Al pan, pan, y al vino, vino
El Parlamento Europeo ha vetado el uso de nombres cárnicos como hamburguesa o filete en productos de origen vegetal
Hay muchas cosas que podemos reprochar como consumidores a la industria alimentaria. Una de las más preocupantes es el etiquetado de los alimentos: un papel que debería ser claro y fácil de entender, pero que en muchos casos nos acaba confundiendo.
Podríamos poner muchos ejemplos. Por un lado, la delgada línea entre un yogur con fruta y uno sabor a fruta. Por otro lado, el origen de lo que comemos. Ametller Origen es experto en ocultar la verdadera procedencia de sus 'alimentos de proximidad'. Y otras grandes cadenas, como Lidl, prefieren esconder el origen israelí de algunos de sus productos.
Hay otro aspecto que también genera preocupación: la denominación de los alimentos. El Parlamento Europeo ha prohibido usar nombres cárnicos como hamburguesa, filete, salchicha o escalope para productos de origen vegetal. Y, sinceramente, ya era hora.
¿Puede llamarse hamburguesa vegetal un producto elaborado con soja? ¿Debe usarse el término salchicha si no contiene carne? La respuesta es clara: no. Estos nombres generan confusión entre los consumidores. Cada cosa por su nombre: al pan, pan, y al vino, vino.
Al igual que no existe la leche de almendras sino la bebida vegetal de almendras, es imposible que un producto sucedáneo de laboratorio sea carne. Como dijo recientemente Javier López, director de Provacuno, en una entrevista para este medio: "No llamemos carne a los ultraprocesados vegetales".
A partir de ahora, las marcas de comida vegana no podrán sacar más rédito de los términos cárnicos. Como consumidores, tampoco debemos permitirlo. En los lineales de los supermercados hay sitio para todo, tanto para la comida vegana como para la que no lo es. Solo debemos exigir etiquetas y nomenclaturas claras para saber qué estamos comiendo.
