Viajar es una experiencia que hacemos cuando necesitamos placeres, y uno de los más esperados para muchos es la oportunidad de disfrutar de comer sin culpa. La posibilidad de servirse sin restricciones y probar una gran variedad de platos convierte esta experiencia en un momento destacado de cualquier estancia en un hotel, por el que el cliente no repara siquiera en el hecho de que incluso esté pagando más en el monto total de su reserva. Sin embargo, aunque pueda parecer que el establecimiento podría salir perdiendo con esta modalidad, la realidad es muy diferente. ¿Acaso crees que miles de hoteles en el mundo replicarían un modelo que lleva a pérdidas? Ya te adelantamos que no.
A continuación, te revelamos las estrategias que aplican los hoteles para asegurarse de que, aunque los huéspedes coman todo lo que deseen, las cuentas siempre les favorezcan y salgan, ganando. Detrás de cada bufet libre hay un cuidadoso estudio de costes por servicio, disposición de alimentos y comportamiento del cliente que permite a los hoteles mantener su rentabilidad sin comprometer la oferta de comida ni su imagen de marca.
La colocación de los alimentos influye en el consumo
Uno de los secretos mejor guardados de los bufets libres es la manera en que se organizan y disponen en bandejas los alimentos. Según el chef Matthew Britt, profesor en el Johnson & Wales College of Culinary Arts, los hoteles diseñan estratégicamente la colocación de los platos para guiar a los comensales hacia opciones más económicas.
Los productos más accesibles, como arroces, pastas y guarniciones, suelen colocarse en la parte inicial del bufet. La mayoría de los clientes tienden a llenar su plato con lo primero que encuentran, lo que significa que una gran parte de su comida estará compuesta por estos ingredientes de bajo costo. Como resultado, cuando llegan a los platos más caros, como carnes selectas o mariscos, ya tienen poco espacio disponible en su plato o su estómago.
Bufet libre en los hoteles: una estrategia bien calculada
Otro truco común es el uso de platos más pequeños. Este detalle, aparentemente inofensivo, crea la ilusión de que se está comiendo más cantidad de lo que realmente es. Asimismo, los hoteles utilizan utensilios estratégicos: cucharones grandes para guarniciones y pinzas pequeñas para alimentos más caros como la carne. La cuestión es poner trabas en la experiencia del usuario sin que este lo note. De este modo, inconscientemente, los comensales terminan sirviéndose menos de los productos de mayor valor.
En los bufets de lujo, estas tácticas se llevan al siguiente nivel de estrategia. Britt señala que en algunos hoteles de alta gama en EE.UU., los ingredientes más exclusivos, como trufas o foie gras, se ocultan literalmente de la vista o se colocan en estaciones menos accesibles, haciendo que los clientes tengan que buscarlos activamente.
¿Qué pasa con quienes comen en exceso?
Si bien es cierto que algunas personas intentan "sacarle el máximo provecho" a un bufet comiendo en grandes cantidades, esto no supone un problema para el negocio. Según Britt, son una minoría, y su consumo excesivo se compensa con aquellos huéspedes que comen menos o que, sin darse cuenta, optan mayormente por los productos más baratos.
Además, los hoteles han identificado un patrón de comportamiento que juega a su favor: la tendencia de los clientes a moderar su consumo después de los primeros días. Conocido como el "truco de los tres días", este fenómeno fue documentado en hoteles del Caribe en los años 90 y sigue vigente hoy en día. Durante los primeros días, los huéspedes suelen comer en grandes cantidades, pero después de un tiempo su apetito se ajusta o simplemente empieza a sentir culpa por comer demasiado o engordar en vacaciones y empiezan a optar por opciones más ligeras y saludables, lo que reduce el costo total de los alimentos servidos.
El personal, el verdadero costo del bufet
Aunque muchos podrían pensar que la comida es el mayor gasto de un bufet libre, la realidad es que la mayor inversión recae en el personal. El creador de contenido, Joe Burger explica en su cuenta de TikTok revela cuál es el verdadero truco de los hoteles para abaratar costes en sus bufets libres: El truco reside en que en un restaurante tradicional, un camarero atiende entre 20 y 25 clientes, mientras que en un bufet libre esa misma persona puede encargarse de hasta 200.
@joeburgerchallenge ¿Crees que puedes arruinar a un buffet? Pues te qeuivocas
♬ sonido original - Joe Burger
Esta eficiencia en el servicio permite a los hoteles reducir los costos laborales y ofrecer una experiencia de abundancia sin incrementar significativamente sus gastos operativos contratando más personal: “Siempre salen ganando, hasta si viene un energúmeno como yo a comer y se coge dos paltos llenos hasta arriba. En realidad, lo que más caro sale a un restaurante son los trabajadores”, explica este popular tiktoker gastro.
Cómo sacar el máximo provecho de un bufet libre
Si bien los bufets están diseñados para que el cliente consuma más de lo barato y menos de lo caro, hay maneras de hacer que la experiencia sea más satisfactoria y, al mismo tiempo, obtener un mejor valor por el dinero invertido.
Otro usuario de TikTok llamado @chickenpapi, conocido por compartir consejos sobre lugares y estrategias en bufets libres, ha dado varias recomendaciones para aprovechar al máximo la oferta de estos establecimientos. Entre sus principales consejos, destaca evitar alimentos que llenan rápidamente, como arroz, pan, pasta y patatas. Estos ingredientes están diseñados para saciar en poco tiempo, reduciendo la cantidad de otros platos más caros o ‘gourmet’ que se pueden disfrutar. En su lugar, recomienda priorizar productos de mayor valor, como mariscos, carnes de calidad y sushi, los cuales suelen ser los ingredientes más costosos para el bufet.
@chickenpapi Comiendo en un buffet libre siendo Chino
♬ sonido original - chickenpapi
También sugiere evitar los alimentos fritos, ya que su alto contenido de sal y grasa hace que la sensación de saciedad llegue más rápido además de ser muy poco saludables. Para el postre, una buena estrategia es optar por frutas exóticas o difíciles de encontrar en la vida cotidiana. Productos como el lychee, mango o maracuyá no solo aportan variedad a la comida, sino que también permiten disfrutar de sabores menos accesibles en el día a día.
¿Para qué acudes a un bufet? El debate en redes sociales
Las recomendaciones de @chickenpapi han generado diversas reacciones en redes sociales. Algunos usuarios apoyan su enfoque, argumentando que tiene sentido priorizar los alimentos más exclusivos dentro de un bufet. "Para comer patatas fritas, mejor no como nada. Yo prefiero aprovechar el marisco y las ensaladas", comentaba una seguidora.
@chickenpapi Masterclass de como comer en un buffet de sushi!!
♬ sonido original - chickenpapi
Sin embargo, otros piensan que el objetivo de un bufet no es "recuperar la inversión", sino simplemente disfrutar de la experiencia gastronómica. "Para mí, un bufet es para comer lo que me gusta y probar de todo un poco, no para ver cuánto puedo ahorrar", opinó otro usuario muy crítico.
Los bufets libres son un excelente ejemplo de cómo la psicología del consumidor y la gestión empresarial pueden combinarse para ofrecer una experiencia atractiva sin comprometer la rentabilidad del negocio. Gracias a estrategias como la disposición de los alimentos, la elección de los utensilios, la optimización del personal y la comprensión del comportamiento humano, los hoteles han logrado convertir esta modalidad en un modelo exitoso.