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Octopus Energy instala paneles solares y aparecen goteras: “Mis hijos duermen con humedad y moho”

La familia afectada denuncia daños estructurales graves y la falta de respuesta de la compañía eléctrica tras meses de goteras en su vivienda

Ana Carrasco González

El tejado en el que Octopus Energy ha instalado los paneles solares / CEDIDA

Fue en febrero cuando José Ángel Duarte y su pareja notaron una pequeña mancha de humedad en la habitación de su hijo pequeño. Habían pasado más de seis meses desde que una empresa subcontratada por Octopus Energy instaló placas solares en el tejado de su vivienda unifamiliar. 

En julio, el sol gobernaba los días. Pero, en febrero, las lluvias comenzaron a ser intensas, y con ellas, las filtraciones. Las manchas crecieron. En pocas semanas, se extendieron por tres habitaciones, incluido el dormitorio del bebé de diez meses. Lo que parecía una anécdota meteorológica se transformó en una crisis doméstica. “Mi casa está empapada. Mis hijos –de 3 años y 10 meses– duermen entre humedades y hongos”, denuncia Duarte. 

“Tropecientas mil” veces

“Tengo humedades en casa debido a la rotura brutal de las tejas causada por los instaladores”, denuncia Duarte, con voz cansada. “He llamado tropecientas mil veces al servicio de instalaciones de Octopus Energy, pero sigo sin respuesta”, añade. El uso hiperbólico (“tropecientas mil”) no exagera una situación absurda, pues más de ocho meses después de la instalación, sigue sin haber una solución. Y, lo que es más grave, ni una acción eficaz ante el deterioro progresivo de una vivienda familiar.

El panel solar en el tejado / CEDIDA

Duarte relata a Consumidor Global haber recibido, después de muchas gestiones y silencios, la visita de un técnico que, al subirse al tejado, no tuvo reparos en declarar la magnitud del problema. “Lo primero que hizo fue ponerse las manos en la cabeza”, narra. El diagnóstico fue claro; el tejado debía rehacerse completamente, con un presupuesto cercano a los 14.000 euros.

Un presupuesto de 14.000 euros

“Nos dijo que el tejado había que rehacerlo entero. No un remiendo, sino desmontarlo por completo y volver a colocar las tejas correctamente. Son 14.000 euros de presupuesto. Y eso sin contar los daños interiores”, explica el afectado. 

A lo largo de semanas, Duarte mantuvo un intercambio constante de correos con la empresa, pero la comunicación, según el cliente, fue dispersa, intermitente y frustrante. “Prometieron soluciones. Nos dijeron que enviarían un tejista. Luego que un perito. Pero la casa seguía filtrando agua”, apunta.

Una mala instalación

Lo que Duarte vivió en carne propia es una de las consecuencias colaterales del modelo de expansión de muchas empresas de renovables, basado en una tercerización extrema. Octopus Energy, como muchas otras compañías del sector, externaliza buena parte de sus trabajos técnicos a una red de contratas y subcontratas. Esto diluye la trazabilidad de los errores y complica la rendición de cuentas.

“El técnico que vino a evaluar el tejado era subcontratado por otra empresa que trabaja con Octopus Energy, y él mismo nos dijo que el estado del tejado no era producto de una casualidad, sino de una mala instalación”, explica.

Una versión oficial que se desentiende

Ante la creciente presión (Duarte inició una reclamación formal ante la OCU, involucró a abogados y denunció el caso en redes sociales), la compañía eléctrica respondió con un correo en el que niega cualquier responsabilidad. “Comparando el registro fotográfico del final de obra con las enviadas por vosotros (…) podemos comprobar que el estado actual no es el mismo que el dejado por nosotros tras la instalación”, afirma el correo. “Esto puede ser tal vez por falta de mantenimiento o intervención ajena”, arguyen.

La compañía alega que la superficie afectada, unos 65 metros cuadrados, no coincide con la zona donde se instalaron las placas solares y se remite al registro fotográfico tomado tras la obra como prueba de que el tejado fue entregado en buen estado. Duarte, sin embargo, refuta esa versión. “Nosotros no hemos subido al tejado, no hemos hecho nada”, afirma, y sostiene que las imágenes aportadas por la empresa “están tomadas desde ángulos que ocultan los daños” y que “incluso en esas fotos ya se aprecian tejas mal colocadas”.

Pendientes de los seguros

En paralelo, Octopus Energy ha solicitado la intervención de su seguro, gestionado por AXA, y ha instado al afectado a hacer lo mismo con su póliza particular. Ambos peritajes están ahora pendientes de emitir sus conclusiones. 

El estado de las tejas tras las fuertes lluvias durante el mes de febrero / CEDIDA

La familia, entre tanto, vive a la espera, con cubos estratégicamente colocados en habitaciones infantiles y el constante temor de nuevas lluvias.

El daño también es psicológico, emocional

Desde mediados de febrero, cuando las primeras manchas aparecieron en el techo, la situación se ha degradado de forma constante. Los hongos hicieron aparición en la habitación del bebé. “Tuvimos que sacarlo de ahí. Es irrespirable. Y lo limpiamos con lejía, pero vuelve”, cuenta Duarte. El despacho de su mujer y su propio dormitorio también presentan señales de humedad y moho.

La vivienda había sido reformada hacía solo dos años, incluyendo un aislamiento exterior para ganar eficiencia energética. Ahora, esa inversión se tambalea bajo la presión del agua filtrada por la cubierta. “El daño no es solo estructural. Es psicológico, emocional. Vivimos con miedo a la lluvia”, dice el cliente. A la espera de los informes de los seguros, Duarte se muestra firme en su voluntad de acudir a los tribunales si fuera necesario. La OCU, por su parte, ya ha recopilado documentación para respaldar una posible acción legal.

La respuesta exigua de Octopus Energy

Octopus Energy, fundada en Reino Unido en 2015, ha crecido a un ritmo meteórico, promocionándose como una alternativa digital, ágil y comprometida con el medio ambiente. Sin embargo, tiene zonas grises en cuanto a la gestión de incidencias.

La historia de Duarte no tiene aún final. “Ahora mismo estamos deseando que no llueva”, dice. Y lo dice literalmente, pues la próxima lluvia podría ser otra grieta, otro hongo, otra noche sin dormir.

La respuesta de Octopus Energy

Consumidor Global ha solicitado una versión actualizada de Octopus Energy sobre el caso de José Ángel Duarte. La compañía sostiene que la instalación, realizada el 5 de julio de 2024, incluyó “la reposición de alrededor de 200 tejas debido al estado de la cubierta”, algo que aseguran que fue comunicado previamente al cliente. Según la empresa, la reclamación por humedades llegó el 17 de febrero de 2025, y “ese mismo día dimos respuesta al cliente e informamos que gestionaríamos ante nuestro seguro la asistencia de un perito para evaluar los daños”. También señalan que recomendaron al cliente activar su propio seguro de hogar, “a lo cual el cliente se negó”.

Tras una inspección posterior, Octopus Energy concluye que “el estado de la cubierta no es el mismo que el dejado tras la instalación” y sugieren que el deterioro “puede deberse a la falta de mantenimiento o a la intervención de otro proveedor”. Añaden que ya han reiterado a su aseguradora AXA la solicitud de peritaje y que “a día de hoy no hemos recibido por parte del cliente el informe del perito de su seguro”. Por ello, insisten en que “no podemos afrontar un reclamo que aparentemente no es nuestra responsabilidad”.