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Este es el lugar de Madrid donde se tomaría un café Isaac Asimov: llegan los quioscos futuristas

Robot Café es una suerte de quiosco desarrollado por una empresa china e instalado en una tienda de souvenirs que muestra la evolución del 'vending'

Juan Manuel Del Olmo

Robot Café Madrid, en la calle del Arenal / CONSUMIDOR GLOBAL - JUANMA DEL OLMO

En la calle del Arenal, que une la madrileña plaza de Sol con la de Ópera, hay una tienda oficial del Real Madrid y otra del F.C. Barcelona, un par de estancos, al menos cuatro placas (que homenajean al Ratoncito Pérez, a un matador de toros, a un historiador y a un compositor de zarzuelas), una iglesia que custodia un cuadro de El Greco y una docena larga de establecimientos en los que tomar café… a las que se suma ahora un nuevo y maquinal colega, Robot Café.

Se trata en realidad de una máquina de vending a lo grande que se ha instalado en la esquina de una tienda de souvenirs de la mencionada vía capitalina. No es un autómata revolucionario (aunque esté en un local presidido por la fecha 1984) que lleve bandejas de aquí para allá, sino un artilugio que avisa de la pujanza de una tendencia que quizá, en unos años, cambie lo que entendemos por cafetería.

Precios del café

La cabina, de un pretendidamente moderno color negro con luces azules, tiene cierto aire de kiosco, pero en realidad es una demostración más de cómo China está invirtiendo en tecnología para desarrollar productos baratos que presumen de eficiencia. El café solo cuesta 1 euro; tanto el café con leche como el cortado 1,20 euros; el capuchino 1,5 euros y hasta es posible conseguirlo gratis: hay que seguir en Instagram a cofeplus.es y subir una historia etiquetando a la empresa.

 

Los que estén dispuestos a pagar hasta 3,50 euros a este silencioso cachivache asiático podrán llevarse (porque de eso va el asunto, de apresuramiento, de ir con el vaso de cartón por la calle mientras se llega al Palacio Real o a la Galería de Colecciones Reales) un latte avellana o un flat white de 350 ml.

Vista de la calle Arenal, donde se ubica este 'corner' de café / CONSUMIDOR GLOBAL - JUANMA DEL OLMO

Cómo funciona

El funcionamiento es sencillo. El cliente selecciona en la pantalla táctil el café que desea tomar y la cantidad, elige el tipo (el estándar es el café arábico de tueste natural, pero por 20 céntimos más es posible probar el café bio “100% arábico”, o al menos eso promete la máquina), la cantidad de azúcar y la temperatura. Para terminar, paga con contactless y el brazo mecánico se activa.

“En realidad es un vending. Hay o había otra exactamente igual en Barcelona, en el barrio de Gracia. Son aparatos chinos, pero al fin y al cabo son máquinas que no tienen IA ni Deep learning ni nada por el estilo. Son brazos robóticos que reciben una información y operan dentro de una instalación. Por decirlo de algún modo, son como una Nespresso a lo bestia”, explica a este medio Manel Morillo, director de Operaciones de la consultora de hostelería ConGusto Consulting.

Inversión económica

La pregunta evidente es si un turista que pase por este establecimiento (en busca de un imán para su nevera, de una postal con una flamenca o de una gorra en la que aparezca la Puerta de Alcalá) y se dé de bruces con este coffe corner robótico se animará a pedir su café en un sitio así. Y la respuesta es que se trata de una apuesta con poco riesgo.

Aspecto de la máquina / HI-DOLPHIN.COM

“Aquí coinciden varias cosas. Una de ellas es la oportunidad de mercado: la cultura del café lleva años creciendo de forma notable en todo el mundo, de modo que el consumo está subiendo, así que conseguir café en cualquier sitio o tenerlo disponible en cualquier momento puede ser favorecedor”, argumenta Morillo. “Además, el coste de estos productos no creo que supere los 4.000 o 6.000 euros, así que probablemente compense la inversión. De modo que sí, podría tener sentido a nivel comercial”, afirma.

Características del aparato

A mediados de octubre, Shanghai Hi-dolphin COFE+ Robot Café, que es el fabricante del artilugio, remitió un comunicado a las agencias de prensa en el que celebraba su éxito en cuatro rondas de financiación. Explicaba también que su garita tiene una vida útil de unos 10 años y pesa aproximadamente 800 kg.

“La 5ª generación de COFE+ Coffee Robot puede producir más de 50 sabores en 5 categorías y admite dos opciones de café en grano y leche. Realiza varios controles de temperatura y personalización de sabores y es capaz de realizar latte art e impresión de logotipos en 3D. Con solo 15 minutos de mantenimiento y limpieza diarios, una sola recarga puede suministrar 300 tazas y producir 5 tazas simultáneamente, con un tiempo de producción de 50 segundos por taza”, explicaron entonces.

Desarrollos más avanzados

Puede ser sorprendente, pero no es, ni mucho menos, puntero. “Ya hay cosas más bestias. Por ejemplo, la semana pasada el grupo Areas presentó Self en Barcelona, en la T1. Eso es otro nivel: hablamos de un establecimiento robótico con una cafetería que sí tiene una cierta aplicación del deep learning, un producto de una calidad diferente, otro escalón de tecnología…”, apunta Morillo.

“Seguramente, la tecnología robótica hostelera más desarrollada o puntera en estos momentos esté vinculada con las máquinas baristas. Hay como 40 formatos en todo el mundo, y en Asia hay desarrollos superpotentes. Hace un mes llegó a Ámsterdam ELLA, que es un kiosco robótico de café de especialidad. Otro rollo” añade.

Críticas al modelo

Hay, por supuesto, quienes no le ven la gracia a que una máquina les sirva el café. "Ironías: van a quitar puestos de trabajo porque los robots se fabrican, se transportan, se colocan, se mantienen y se reabastecen... solitos", comentaba un internauta en un vídeo de TikTok de una usuaria que mostraba la máquina.

@madrid4u Café Robot en Madrid 🤖☕️ Me he encontrado por el centro el primer café robot de Madrid y he tenido que probarlo para comprobar si un robot puede hacer mejor café que un barista humano 👀 ¿Tú qué prefieres? ☕️ #madrid #caferobot #robotcafe #planesmadrid ♬ sonido original - Madrid4U

"Habrá que probarlo, pero donde haya un camarero que se quiten las máquinas", valoraba un segundo.

El futuro de los baristas

Con todo, Morillo no cree que los baristas tengan que asustarse. “Hay demanda de baristas en el mercado: alguien que sepa hacer muy bien café va a tener trabajo durante mucho tiempo, así que a nivel generacional no creo que vayan a tener problemas", pronostica.

Una persona con un café / UNSPLASH

Sí piensa que esta tecnología "representará un beneficio para la hostelería y para el consumidor, que en el futuro tendrá acceso a café de alta calidad 24 horas al día”.