Los agricultores españoles llevan tiempo pidiendo que se pongan las cartas sobre la mesa y que se exija a todos jugar con las mismas reglas. Ahora, la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) da un toque de atención y denuncia un fraude fiscal millonario con los tomates procedentes de Marruecos.
En concreto, COAG ha denunciado que las importaciones de tomate marroquí al territorio comunitario sin liquidar aranceles desde 2019 ascienden a 71,8 millones de euros.
Acuerdo comercial con Marruecos
La entidad ha presentado estas cifras durante una jornada virtual en la que ha analizado tanto las sentencias del Tribunal de Justicia de la UE contra el acuerdo comercial con Marruecos como el impacto de sus importaciones, especialmente las hortofrutícolas.
El responsable sectorial de frutas y hortalizas de COAG, Andrés Góngora, ha recordado que el acuerdo entre la UE y Marruecos permite importar 285.000 toneladas de tomate marroquí al territorio comunitario sin arancel -entre octubre y abril- y siempre que el precio de entrada sea superior a los 46 euros/cien kilos.
Tasas arancelarias
Sin embargo, COAG apunta que Marruecos envía 500.000 toneladas, lo que "quiere decir que 230.000 o 240.000 deben pagar tasas arancelarias" y, según Góngora, no se están liquidando.
En la práctica, ha añadido, eso significa que el tomate marroquí se puede vender más barato en la UE compitiendo con las producciones españolas o francesas, lo que se está viendo en los precios bajos a los que se está vendiendo en mercados como el de Perpiñán (Francia).
Tomates de peor calidad
Hay que tener en cuenta, asimismo, que son muchas las voces que han subrayado la peor calidad de los tomates marroquíes frente a los españoles, puesto que los primeros tienden a tener niveles de residuos de pesticidas más altos.
Además, existen preocupaciones legítimas sobre las condiciones laborales de las explotaciones agrícolas marroquíes.
“Moneda de cambio”
En febrero, durante las fuertes protestas del campo, las organizaciones agrícolas Asaga Canarias y Coag-Canarias criticaron que el sector primario fuese "moneda de cambio" de otros acuerdos comerciales, especialmente con Marruecos, donde se usan productos fitosanitarios que son malos para la UE y después se venden sus tomates.
Insistían asimismo en la dificultad de competir con un coste diario que en Marruecos se rebaja a cinco euros por agricultor. "No podemos competir contra la miseria", señalaron. Las organizaciones agrícolas lamentaban el "calvario" de la burocracia, la fuerte subida de los costes de producción, la caída de la renta y el impacto que tiene la Agenda 2030 en el sector primario.
Otras frutas y hortalizas
Góngora ha señalado que el fraude podría ser superior, porque desde Marruecos se importan otras frutas y hortalizas y también por no certificarse el origen de los productos que llegan del Sahara, ante lo que COAG está empezando a estudiar acciones legales dirigidas a los tribunales de la UE.
En ese sentido, COAG estudia varias vías: recurrir al Tribunal de Cuentas de la UE, para exigir que los Estados miembros promuevan el pago aduanero, y una segunda, denunciar ante el Tribunal de Justicia de la UE, por el perjuicio a los productores y a los ciudadanos. Una tercera vía sería dirigirse a la Comisión Europea y pedir en el ámbito de Competencia que se investigue la "venta a pérdidas".
Medidas de reciprocidad
El pasado noviembre, España, Francia, Italia y Portugal reiteraron su voluntad de impulsar medidas de reciprocidad en las relaciones comerciales de la Unión Europea con los países terceros, conocidas como 'cláusulas espejo', durante la 29ª reunión plenaria del Comité Mixto de Frutas y Hortalizas.
En concreto, los representantes profesionales de los principales sectores hortofrutícolas y los portavoces de agricultura de los cuatro países que forman el comité expusieron la necesidad de avanzar en el reconocimiento mutuo de productos fitosanitarios en aquellas zonas que comparten características productivas similares.