A las vibrantes ferias de arte, a la icónica Feria del Libro que acoge cada año el Retiro y a los distintos festivales y certámenes de danza, teatro o música (desde el MadCool al Festival Internacional de Arte Sacro de la Comunidad de Madrid), la capital suma ahora la Feria del Cómic, un evento que tendrá lugar del 27 al 30 de marzo en Matadero, un entorno alternativo que casa perfectamente con el carácter del medio: junto al río, pero cada vez más popular, divertido y fértil.
Así, hasta aquí llegarán creadores de la talla de Paco Roca, Teresa Valero o Javier Olivares, ilustrador y dibujante de historietas, Premio Nacional de Cómic 2015 y autor del cartel de esta primera edición, que muestra, elocuentemente, a un lector que sostiene una obra de la que salen multitud de flechas apuntando a distintas direcciones. No es un laberinto, sino un mapa del sinfín de historias por explorar.
Larga tradición de historietas
“Madrid tiene una larga tradición de historietas y merecía una feria a la altura”, ha valorado en la presentación del evento Luis M. Tigeras, presidente de la Asociación de Librerías de Madrid, quien ha reivindicado además la riqueza del cómic como “medio narrativo y cultural”.
Durante la presentación, el entusiasmo de todos los ponentes se ha dejado sentir. Por eso, todo apunta a que el evento será una fiesta que contará con una treintena larga de casetas gestionadas por librerías, tanto especializadas como generalistas. Además, habrá mesas redondas, talleres, cine y emisiones radiofónicas en directo. Tendrán cabida los últimos éxitos y los homenajes, como el que se rendirá al legado de Francisco Ibáñez. Por todo ello, Elisa McCausland, crítica cultural que ejercerá de comisaria de la feria, ha expresado que se trata para ella de un “reto maravilloso”.
Casa, ciudad y multiversos
La programación se estructurará en torno a tres ejes temáticos: casa, ciudad y multiversos, elementos que “reflejan la riqueza y diversidad del cómic como medio expresivo y comunicativo”. La intención es que la feria se convierta en el punto de encuentro anual para todos, con el aliciente de ofrecer un suculento 10% de descuento en todos los cómics a la venta.
“Nosotros estamos muy contentos de habernos atrevido”, ha expresado Marta Rivera de la Cruz, delegada del Área de Gobierno de Cultura, Turismo y Deporte del Ayuntamiento de Madrid. Rivera ha afirmado asimismo que en España tenemos “grandes autores de cómic, de mucha calidad”, y ha defendido la “enorme riqueza en cuanto a estilo y planteamientos” que ofrece.
Primera aproximación a la literatura
“No son solo para niños o adolescentes”, ha destacado, tras repasar brevemente la historia del cómic y apuntar, con cariño, que suponen las primeras aproximaciones que “muchos tenemos” con la literatura. “Durante mucho tiempo se consideró una disciplina menor, cuando hoy sabemos que es el noveno arte”, ha recalcado.
En el batallón de libreros, expertos, amantes del medio y frikis ilustrados que acudirán al evento se encuadra Alfredo Matarranz, creador de Tomos y Grapas, una entidad híbrida que es a la vez una librería con sede física en Madrid y un medio de referencia sobre el mundo del cómic. Cuenta con un podcast, una web y un canal de YouTube con más de 100.000 seguidores. “Creo que una feria así es importante para la ciudad y para nuestro medio, porque es una fórmula a caballo entre un salón del cómic, una ComiCon (típica convención) y una Feria del Libro”, cuenta a Consumidor Global.
Mezcla de estilos e historias
Preguntado por las tipologías más exitosas hoy, Matarranz explica que en la actualidad se consume, casi en el mismo porcentaje, cómic independiente o de autor y cómic más comercial. “A día de hoy está habiendo mucha sinergia entre unos mercados y otros: hay mucho de manga en el cómic nacional, mucho de americano en el europeo y mucha fusión en general”, expone.
