Los agricultores exigen que todos los alimentos que entren en la UE indiquen el país de origen
Asaja reclama que los productos cumplan los mismos estándares y requisitos medioambientales, sanitarios y laborales

Los consumidores están cada vez más interesados en la procedencia de los alimentos que llegan a sus mesas. Buscan y rebuscan información en las etiquetas, se preocupan por los estándares de seguridad alimentaria y por el impacto ambiental de las carnes, frutas y verduras que consumen.
La falta de transparencia en el etiquetado puede generar desconfianza, especialmente cuando se trata de productos importados de países con regulaciones diferentes a las de la UE, como Marruecos. El país norteafricano es un importante proveedor de frutas y verduras para la UE, y la competencia de los productos marroquíes (que tienen costes de producción más bajos y regulaciones más laxas) suele generar preocupación entre los agricultores europeos.
Iniciativa Ciudadana
Por eso, Asaja, la mayor organización profesional agraria de España, ha presentado la Iniciativa Ciudadana Europea en contra de la Comida Falsa y por la mención del origen en el etiquetado. El objetivo es alcanzar el millón de firmas en al menos 7 de los 27 Estados miembros de la UE.

La intención es que los consumidores europeos tengan acceso a una información clara, transparente y veraz sobre el origen de los productos que consumen. “Además, se reclama que tanto los producidos dentro como fuera de la UE cumplan los mismos estándares y requisitos medioambientales, sanitarios y laborales que se exigen a los productores europeos”, añade Asaja, que también destaca la importancia de proteger la salud de las personas, el futuro del planeta y el tejido productivo local.
Los españoles no leen las etiquetas
En este punto, conviene recordar que 7 de cada 10 españoles no leen las etiquetas de los alimentos de manera habitual, según se desprende del I Estudio sobre el Uso y la Interpretación del Etiquetado de Alimentos desarrollado por la Fundación Española de la Nutrición a propuesta del Grupo Gallo.

Para el 80% de los españoles, el etiquetado, que ayuda a saber qué contiene cada alimento y en qué porcentaje, no proporciona una información "clara" y "muchos términos son difíciles de entender", mientras que el 6,6% asegura comprenderlos. La presidenta de la Fundación Española de la Nutrición (FEN), Rosaura Leis, ha explicado que "es crucial tener una mayor educación nutricional y proporcionar información más transparente y accesible para empoderar a los consumidores".
El caso de la miel
El caso de la miel ilustra bien la preocupación sobre el origen real de los productos. El pasado mes de febrero, el Gobierno aprobó la modificación de la norma de calidad de la miel, que obliga a informar en el etiquetado sobre los países de procedencia y el porcentaje de cada uno.
La norma garantiza que el producto que llega al consumidor no ha sido desprovisto de las sustancias o ingredientes naturales que le confieren sus propiedades características y cumple con los criterios de composición, calidad y pureza que establece la normativa. Además, con esta modificación se elimina la variedad miel filtrada.