Janira Sánchez, odontóloga, sobre el error bucal que cometemos en España: "Crecen más bacterias"
Esta popular dentista en redes nos desvela cómo no debes usar tu cepillo de dientes y qué tener en cuenta antes de usarlo y a la hora de guardarlo

Sabemos lo costoso que resulta arreglarse cualquier problema bucodental imprevisto. El elevado precio de cada consulta, sumado al estado de terror que provoca acudir al dentista a muchas personas, son motivos más que suficientes para mantener una correcta higiene bucal.

Y es que si algo está claro es que la salud de nuestra boca va más allá de cepillarse los dientes a diario. Tiene mucho más que ver con la forma en la que lo hacemos y con los malos —o buenos— hábitos que tenemos a la hora de elegir productos y hasta el modo en que guardamos el cepillo en el baño o neceser.
El error más repetido según la Dra. Janira Sánchez
Seguro que alguna vez has pensado: “¿Pero cómo tengo tantas caries si yo me cepillo muy bien la boca?”, dudas aparte, ahí estás sentado con la boca abierta mientras una luz te apunta a los dientes y un señor de bata poniendo la salud oral de tu boca en entredicho.
¿Cuál es la cantidad ideal de dentífrico? ¿Cuánto tiempo debemos cepillarnos? ¿Cómo debemos guardar nuestro cepillo de dientes? Son solo algunas de las dudas que se mezclan sobre la más común en España: ¿Es mejor usar cepillo suave o duro? Para esto último, la odontóloga también tiene respuesta: mejor uno suave, con los filamentos a la misma altura y que esté formado pro cerdas, no por filamentos de plástico intercalados.
¿Cepillo con o sin capuchón?
La ortodoncista y divulgadora en redes sociales, Dra. Janira Sánchez— con más de 10.000 seguidores en Instagram— se ha encargado de resolver estas y muchas otras interrogantes a través de plataformas como TikTok e Instagram, donde ha acumulado una creciente comunidad de seguidores interesados en mejorar su salud bucal.
Una de las recomendaciones más comentadas por la doctora Sánchez tiene que ver con el almacenamiento del cepillo dental. Aunque es común pensar que cubrir el cepillo con un capuchón lo protege de bacterias, la especialista aclara que esto puede tener el efecto contrario. La humedad que se retiene dentro del capuchón favorece la proliferación de bacterias y hongos, lo que convierte al accesorio en un riesgo potencial si no se usa adecuadamente.
Lo más recomendable: “Dejar el cepillo en posición vertical, dentro de un armario cerrado y separado de otros cepillos. En caso de optar por el uso del capuchón, este debe contar con ventilación adecuada y colocarse únicamente cuando el cepillo esté completamente seco”, explica.
¿Hay que mojar el cepillo antes de usarlo?
En uno de sus vídeos más recientes, la dentista desmiente un hábito muy extendido: mojar el cepillo antes de aplicar la pasta dental. Según explica, hacerlo diluye la concentración de los ingredientes activos del dentífrico, lo que puede reducir su eficacia. Lo ideal es aplicar la pasta directamente sobre el cepillo seco, para así mantener su poder limpiador y asegurar una mejor adhesión al esmalte dental.
Otra duda frecuente que la experta aclara tiene que ver con la elección del cepillo. La doctora recomienda usar cepillos de cerdas suaves, ya que estos permiten limpiar eficazmente sin dañar ni el esmalte dental ni las encías. También sugiere preferir cepillos de cabeza pequeña, porque permiten alcanzar zonas más complicadas de la boca, como los molares o el área posterior de las encías.
Errores más comunes en el cuidado dental
En diferentes publicaciones, la Dra. Sánchez ha enumerado varios errores que muchos cometen a la hora de cuidar su salud oral. Estos son algunos de los más relevantes
1. No cepillarse con la frecuencia adecuada
Aunque pueda parecer básico, muchas personas no se cepillan los dientes dos veces al día, lo que puede facilitar la aparición de caries y enfermedades periodontales. Lo ideal es cepillarse durante al menos dos minutos por la mañana y por la noche.
2. Aplicar una técnica incorrecta
No solo importa la frecuencia del cepillado, sino también la técnica. Muchas veces, por ir con prisa, no se limpia toda la superficie dental ni se alcanzan bien los bordes de las encías, donde suele acumularse la placa bacteriana. Además, cepillarse con demasiada fuerza puede causar retracción de encías y sensibilidad dental.
3. No cambiar el cepillo a tiempo
El uso prolongado de un mismo cepillo reduce su eficacia. Cuando las cerdas están deformadas o blandas, ya no limpian de manera adecuada. Por eso, se recomienda reemplazar el cepillo cada tres meses, o antes si muestra signos de desgaste.
4. Prescindir del hilo dental
El cepillo, por sí solo, no puede llegar a todos los rincones de la boca. El hilo dental es indispensable para eliminar los restos de comida y la placa que se acumula entre los dientes y bajo la línea de las encías. Su uso diario es clave para prevenir enfermedades como la gingivitis o la periodontitis.
5. Dieta rica en azúcar
Los azúcares presentes en bollería industrial, refrescos y bebidas energéticas son alimento para las bacterias que provocan caries. Reducir el consumo de este tipo de productos es fundamental para preservar la salud bucal.
6. Uso indebido de los dientes
Utilizar los dientes como herramientas —para abrir envases, cortar hilos o destapar botellas— puede producir fracturas dentales, desgaste prematuro o lesiones en las encías. Es una práctica que debe evitarse completamente.
7. Falta de revisiones odontológicas
Esperar a tener dolor o molestias para visitar al dentista es un error común. Se aconseja acudir al odontólogo al menos una vez al año, incluso si no hay síntomas evidentes, para detectar a tiempo cualquier posible anomalía.
La higiene bucal va mucho más allá de un simple cepillado. Elegir correctamente los productos, aplicar una técnica adecuada y mantener una rutina constante, son aspectos significativos para cuidar nuestra sonrisa.
Además, gracias a profesionales como la Dra. Janira Sánchez, cada vez es más fácil acceder a información clara y práctica que nos permite mejorar nuestros hábitos diarios. La clave está en la constancia y en prestar atención a los pequeños detalles que marcan la diferencia en nuestra salud oral.