrigo aseguran que usan materias primas de una gran calidad, evocando las raíces extremeñas con ingredientes de la tierra como pueden ser el jamón ibérico de Extremadura, las migas extremeñas, el pimentón de la Vera o las cerezas del Valle del Jerte. “Como resultado obtenemos unas croquetas con un rebozado muy crujiente y un interior ultracremoso”, resaltan.

Mejores que las de Lidl

“No es un alimento para comerlo todos los días, pero son mejores que las que venden en Lidl congeladas, que llevan de todo menos lo que pone en el etiquetado”, explica Sánchez, quien puntualiza que, aunque en la página web de la empresa de Extremadura comuniquen los ingredientes de las croquetas, no ponen la información nutricional.

No obstante, pronto estas croquetas desaparecerán del mercado ya que, como la propia empresa ha confirmado a este medio, nada más vender las últimas unidades, procederán a su cierre definitivo. “De momento, estamos en activo, pero ya no fabricamos nada. Solo vendemos lo que va quedando”, reconocen desde Tito Rodrigo.

Precios y variedades

La versatilidad es lo que define a una croqueta. Sus variedades son múltiples. En concreto, la fábrica ofrece las de cacao a la naranja con almendras, de caldereta de jabalí con manzana asada y canela, de cangrejo de río, de cordero con menta y ras el hanout, de cremositos del Zújar con trigueros y miel, de ibéricos extremeños con queso raclette, de jamón ibérico de campo, de migas extremeñas, de morcón ibérico con chocolate, de pollo del corral con almendras y crema de bellota, de pulpo al humo con pimentón de la Vera, de ragout de ciervo con cerezas del Jerte, de ternera retinto con vino de Extremadura y de torrijas al Pedro Ximénez.

Sus precios varían según las unidades. Seis croquetas se pueden comprar por 2,40 euros, mientras que, si se quieren 17, el coste asciende a los 5,95 euros. No obstante, el pedido mínimo es de 15 euros.