Esta mezcolanza enriquece tanto las historias como la forma de contarlas. Y eso se nota en los números: la industria tiene, según el Libro Blanco del Cómic en España, una facturación estimada de unos 130 millones de euros y supone el 7% del mercado editorial sin contar libros de texto.
Cierto estigma
Aunque lo independiente coja peso, Matarranz reconoce que las películas de superhéroes “siguen siendo el gran escaparate para que entre el público”. Un público plural, entusiasta y sobre el que aún penden ciertos prejuicios.
“Puede haber un estigma ahí, pero al final es cuestión de acercarse. Como ocurre con el cine, casi siempre hay una historia para ti que es capaz de marcarte. En el cómic seguramente también la haya, pero debes acercarte a él”.
Un amor temprano
Este creador, librero y apóstol del cómic afirma que su inmersión en este universo fue muy temprana, porque su padre ya era coleccionista de cómics. “Hemos tenido tintines, El Hombre Enmascarado, Astérix… Y al poco comencé a coleccionar, en los años 90, con el auge de las series de animación. Posteriormente estudié dibujo y cuando ya me hice algo más mayor comencé con el proyecto de Tomos y Grapas”, narra.
La feria servirá para que el sector saque músculo, pero también para que se divierta e incluso para que reivindique la pausa. Y es que, dice Matarranz, “estamos en una época en la que tenemos muchos inputs y estímulos constantes, con productos muy buenos en muchas ramas. Pero la lectura te hace parar un poco, y el cómic en particular posee una agilidad y un ritmo narrativo distintivos”, arguye.
Disfrutar de la pausa
Además, el dibujo y el color configuran una “atmósfera” particular. “Quizá la lectura de una novela se te haga más lenta, porque además requiere varios días o semanas, pero un cómic te lo acabas en pocas sesiones de lectura”, agrega. A su juicio, “es una cuestión de salud” dejar el móvil a un lado durante un rato y enfrascarse un rato en el disfrute “de un contenido un poco menos liviano”.
Si bien la feria es una demostración de que el cómic es un sector con mucho potencial, también hay algunos nubarrones que podrían oscurecer su colorido horizonte. Matarranz menciona que el mayor riesgo lo representan “el peligro de que no le llegue la información a la gente” y la crisis que ha habido con el encarecimiento del papel, un problema que dura ya varios años y “está haciendo que el sector renquee un poco”.
Criterios editoriales más sensatos
También reconoce este experto que se han dado algunas “malas decisiones editoriales en cuanto al número de publicaciones, porque ha habido cierto boom”. Frente a esto, apuesta por “una toma de conciencia mayor” y por criterios editoriales sean más sensatos.
Matarranz habla del universo del cómic con entusiasmo contagioso, pero con los pies en la tierra. “Alguien dijo que el autor más famoso de cómic está al nivel del jugador de bádminton más famoso del mundo, y es la realidad. Hay que entender que somos un medio pequeño y que el cómic es un nicho, así que debemos saber que los autores en España tienen un trabajo precario y las copias que se venden son escasas”, afirma.
Más lectores
Dentro de este contexto, sí cree “que se está poniendo en valor a los autores españoles tanto por la producción propia como la extranjera, en mercados como el francobelga, en el que tenemos los mejores. Hay mucha potencia, mucha idea y mucho talento, pero, por supuesto, tiene que haber más lectores y eso es por lo que luchamos a diario”.
En esta línea, asegura haber hecho “muchos esfuerzos por traer a los mejores autores que han publicado obras en este último año” a la I Feria del Cómic. “El cartel es muy potente y las editoriales son las más fuertes del mercado. Falta por ver la respuesta del público, pero al ser el acceso gratuito, creo que será muy fácil, muy cómodo. La propuesta de instalar esto al nivel de la Feria del Libro de Madrid hace que esto nos dé proyección a la larga. Sobre todo, esperamos conectar… y divertirnos”, concluye.