Crónica de Art Madrid y UVNT: apuntes para invertir, coleccionar y disfrutar

Ana Suárez Gisbert sostiene que "hablar con los artistas nos enseña a amar su arte” y asegura que, por menos de 500 euros, hay obras interesantes

Una vista de la Galería de Cristal, donde se celebra Art Madrid / JUANMA DEL OLMO
Una vista de la Galería de Cristal, donde se celebra Art Madrid / JUANMA DEL OLMO

Toda feria busca vender, pero no es estrictamente necesario comprar para disfrutar del arte exhibido: las obras pueden provocar placer, deleitar o interpelar profundamente a uno sin ser poseídas, las galerías abren todo el año y los galeristas, cuenta Ana Suárez Gisbert a Consumidor Global, “no se comen a nadie”.

Esta experta, licenciada en derecho y perito tasador, lidera el Programa de Coleccionismo ‘One Shot Collectors’ de Art Madrid, una feria que este año celebra su vigésima edición y hasta el domingo 9 de marzo llenará de creatividad la Galería de Cristal de Palacio Cibeles de la capital. En total, la feria reúne a 34 galerías nacionales e internacionales y más de 200 artistas, con propuestas diversas que incluyen pintura, escultura y fotografía.

Acompañar al coleccionista

“El programa One Shot Collectors está patrocinado por los hoteles One Shot, que están muy vinculados al mercado del arte y desean apoyarlo”, explica Suárez. Es un proyecto ideado para acompañar tanto a gente que ya colecciona y desea compartir su experiencia (“muchas veces los coleccionistas tienen bastante claro lo que quieren”, dice la especialista) como a personas que empiezan, no saben muy bien cómo se hace y quizá no se atreven a preguntar precios a la galería. Y, como en el amor, todo es empezar.

Un pasillo de la feria Art Madrid / JUANMA DEL OLMO
Un pasillo de la feria Art Madrid / JUANMA DEL OLMO

En esta edición de Art Madrid es posible adquirir “cosas muy interesantes” por menos de lo que cuesta un iPhone. Hay, por ejemplo, obras del artista portugués Carlos Barão que reinterpretan portadas de Vogue o Elle por 425 euros (IVA incluido). Por 985 euros, es posible adquirir las sugerentes abstracciones líricas de Belén González Arroyo, una artista interesada en “captar lo inaprensible, sugerir, dejar suspendido”.

Obras de hasta 60.000 euros

En cambio, Suárez indica que este año las obras más caras están en torno a 60.000 euros. “También hay que tener en cuenta que la trae una galería de Taiwán, que afronta muchos costes para llegar aquí”, apunta.

En cuanto a las motivaciones, esta experta afirma ser partidaria de que el motor sea la pasión, sobre todo en lo referente al arte emergente. “Hay mucha gente que te pregunta si la obra que le gusta se va a revalorizar, o si está haciendo una buena inversión. Pero yo creo, si bien en el arte emergente sí puede haber apuestas de éxito de chicos a los que les está yendo bien, creo que la pasión tiene que jugar un papel primordial. Tienes que comprar lo que te guste. Y la pasión incita a la compra”.

Una mujer observa varias obras en Art Madrid
Una mujer observa varias obras en Art Madrid

Alexander Grahovsky

Paseando por los pasillos de la feria, llama la atención el universo onírico e iconoclasta de Alexander Grahovsky: cuadros en apariencia festivos, pero turbadores (imágenes sexuales, apocalípticas e incluso algún aquelarre goyesco) en los que hay extraños ritos en praderas verdes pintados con una mezcla de óleo, espray y lápices. Es como si Patinir hubiese pintado El paso de la laguna Estigia mientras consumía sustancias y escuchaba a Yung Beef.

En general, en Art Madrid uno piensa en aquello que sostuvo Jean Dubuffet: el arte no como una botella que tras haber bebido se queda vacía, “sino una botella encantada que se va llenando a medida que uno va bebiendo”.

Cambio de opiniones

Preguntada por un mito que exista en torno a las ferias de arte y que convendría desmentir, Suárez Gisbert menciona la recurrente frase de que “el arte no se entiende” o la creencia de que “eso lo puede hacer mi hijo”. “Creo que es falta de entrenamiento. Cuando explicas un poco las obras, de dónde han salido y por qué, cómo se han hecho… esas opiniones van cambiando”.

Además, asegura que a los galeristas “les gusta hablar de la obra que exponen, y al artista, normalmente, también. Cuando un artista te explica su obra y percibes qué le ha llevado a hacer eso” la conexión es mucho mayor. 

Precios accesibles

“Poco a poco, el arte va calando cada vez más en la sociedad. Hace años solo había una feria en España, y sigue siendo la de referencia para un público más elitista o que tiene un poder económico más alto, pero el hecho de que haya ferias de este tipo en pleno centro de Madrid y con precios accesibles para todos incita que todo el mundo pueda venir”, concluye.

Varias personas en la feria / JUANMA DEL OLMO
Varias personas en la feria / JUANMA DEL OLMO

Mientras que Art Madrid se desarrolla en la elegante Galería de Cristal del Palacio de Cibeles, UVNT Art Fair toma Matadero “explorando los lenguajes más frescos, actualizando códigos estéticos y estableciendo nuevas tendencias en el mundo del arte”. Cuenta con más de una treintena de galerías nacionales e internacionales que exponen en un ambiente más desenfadado, joven, colorido y por qué no decirlo, lleno de moderneo.

Contactar con jóvenes artistas

Ignacio Ortiz, art advisory que posee una amplia formación y cursó estudios en Sotheby’s, ha explicado en una ponencia en UVNT que, de joven, se convirtió en un “apasionado, en un adicto” a revisar todas las subastas y catálogos que caían en sus manos.

Obras en UVNT / JUANMA DEL OLMO
Obras en UVNT / JUANMA DEL OLMO

Uno de sus tips es acudir a escuelas de arte reconocidas de Londres o Estados Unidos para contactar allí con jóvenes artistas que aún no hayan sido captados por las galerías más fuertes del mundo y, por tanto, ya han pasado un “filtro de calidad” y son económicamente accesibles. Algo así como el modus operandi de Florentino Pérez en Brasil.

Especulativo

Con todo, Ortiz ha reconocido que en los últimos seis años el mercado se ha vuelto “muy especulativo”, con artistas jóvenes cuyo valor ha escalado artificialmente. Por su parte, la coleccionista Sonia Borrell ha recomendado tratar de conocer a los artistas personalmente o documentarse bien sobre ellos, contemplar las obras en directo, no apresurarse (“el año que viene, esa obra no va a costar cuatro veces más”) y comenzar por prints que cuesten “3.000 o 4.000 euros”.

Así, apunta que hay que tener visión de largo plazo (“el dinero no vendrá rápido, pero es una carrera de fondo”) y que es posible “unirse a uno o dos amigos” para afrontar una compra.