Peluquerías THE LAB: "El cliente tiene que saber cuánto le van a cobrar"
Jordi Justribó, fundador de la cadena de salones de belleza, desvela algunas claves sobre la evolución de esta profesión y las últimas novedades

En pleno centro de la zona alta de Barcelona, THE LAB ha abierto su segundo salón de peluquería y belleza (Calvet, 60). Un local cuyos ventanales no pasan desapercibidos a los transeúntes. Tampoco la enorme lámpara de araña que cuelga del techo así como los discretos pero sofisticados tocadores donde un equipo de peluqueros trabajan las melenas de las clientas, ajenos al trajín del exterior.
Jordi Justribó y Javier Mateo son los fundadores de THE LAB. Un centro que nace de "la unión de dos apasionados por la moda y por la peluquería que necesitábamos tener nuestro espacio en el que poder crear y ofrecer un servicio personalizado", según comenta a este medio Justribó.
--En THE LAB están de inauguración con su segundo salón, ¿cómo está siendo la acogida?
--Superbién. Tenemos un salón desde hace seis años y nos salió la opción de poder abrir uno nuevo en una zona distinta de Barcelona y la verdad que estamos felices de haberlo hecho.
--Vivimos obsesionados con el autocuidado, ¿cree que la gente también está más predispuesta a pagar más por él?
--La peluquería ha cambiado. Ha dejado de ser el simple lavar y secar de antiguamente para ofrecer mucho más. La gente busca cuidarse, mimarse y sentirse bien acudiendo a la peluquería.
--¿Qué busca la clientela de THE LAB?
--Damos muchas opciones a nivel de servicios pero sí que es verdad que nos hemos especializado en los tonos rubios y tratamientos. El cliente que viene a nosotros viene buscando eso, conseguir el color que lleva tiempo buscando y tener un cabello sano.
--En su sector hay muchas marcas que engañan con sus productos, ¿cómo puede el consumidor diferenciar uno bueno?
--Yo soy de la creencia de que en el mercado no hay o no debería haber nada malo. Pero obviamente es algo que tú lo tienes que notar. Lo que no puede ser es que nos basemos en el precio a la hora de comprar algo.
--¿En qué nos tenemos que basar?
--En ver el resultado en nuestro cabello. Nosotros trabajamos con productos de muy buena calidad, Kevin Murphy y Goa Organics y son marcas que nos dan un resultado. Es decir, que el cliente ve que su cabello está sano, tanto haciendo color como haciendo el tratamiento. Es difícil identificar a simple vista por un cliente cuál es el mejor producto. Tienes que ver una evolución en tu cabello desde el primer día hasta pasado un tiempo. Si no hay evolución el producto no está funcionando.
--Es muy importante cuidarse el cabello en casa para notar los resultados del tratamiento realizado en la peluquería, ¿no?
--Nosotros hacemos tratamientos y color pero lo que no puede ser es venir al salón y una vez salgo con el cabello maravilloso, olvidarme y no volverme a cuidar la melena hasta dentro de tres meses que vuelva al salón. Para nosotros es superimportante el mantenimiento en casa. Muchas veces, si no vas a hacer un mantenimiento, desaconsejamos hacer según qué tratamientos. Es tan importante el servicio que te haces en el salón como las rutinas que hagas en casa.
--¿Considera que hay intrusismo en su profesión?
--En España cualquiera puede montar un salón de peluquería. No es necesario que seas estilista o que seas peluquero. Tú, en cambio, no puedes montar una clínica si no tienes unos estudios. No sé si llamarle intrusismo pero no siempre está al frente de un salón de peluquería alguien con los conocimientos necesarios. Para mí es muy importante el entorno. Valorar nuestro trabajo es parte nuestra. Si los estilistas y los que estamos detrás de esta profesión no le damos valor, el propio cliente no le va a dar. Y ya no es una cuestión de precio, pero en cualquier parte de Europa la peluquería es algo mucho más valorado que en España. Soy de los que lucha porque realmente el cliente le dé valor y quiero ese tipo de cliente.

--¿En España se valora lo suficiente el servicio de peluquería?
--Hay de todo. Yo sé que el cliente que me elige sí nos valora. A lo mejor me estoy tirando piedras sobre mí y hay compañeros que no están de acuerdo conmigo, pero hay mucho salón low cost. No puedes ofrecer lo mismo con un precio que con otro, o sea, los márgenes son los que son. Cobrar un precio coherente nos ayuda a poder ofrecer un servicio premium.
--¿Cree que está aumentando el servicio de peluquería y maquillaje?
--Yo creo que sí. A la gente nos gusta más cuidarnos y el cliente cada vez demanda más todo este tipo de servicios. La peluquería empezó prácticamente con lavar y secar. En España seguimos siendo de primera necesidad pero creo que está un poco desfasado. No reniego de seguir haciendo esos servicios de primera necesidad pero sí que es verdad que la peluquería ha evolucionado. A día de hoy es más un bienestar que una necesidad. El cliente no viene por necesidad al salón, viene porque le apetece sentirse y necesita verse bien.

--Hay gente que tiene reparo para ir a la peluquería porque no saben cuánto le van a cobrar. ¿Qué consejo le daría?
--Mira, es algo que ha pasado mucho en la peluquería. Sabes lo que te van a hacer pero no lo que vas a pagar. Nosotros hemos roto con eso. Tenemos precios publicados en nuestra web. Obviamente cada cabello es un mundo pero ante la duda hacemos un diagnóstico gratuito en el que el cliente viene, se le hace un presupuesto a medida y a partir de ahí se va del salón o se queda para hacerte el servicio sabiendo antes de empezar lo que va a pagar. El cliente tiene que perder el miedo a eso, como cuando vas a un restaurante. Lo que no puede ser es que entres, pidas a ciegas y no sepas lo que te van a cobrar. Ha pasado mucho en la peluquería y sigue pasando. El cliente sabe exactamente lo que va a pagar y no tiene que haber un reparo a poder preguntar o a poder saber cuál va a ser el coste de ese servicio.