El caos de Europcar y Rentalcars: facturas sin sentido meses después del alquiler
Un cliente recibió por parte de la compañía de alquiler un cargo casi un año después sin ninguna explicación, y el intermediario le devolvió la cantidad sin haber pagado nada

El correo electrónico llegó un 15 de octubre, sin previo aviso, casi 10 meses después de que Pablo Navarro devolviera el vehículo que había alquilado para sus vacaciones navideñas. La factura adjunta, que exigía el pago de 14,52 euros bajo el concepto Premium Location, no incluía explicaciones. Tampoco había un desglose claro del importe ni una vía directa de contacto para resolver dudas. Solo un IBAN para efectuar el pago.
“Al principio pensé que era una estafa”, confiesa Navarro, quien, tras revisar cuidadosamente los detalles, comprobó que todo coincidía; sus datos personales, los del alquiler, incluso el remitente del correo, que correspondía a la dirección oficial de Europcar. Nada tenía sentido. ¿Por qué había recibido esa reclamación tanto tiempo después? ¿Qué era exactamente lo que le estaban exigiendo? La situación se volvía cada vez más rara.
Lo que mal empieza…
La historia se remonta al pasado diciembre, cuando Pablo y su familia decidieron alquilar un vehículo más espacioso para viajar cómodamente de Castellón a Madrid. Con dos niñas pequeñas —una de siete años y otra de apenas 18 meses—, su compacto Seat Ibiza no era ideal para los largos trayectos. Por eso, optaron por un MG de Europcar, gestionado a través de la plataforma Rentalcars.

La familia ya había utilizado Europcar en el pasado sin mayores inconvenientes, sin embargo, tras una espera de dos horas, Navarro se topó con dos problemas evidentes. “El vehículo parecía que no había sido revisado”, relata el cliente que, a los pocos kilómetros, descubrió un clavo en una de las ruedas. Por si fuera poco, el coche despedía un olor inconfundible de “electrónica quemada”, un aroma que se identificó al instante. “Lo mencioné en la oficina, pero me dijeron que era algo normal”, dice, todavía incrédulo.
…mal acaba
Aunque lograron completar el viaje sin incidentes graves, la familia decidió no volver a recurrir a la compañía de alquiler. Para los viajes siguientes optaron por usar su Seat Ibiza, sacrificando comodidad pero priorizando la seguridad y la tranquilidad. “No podíamos permitirnos el riesgo de tener problemas mecánicos en carretera, menos aún viajando con niñas tan pequeñas”, explica Navarro.
Lo que no esperaba el agraviado era que, casi un año después, el capítulo con Europcar volviera a abrirse de manera abrupta con una factura que exigía un pago por un concepto ambiguo, Premium Location. “No solo era un cobro tardío, sino que no tenía sentido. ¿Por qué ahora? ¿Y qué era ese Premium Location?”, destaca con perplejidad a Consumidor Global.
Un intento de cobro y una devolución absurda
“Llamé a la oficina de Castellón, pero no sabían a qué correspondía ese cobro. Después hablé con el servicio nacional de Europcar, y tampoco tenían claro el origen de la factura”, señala. Rentalcars, la plataforma intermediaria, tampoco aportaba claridad. “En algunos momentos decían que no encontraban la factura, en otros que era un error administrativo”, agrega.

Finalmente, un mes después, Rentalcars informó al cliente de que se trataba de un “error” y le abonó los 14,52 euros, una cantidad que nunca había pagado. “Fue absurdo”, dice Navarro. “Me devolvieron un dinero que no había salido de mi cuenta. Y aún nadie me ha explicado por qué apareció esa factura en primer lugar. Fue como si intentaran resolver el problema sin entenderlo del todo”, destaca.
¿Error o táctica recurrente?
El damnificado solicitó entonces las facturas completas, incluyendo una versión rectificativa de la original, para dejar todo en regla, pero todavía sigue esperando una respuesta. A día de hoy, se encuentra en una situación de incertidumbre, pues teóricamente debe 14,52 euros a Europcar, pero nadie ha sabido explicarle el motivo real del cargo.
Aunque no hay pruebas que sugieran mala fe, su experiencia pone de manifiesto problemas serios en los procesos de comunicación y facturación de algunas empresas de alquiler de coches. ¿Cuántas personas habrán recibido cargos inexplicables meses después de terminar un contrato? ¿Cuántas habrán optado por pagar, simplemente para evitar problemas? “Quiero pensar que se trata de un error aislado, pero no puedo evitar preguntarme si esto le pasa a más gente”, reflexiona Navarro.
Europcar y Rentalcars siguen sin aclarar nada
Consumidor Global se ha puesto en contacto con Europcar y Rentalcars para intentar entender la historia de Pablo Navarro. Europcar ha indicado que este caso “no refleja en absoluto nuestros estándares y forma de proceder”.
Sin embargo, al término de este reportaje, este medio no ha recibido respuesta alguna de Rentalcars.